Los días posteriores habían sido los mas maravillosos. Habría jurado que por la madre de Charlotte podíamos ni siquiera compartir una cena, pero dos días después de la fiesta, Milena estaba decidida a renunciar al hotel donde trabajaba, porque había luchado a garras por el amor de Gerard, y soy testigo de ello, pero aun así creíamos que no lo había conseguido, hasta ese día.
Acompañe a mi amiga a "renunciar" porque de verdad que estaba devastada, jamas la había visto llorar, y esos dos días no hizo mas que eso. Mientras ella hablaba en la oficina con Gerard, decidí esperarla afuera, no me gustaba verla mal, y no me habría dado rabia si Milena no hubiese hecho nada, pero la muy loca se esforzó por llamar su atención y ganar su amor. Cuando al fin salio de la oficina, su rostro estaba colorado y sus ojos empañados en lagrimas.
-Esto fue suficiente.- Dije entrando a la oficina y darle una buena paliza a Gerard.
Me importaba un comino que fuera hermano de Charlotte, pero mi amiga no se merecía tanto desprecio. Ella había entregado su corazón en bandeja y no podía permitir que este imbécil se burlara de sus sentimientos.
-Como te atreves a lastimar a mi amiga?- Dije mientras golpeaba su rostro, oía a Milena decirme algo pero el cólera que tenia no dejaba concentrarme mas que en dejarle claro a este tipo que con mi amiga no se juega.- Esto es para que recuerdes que no esta sola.- Dije tomándolo de su pechera, y soltándolo con desprecio. Me dirigía a la puerta para salir no sin antes decirle algo que seguramente le dolería aun mas.- Y si te parece poco... Estoy saliendo con tu hermana.-
Por suerte llego su amigo Tyler y detuvo lo que podría haber sido una masacre. Sabia que esto ultimo iba a encender su ira, pero no podía dejar que se burlara de Milena, pero cuando al fin pude prestarle atención, luego de que mi ira se calmara. Milena me contó detalladamente lo que habían hablado. Y al final, el imbécil de Gerard estaba enamorado de mi amiga. Reímos a carcajadas por tanto alboroto que habíamos hecho y al final el pobre Gerard se comió una paliza sin motivo alguno. Palidecí al recordar que le había dicho que salia con su hermana.
-Maldición, me va a matar...- Dije tomando mi cabeza con ambas manos.- Le dirá a la vieja y no querrá que este con Charly. Soy un estúpido.-
-No te preocupes, ahora tengo un privilegio que no tiene nadie con Gerard.- Dijo Milena elevando varias veces sus cejas, pero no lograba entender.- Arreglare este asuntillo en el cuadrilátero, y veras como acepta tu relación con la rubia.-
-Que cuadrilátero?- Pregunte inocentemente.
-En la cama tonto. Donde carajo quieres que hable de estos temas con Gerard, en el baño?-
Y así fue, mágicamente Gerard había aceptado mi relación con Charlotte, hasta incluso me había invitado a tomar algo solo para aclararme que no quería que esta relación a distancia le hiciera daño a su hermana. Prometió contarle a su madre, ya que ella si que era difícil de convencer. Y para mi conveniencia, la noticia de la relación de Gerard y Milena, despertó en Dorothy, su madre una furia insostenible, ella quería ver a sus hijos casados con personas de la alta sociedad. Y solo había conseguido que sus dos hijos se emparejaran con estudiantes de medicina. Que no era poca cosa, ya que ese mismo año nos recibíamos, tendríamos un trabajo estable y un titulo. Pero para Dorothy, eramos poca cosa.
Aprovechamos cada minuto juntos, ya que la vieja estaba pendiente de Milena. La controlaba y la corregía en todo momento, era una mujer insoportable, pero Milena se lo tomaba con paciencia solo para que Charly y yo pasáramos el mayor tiempo juntos.
El día de su partida estaba próximo, y ya nos estaba consumiendo el sentimiento de extrañarnos, de separarnos, se sentía como perdernos el uno al otro. Sobraba decir tantas cosas cuando solo importaba estar juntos físicamente. Las palabras serian el único contacto hasta que volviéramos a vernos, así que solo nos dedicábamos a estar abrazados, llenarnos de caricias y besos, sin decir una palabra. Hacer el amor era tocar el cielo con las manos, y sabia que ese cielo seria inalcanzable el día que se marchara.
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Querido Doctor (Serie THE PALACE 2)
RomanceAlan es un pediatra dedicado a su profesión, un hombre dulce con los niños y descarado con las mujeres. Luego de la ruptura con la única mujer que había amado y de enterarse que se había casado, se convirtió en un seductor irresistible. Charlotte...