1 Capitulo

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Salí del instituto, apresurada por llegar a casa. Leí que iba a llover ese día y quería llegar cuanto antes para no mojarme.

Al salir a la calle, noté como empezó a gotear. Abrí mi paraguas rojo protegiéndome de la lluvia. Mientras seguía caminado el goteo se hizo mas notable y empezó a llover fuerte. La gente que pasaba a mi lado corría intentándose proteger de cualquier forma de la lluvia. Incluso con periódicos. Periódicos! Mis preciados periódicos.

Mientras seguía pensando en como las personas no valoraban lo suficiente materiales tan valiosos como los periódicos pasó una persona al lado mio, dándome un leve empuje.

Me giré para reclamar le pero, para mi sorpresa no estaba corriendo como todo el mundo. Estaba caminando, tapándose con su capucha, sin importarle cuanto se mojaba.

¿Quién en su sano juicio camina así de tranquilo con ese tiempo?

Seguí observándole, esperando cualquier tipo de reacción suya que no fuese su caminar. Mientras seguía caminando pude divisar un camión que venía en su dirección.

Por lo visto no se daba cuanta del claxon que le lanzaba el camión indicándole que se apartase. Desesperada, dejé caer el paraguas y empecé a correr hacía él.

Cada vez estaba mas cerca y yo, sin saber exactamente lo que iba pasar corrí aun más rápido si era posible.

-¡Ey!¡ Apártate!- grité mientras corría. La persona ni se inmutó y siguió caminando.

-¡307! ¡3! ¡0! ¡7!-

Al gritar los números que tenía escrito en su sudadera se giró levemente, dándose cuenta que estaba a punto de ser atropellado por el camión. Pero antes que ocurriera, cogí su brazo y lo atraje hacía mi. Al hacerlo de una manera impulsiva resbalé con él. Nos caímos al suelo, él encima mío.

Cerré los ojos por el impactó pensando que ni él ni yo hubiésemos sobrevivido. Al estar en esa posición noté un peso encima mio. Abrí los ojos y me encontré un joven mirándome en estado de shock. Sus ojos estaban llorosos y sus hombros temblaban.

Empecé a escanear su rostro, dándome cuenta que debajo de esa capucha había un rostro muy hermoso. Sobre todo sus ojos. Grandes y penetrantes y no hablemos de sus labios que pedían a gritos que los besaran.

No se cuanto tiempo estuvimos en esa posición pero lo que si se es que fue lo suficiente para admirar la belleza de ese joven preguntándome que le habrá pasado para que esté en tal estado.

Él, al realizar que estaba encima mío, se levanto torpemente. Pude divisar un ligero rubor en sus mejillas. Al verlo de esa manera se parecía a un niño inocente completamente contrario a su reacción anterior. Con esos ojos que me penetraron inconscientemente, llenos de dolor.

-Ejem... Lo si-siento- dijo, sin mirarme, muerto de vergüenza. Yo, por mi parte, sin saber como responder le moví mi cabeza de izquierda a derecha, queriendo transmitir que no le hacía falta disculpar le. Él, al verme, se mordió su labio inferior conteniéndose las lágrimas que estaban por salir.

-¿Estás bien?-

-¿Tú que crees?. Respondiéndome con una sonrisa triste.

-...-

-...- Nos miramos el uno al otro sin saber que decir para romper el silencio. Yo, incapaz en como manejar esta situación me moví nerviosamente de un lado al otro.

-¿Ese es tu paraguas?- miré hacia donde el señalaba y lo veía allí, tirado, en medio de la calle.

-Ah, si.- lo miré por última vez sin saber que decir o como actuar

¡Bien Sam, te enfrentas a muchas peleas que tienen tus alumnos, pero eres incapaz en responder le a este joven!

Al ver que el joven sonreía por mi torpeza, empezó a girarse dispuesto a irse.

-¡Espera!-

-...-

-No se si te habrás dado cuenta pero estabas a punto de ser atropellado. Tampoco se porque estas en ese estado. Pero lo que si se, es que uno tiene que tener cuidado. ¡Podías haber muerto! ¡Muerto! Da igual si has tenido el mejor día o el peor día. No es una excusa para ir así de descuidado. Así que te pido que valores tu vida y que eches un ojo a tu alrededor, porque no siempre habrá alguien que te rescaté.- al decir todo lo que tenía que decir, fui yo la que finalmente se giró.

No me volteé ni una sola vez más pero pude notar su mirada clavada en mi espalda. Cogí mi paraguas y me encaminé a la próxima calle.

Lo que no tenía planeado es que me iba a reencontrar nuevamente con ese joven. Y no solamente una vez...


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¡Hola a todos! Sé que soy mala escribiendo. Lo reconozco... Pero ¿sabéis cuál es el problema? Que me encanta escribir, así que no tengo remedio. Ya os doy una disculpa por adelantado y espero que con el tiempo me podáis ayudar para escribir mejor. ^^ Me encanta esta oración: ayúdame para poder ayudarte. ¡Espero que juntos lo podamos aplicar en el futuro!



I want you. Only youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora