La Bonus x3

1K 69 59
                                    

¿Quien es Konrad? ¿Como se conocieron él y Pablo? ¿De dónde salió tanta confianza en tan poco tiempo? ¿Por qué Jack tuvo que morir si en la balsa había espacio para dos personas, Pelirroja inútil? 

Admito que la autora sólo sabe la respuesta a 3 de esas 4 preguntas. 

Todo empezó cuando Pablo se tomó un descanso de ser el hada madrina de pobres almas en desgracia y de ponerle las bolas azules a Kevin para ir al Club de Teatro del instituto, era simplemente natural que le interesara pertenecer, era su campo, y estaba más que seguro que en poco tiempo iba a hacerse el líder de todo el grupo, incluso mas que el verdadero, pues los puestos de jerarquía no le interesaban, era mucho mas de su agrado 'tener el poder entre las sombras' como él suele decirle. 

Se encontraba caminando resuelto por los pasillos vacíos con su típico aire enérgico y seguro y no tardó en divisar la puerta de color marrón oscuro que tenía un letrero que rezaba "GLEE CLUB" grabado a ella. Pablo sintió cierto entusiasmo de pensar que tal vez no odiaría tanto a esas personas, incluso podrían hasta agradarle... Sin embargo todo el buen humor que traía se esfumó en un segundo cuando fue tumbado de un empujón contra el piso justo antes de entrar por la puerta del club, por un enorme... ¿Estuche para guitarras?

"Oh no, Lo siento mucho" Unos ojos marrones y preocupados fueron lo primero que vio detrás de ese estuche negro y exagerado que fue  dejado a un lado para que tuviera como ofrecerle una mano al chico que había sido tumbado con el.

Pablo se levantó solito, rechazando la ayuda del chico frente a el y se irguió digno y fastidiado "Podrías tener un poquito mas de cuidado cuando vas saliendo de sitios, digo. O como mínimo, no salir de espaldas" Pablo se quejó condescendientemente mientras se sacudía el polvo de su caída y se dio cuenta que el chico moreno era tan flaco como él pero un poco más alto una vez que él también se irguió, colocándose la guitarra en su espalda de nuevo. 

"Estaba despidiéndome de alguien y no había salido, solo bloqueaba la puerta y eso estuvo mal, lo siento de nuevo..." El chico explicó viéndolo con ojos grandes y calmados, estrujando la solapa del forro de su guitarra sobre su pecho y esperando una respuesta, hasta que vio el panfleto del club de artes entre sus dedos pálidos. "¿Vas a entrar al club?" Cuestionó con entusiasmo, y no esperó por una respuesta antes de estrujar la mano de Pablo en un saludo enérgico, que hizo que el brazo del Argentino se moviera flácido como un fideo "Estás de suerte porque estas hablando con el mero mero, el presidente del club, Konrad, a tus servicios." Dijo el moreno con orgullo y una sonrisa brillante, para nada desanimado con la cara horrorizada y confundida de Pablo. Y aprovechó que ya estaban tomados de la mano para arrastrarlo a la puerta de la que él había salido, haciendo caso omiso a todo sonido de queja "Vaya bienvenida la que te he dado, ¿eh compa? Ya ni siquiera necesitas la iniciación. Deberías considerarte afortunado; normalmente hacemos todo un circo con togas vinotinto y velas y dagas punzantes y coros tenebrosos. Pero no te debes preocupar por eso, antes de hacer ningún daño decimos que todo es de mentira. Muchas chicas se han desmayado en medio del acto al ver la sangre falsa en el cáliz sagrado de la magnificencia. Pobrecillas." 

Una vez dentro del lugar que apestaba a pinturas al óleo y ropa de segunda mano que ha estado guardada por lo que Pablo presumía, desde antes de que naciera, se soltó con brusquedad del agarre del moreno. Y estuvo a punto de enumerarle una a una las razones por las que iba a morir una muerte lenta y dolorosa hasta que vio al culpable de sus frustraciones sacando un cuaderno de una estantería y colocándola con un cuidado amoroso sobre un podio tallado en madera cerca de la entrada, casi con miedo de rallar la artesanía de alguna manera y luego levantando la mirada para preguntarle a Pablo su nombre y cuando querría comenzar.

Pablo no quiso discutir más con el parlanchín.

Se acercó para darle la información y mientras escribía recostó su peso en el podio y no pudo evitar decirlo "¿Sabés una cosa? Me recordás a un amigo que tengo. El también habla demasiado y no sabe cuando callarse. Se llama Pedro y esta en último año, no sé si lo conocés."

Konrad no pareció ofenderse por las palabras de Pablo y asintió rápidamente "¡Oh si, sí. El que hizo que Alejo Igoa saliera del closet."

 Pablo se atragantó con su propia saliva.  

"Todos sabemos quien es. Es un agradable sujeto, aunque no entiendo cuál es su miedo de que lo vean con Alejo. Incluso desde antes que llegara el tipo se le notaba lo homosexual de lejos, y al otro también. Hay unos que simplemente no pueden esconder que les gusta un buen salami, que te lo digo yo. Los shippeo horrible. Que bueno que tu y Kevin no andan con esas ridiculeces, ¡son tan lindos ustedes también! deberías meter cizaña para que esos dos follen de una vez que eso es lo que todos estamos esperando." 

Konrad no tenía absolutamente ningún tipo de vergüenza o pelos en la lengua. Pablo no sabía si era inocencia su brutal honestidad o que simplemente, le valía verga todo. Posiblemente una mezcla de ambos. 

"...Me agradas." Pablo dijo finalmente y Konrad sonrió por enésima vez. 


-


Llegué yo, la desaparecida. 

Yo se que esto no es lo que esperaban pero era para quitarme el óxido de tanto tiempo sin publicar oks, es para que sepan que sigo viva y que no voy a abandonar esto. Siento que es un aperitivo aburrido pero es lo que me salió y ya no me importa nada. 

Estuve un tiempo hundiéndome en una depresión extrema y comiendo comida mala para mi pero he vuelto con una renovada inspiración gracias a estar leyendo fanfics de Larry. Si, nunca había leído absolutamente nada Larry antes, que clase de pecado, ¿eh?. 

ESPEREN UNA NUEVA ACTUALIZACIÓN MUY MUY PRONTO, SEGURO ESTA MISMA NOCHE, YA NO MAS MENTIRAS NI AMENAZAS DE MUERTE OK. 

La School | Divalejo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora