hecharle la culpa al alcohol...

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2Am y ya se puede sentir como cambia su piel

La supuesta inocencia no se les da muy bien.

Paso en una fiesta, de esas elegantes en la que van los corredores con sus acompañantes, desde los novatos hasta los expertos, paso ahí lo que varias noches desde que te conocí desee hacer contigo.

El espera impaciente por una razón

Él le da en el clavo con un simple gesto

Te veías precioso con ese traje negro a la medida, el que tanto odiabas usar cuando el alcohol te empezaba a calentar la sangre. Estabas charlando con otros corredores de la prix mundial, te veías animado hablando de cualquier cosa, sin darte cuenta de que estabas tomando más de la cuenta por enfrascarte en la plática.

Juegan a ver como las horas se convierten

En segundos, a que todo se queda en la imaginación.

Desde que nos conocimos me había preguntado, ¿cómo se vería tu rostro al borde del placer? ¿Cuáles serían los puntos más sensibles de tu piel? ¿Qué tan alto podrías gritar al alcanzar el éxtasis? preguntas muy poco inocentes de mi parte, pero que se le va hacer si esa cadera que mueves al ritmo de la música me incita a amarrarte a la cama y hacerte gemir de una y mil maneras hasta que odiaras como tu cuerpo y el mío se funden volviéndose uno.

El sólo ansia un momento de resignación

Para no caer en la tentación.

Al final de la noche tú estabas más ebrio de lo que aparentabas, llevabas rato cerca de mí, me sonreías, coqueteabas y como si lo hicieras apropósito hacías que nuestros cuerpos se toparan accidentalmente, enserio ¿crees que podría contenerme si estas básicamente pidiendo a gritos que te tome?

Cuando las palabras se acaban

Sólo quedan suspiros.

Entre beso y beso la ropa desaparecía, quedando regada en el piso de tu cuarto de hotel, suspirabas, jadeabas y gemías mientras te tocaba a mi gusto, pasando mis manos por tus caderas, tus tetillas, introduciendo mis dedos en ese anillo muscular que estaba seguro que nadie más había tocado.

Y silencios que dicen más que mil libros

Que sólo ellos leerán.

Esa noche por fin te hice mío, jugué con tu cuerpo a mi antojo igual que tú con el mío, pero antes de que el amanecer se hiciera presente tuve que salir de tu cuarto ¿porque? tú ya tenías pareja, la bella saly, lo nuestro solo fue pasión y deseo, o al menos eso me decía para que mi corazón no latiera tan fuerte al tenerte cercas

Y así es normal no es la primera ni última vez

Y así se va a quedar.

Aun así, esa no fue la última vez que fuimos cómplices en el deseo, una, dos, tres, vaya, fueron tantas que perdí la cuenta, cada fiesta en la que ambos asistíamos pasaba lo mismo, como si una vez no hubiera sido suficiente, te emborrachas, me seduces y yo como buen "playboy" que soy, te llevo al clímax tantas veces que hasta olvidas tu nombre.

Como una bomba de tiempo

Que nunca va a explotar.

Ya han pasado dos años desde que esto empezó, la única regla del juego (al menos en mi mente): no despertar juntos. Porque tú no estás en tus cinco sentidos cuando nos volvemos uno, porque si supieras completamente (no solo los fragmentos de recuerdos que tienes) lo que hacemos cuando no eres dueño de tu cuerpo me odiarías, con todo tu ser, por apoderarme de cada parte de ti, por aprovecharme de tu debilidad, y por mucho que disfrute hacerte enojar o molestarte, nunca, jamás, por dios ni de broma soportaría la idea de que me odies de verdad.

Tell Me That You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora