IV

2 0 0
                                    

Es irónico.
Pensar que siempre me parecieron ridículas las personas estúpidamente enamoradas.
No comprendía como alguien puede darle a otra persona el poco amor que se siente por si mismo.
Pero, tu pelo, tus pestañas, tus dedos, juro que hasta tus huesos son hermosos.

Y me di cuenta que te di hasta el amor que no me tengo.

Mis mil verdadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora