Es irónico.
Pensar que siempre me parecieron ridículas las personas estúpidamente enamoradas.
No comprendía como alguien puede darle a otra persona el poco amor que se siente por si mismo.
Pero, tu pelo, tus pestañas, tus dedos, juro que hasta tus huesos son hermosos.
Y me di cuenta que te di hasta el amor que no me tengo.

ESTÁS LEYENDO
Mis mil verdades
De TodoLo que siento, cuando lo siento, acá y ahora, mis mentiras y mis mil verdades