#Dos semanas#

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Elizabeth:

Han pasado dos semanas.

Me obligue a mi misma a asistir al funeral, a pesar de que sabía que esto solo me rompería aún más, que lo haría más real.

Y así fue.

Lo único que he hecho ha sido asistir un par de días al instituto, y cuando lo hacía estaba distante, no atendía ni me enteraba de nada.

No he salido de mi habitación. Nada tiene sentido, me paso las horas tumbada esperando despertar de esta pesadilla.

Ni siquiera he vuelto a hablar con Logan, no estoy enfadada, al menos no con él, pude ver el dolor en sus ojos al decirme que teníamos que romper para después negarse ha hablarme. Sé que lo hace por que me quiere y desea lo mejor para mí, pero duele, joder si duele.

Anabel sube todos los días a mi habitación, trata de consolarme de hacerme hablar con ella, sin embargo parte de mi malestar es por su culpa, se pasa horas hablando sola junto a mi y parece que sus esperanzas de que un día la responda no se desvanecen.

Llevo toda la noche sin dormir, desde que deje de dormir con Logan he vuelto a tener pesadillas, cada vez más vívidas, más intensas.

Acabo por levantarme, me quedo sentada en la cama, mirando a la nada hasta que mis ojos inconscientemente se posan sobre el cajón en el que guardo la carta que me llego el día de mi cumpleaños. Agito la cabeza, sé con seguridad que eso es solo una broma pesada que llego en un día muy oportuno.

Tomo mi móvil y como tantas otras veces le escribo un mensaje a Logan, y como siempre, a los pocos segundos de empezar a escribir me arrepiento y lo borro, trato de pensar en como arreglar todo esto, en cuanto trato de idear un plan, mi cabeza se vuelve una gran cueva vacía en la que el eco de la frustración y la tristeza rebota una y otra vez.

El viaje.

Doy un respingo al recordar su regalo, y que el viaje solo era un modo de ganar la llave para esa pequeña caja cerrada con candado.

Con los dedos temblorosos busco su número, ignoro el hecho de que son las cinco de la mañana y comienzo a llamarle.

Un tono.

Dos tonos.

Tres tonos.

Al llegar a los siete comienzo a perder la esperanza de que responda y aparto el teléfono de mi oído abatida.

-¿Liz?-su voz es un eco lejano, me apresuro a pegar el aparato de nuevo a mi oído.

-Logan.-se queda en silencio, comienzo a arrepentirme, probablemente lo que voy a proponerle le parecerá una tontería.-Y-yo... olvídalo.-suspiró insegura, odio como hace que se me nublen las ideas.

-Espera, ¿estás bien?-sonrío al ver que después de lo que ha pasado se sigue preocupando por mí.

-Si, bueno...

-¿Qué te pasa?

-Quería preguntarte algo,-digo y aprieto los labios en una fina línea.-Lo del viaje...

-Da igual, lo siento pero no puede ser.

-De despedida.-me apresuro a decir antes de que cuelgue, al parecer funciona ya que la llamada no se corta.-Me siento sola, además, es solo una semana, por favor.-trato de parar las lágrimas, odio llorar pero se me hace imposible cuando hablo con él.-Si después te quieres ir, dejar de hablarme me parece bien.-escucho como suspira y me lo puedo imaginar pasándose la mano por el pelo apretando la mandíbula.

-Liz, ya sabes lo que va a pasar si--

-Intentémoslo al menos.-le corto.

-No van a dejar si quiera que me acerque a ti.-suspira y puedo oír los pedazos de mi corazón resquebrajarse como si el tono de su voz, la tristeza que desprende, fuera un cuchillo cortándome en dos.

Us against the world (UAW) (L'nl2) PAUSADAWhere stories live. Discover now