Capítulo 7

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Serena

No podía moverme, sentía mi cuerpo demasiado pesado, mis ojos estaban cerrados, mi cabeza palpitaba del dolor. Lo único que escuchaba era el molesto sonido de la alarma que llevaba varios minutos sonando.

Empecé a recordar lo sucedido la noche anterior, después de que Ash se fuera al habérmele confesado, mi cuerpo dejó de responder, no recuerdo cuanto tiempo habré estado de pie en la cocina, pero si recuerdo el momento en el que mi madre ayudó a llevarme a mi habitación. No era así como imaginaba sentirme después de la confesión, pensé que mi mente estaría más tranquila, que por fin podría encontrar paz. Pero es todo lo contrario, me siento pequeña al no poder llevar esta situación con valentía. No me sentía lo suficientemente fuerte para ir a clases hoy y afrontar a Ash y Lillie, incluso a Clemont, que me preguntaría sobre lo sucedido.

-Serena, amor.- Mamá abrió la puerta lentamente. Su preocupación era mas que evidente, y eso me hacia sentir peor. -No tienes que ir a clases si no quieres, hablaré para decirles que enfermaste. Pero, cariño, necesito que me digas que es lo que te tiene así, ¿Alguien te hizo daño?.- Se acercó a mi lentamente y acarició mi cabello. Su cercanía me hacia sentir mejor.

La idea de faltar no era para nada mala, de hecho creo que hasta me podría beneficiar y poder pensar mejor las cosas. Pero por otro lado no quería preocupar a Clemont por mi ausencia. Además es el segundo día, sería inapropiado faltar, tengo que hacer nuevos compañeros.

Kalm...

¿Por qué habrá huido de esa manera al ver a Lillie? ¿De dónde la conoce? ¿Por qué Lillie reaccionó de esa manera?. Tenia demasiadas preguntas que necesitaban respuesta.

-Estoy bien mamá, sólo necesito unos minutos más para poder levantarme, ¿Si?.- Mi voz sonaba demasiado cansada y algo ronca, podía sentir como mi garganta raspaba.

-Entonces, ¿Irás a clases cariño?.- Preguntó mamá mientras tocaba mis mejillas.

Si me encuentro con Ash... ¿Sería capaz de poder llevar la situación?.

Ignoré mis pensamientos y asentí, tengo qué, ahora que Ash lo sabe, ya no puedo pasar siempre escondida detrás de él. Tengo que empezar a ser valiente y afrontar los problemas, aunque me sea muy difícil.

-Está bien, estaré abajo si necesitas algo- Depositó un beso en mi frente y salió cerrando la puerta delicadamente.

Con mucho esfuerzo me levanté de mi cama y me dirigí al baño, para mirarme en el espejo. Mi corto cabello estaba totalmente despeinado, mi cara se veía roja y demasiado cansada, en especial mis ojos, los cuales parpadeaban lentamente por el cansancio. Realmente me ponía nerviosa la idea de toparme con Ash en cualquier momento, no sabría que decirle, o tan siquiera si debía decirle algo, al fin y al cabo, seguía siendo mi mejor amigo, creo yo...

Me alisté rápidamente, y me arreglé lo mejor que pude, volví a acomodar mi cabello y mi cara se veía mejor, ya casi no se notaba el cansancio en mi rostro.

Bajé y me despedí de mi madre. Ella realmente entendía cuando había temas de los cuales no quería hablar, y se lo agradecía muchísimo.

El camino hacia el instituto fue demasiado tranquilo, durante todo ese tiempo pensé en muchas de las posibilidades que podrían pasar con Ash, con Kalm, o con cualquier persona conocida. Parte de mi deseaba no encontrarme con Ash, pero la otra parte moría por verlo y abrazarlo, abrazarlo, pedirle una disculpa y volver a como estábamos antes, cuando sólo éramos él y yo, no terceras personas.

En cuanto pisé la entrada del instituto el timbre sonó, indicando que las clases habían comenzado. Corrí en dirección al salón, al pasar por el salón de Ash aceleré todavía más para no tener la tentación de voltear.

Él que eras tú (Amourshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora