Notas de piano.
A él le gustaba escuchar las notas del viejo piano de la escuela. Y el aroma de los dulces recién horneados de la cafetería de la esquina.
Mi mente ha saltado por horas a través de diferentes momentos de mi vida, pero se ha detenido ahí. En las escaleras del pabellón B, en las miradas a través de la cancha de atletismo.
No siento dolor, tengo tanta morfina encima que apenas recuerdo que no estoy sola.
¿Tal vez estoy balbuceando? ¿Tal vez estoy dejando de existir?
Escucho gritos, escucho llantos y siento a ratos una mano que me aprieta fuerte y no me suelta. Leo.
Cuando lo conocí pensé que me odiaba. Algo en él me inspiraba demasiada confianza y revoloteaba a su alrededor tomándole el pelo cada vez que podía. Como una brisa de aire fresco que quería tener conmigo para siempre.
Pero creo que ahora me odias un poco, ¿verdad?
Sabes que no me voy a quedar a ver todos esos lugares que marcamos con tachuelas rojas en el mapamundi. Ese que te regalé por nuestro quinto aniversario.
Sabes que no voy a terminar de leerte el cuento que encontré y te gustó tanto.Sabes que no me voy a quedar mucho tiempo más.
Y eso me causa dolor, y aunque es mental, me reconforta sentir algo más que la cercanía de la nada.
Un olor familiar me saca un poco de mi mente. Sándalo y rosas.
Mamá.
Siento sus manos en mi frente.
- Te amo Nina, espérame. Pero por favor, déjate ir, me escuchas. Te amo, pero necesito que descanses. Todo va a estar bien. Todo va a estar bien.No. No es el momento aún. Quiero gritarle que no quiero, no.
Aún no.
Pero solo escucho un interminable "Todo va a estar bien" a lo lejos.
No quiero dejarme ir, he estado aquí, en esta cama, por tanto tiempo. Quiero regresar a las tardes de café. Al sonido de la lluvia y los ronroneos de mi gata. A ser dueña de mi día a día y decidir hacer lo que nadie pensaba que podía. A la sensación de que mi corazón latía con tanta fuerza que quería que todos lo escuchen.
Quiero poder abrazar a papá. Y que me diga que todo va a estar bien y creer que así será. Quiero ver sonreír a mamá. No la quiero dejar sola.
¿Quien se va a asegurar de que despierte y coma algo decente? No es justo.
Necesito respirar, o dormir. No. No quiero dormir. No voy a regresar jamás de ahí.Pero es tarde.
Mi mente siente un vacío puro e infinito que tira chispas de colores que jamás reconocí. No tengo a quien contarle que era cierto lo de la película entera de tu vida. Aunque este tipo de lucidez me sorprende.
¿No debería estar apagada?
De repente miles de escenarios comienzan a pasar ante mis ojos con una rapidez que me marea. Miles de colores nuevamente se apoderan del espacio y centellean y se mueven y cruzan.
Hasta que poco a poco, como si se hubiera agotado, puedo comenzar a reconocer lo que veo.
Es mi vida.
Una chispa me lleva a ver la cara de mi madre, desde un ángulo bastante extraño. El mundo es gigante, asumo que soy un bebé. Papá me acerca una sonaja a la cara que me da en la frente. Nunca fue su fuerte el ser delicado, mamá lo regaña y yo me río.
Mi risa, parece causarles alguna especie de efecto adormecedor. Tal vez este es el momento en que me vieron sonreír por primera vez.Más chispas de luz me hacen viajar por diferentes momentos. Mis primeros juguetes, el cabello de mi muñeca favorita que olía a fresas. Gusanos y bichos extraños en el jardín. Mis primeras palabras, caídas y triunfos. El momento en el que entendí por primera vez que era tener un amigo. Mi confusión al experimentar por primera vez que alguien me hacía sentir triste, o molesta, o feliz.
El nido, la primaria, la llegada de mi perro, los dientes que se caen, rodillas llenas de tierra, aprender a jugar a los yaxes. Escribir y sentirme imparable. Leer y sentir que el mundo se volvía gigante. Las amigas, las peleas en el recreo, los paseos a la playa y el mar en mis dedos.
Mi cinta de gimnasia, una voltereta, ovaciones y a lo lejos una mirada.
Su mirada y un par de ojos abiertos como platos sobre esa sonrisa gigante y brillante.
Y de repente no entiendo si la brisa de viento que me toca el rostro es una parte muy vivida de este recorrido mortuorio. ¿O si es real? Se siente demasiado real.
El sol me toca la piel y el olor del pasto me inunda los pulmones. Escucho risas y veo a mi alrededor rostros que no pensé encontrar nunca más.
Respiro.
Estoy respirando.
¿Esto es real?
Es real. Estoy de pie, a punto de volver a vivir.
Y no es cualquier momento, fue aquí cuando su sonrisa marcó el inicio del resto de lo que fue mi vida.
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The Second Chance of Nina Moon
Roman d'amourPara Nina la vida parecía haber terminado muy rápido. Pero una segunda oportunidad de volver a vivir el momento más importante de su vida le llega de forma inesperada. ¿Realidad o fantasía? Nina no termina de entender si debe de seguir con lo que...