Parte #15

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Media hora más tarde, resguardada en mi habitación reflexiono en lo que hoy ha pasado.

Mientras mi mente procesa las cosas, mis parpados se vuelven pesados y al cabo de un rato me dejo llevar en un sueño profundo, aun así con miedo a que pase lo mismo que en la tarde.

En mi sueño me encuentro en un espacio vacío en blanco donde la luz se siente como si miles de focos apuntaran hacia mi incluso el calor que emite se siente tan real.

De repente se escucha en algún lugar del espacio unos pasos. Un terror invade mi cuerpo completamente, es como la sensación de querer esconderme pero no encuentro un lugar. Los pasos se escuchan más cerca, se escuchan como tacones de aguja sobre mármol.

- Alicia al fin pude acceder a esa mente tuya.- aquella voz, la reconozco, pero no, no puede ser, es imposible

De repente alrededor de mí, grandes espejos de cuerpo completo con marcos de oro me encerraron en un perfecto círculo.

- ¿Cómo es posible?- solo pude balbucear esas palabras, el sonido de los tacones se detuvieron, sentía como si se detuviera a observarme. Voltee a todos lados y no vi nada más que el vacío atrás de los espejos. El silencio me asusto. Después de ese larga espera escuche

- Dulce sueños.- Una carcajada sonó de algún lugar en el espacio.

Mientras más escuchaba aquella risa histérica demente, los espejos empezaron a mostrar varias caras retorcidas riéndose y de repente se detuvo, un silencio acompañado de una nube negra que apodero la habitación completa.

Desperté de golpe, el sudor frio hacia que la playera que llevaba puesta se pegara a mi espalda, mi corazón latía a mil por hora y el jadeo no cesaba. No quería dormir, temía por mi seguridad, aquello debía acabar Ya.

Al día siguiente me encontraba en un estado deplorable, las ojeras debajo de mis ojos era gigantescas, se podía ver a leguas que no pude dormir bien, hice lo que no hacia tan seguido, maquillarme, era gracioso que siendo un "ratón de biblioteca" mi padre se empeñaba en comprarme maquillaje de buena calidad. Hoy era uno de esos días que me alegraba ese detalle. Cubrí mis ojeras y trate de delinear mis ojos para disimular el cansancio. Las marcas de los azotes aun me lastimaban pero no tanto como ayer.

Baje a la cocina para desayunar, mi madre y mi padre se sorprendieron al verme arreglada

- Cariño, te vez hermosa.- dijo mi padre después de darme una larga mirada.- a que se debe que te hayas maquillado

- Déjala amor, nos lo dirá algún día.- contesto dedicándome un guiño de complicidad

Desayune rápidamente, y me dirigí a la escuela. Mientras pasaba por el parque que conectaba la casa de Nicolás y la mía lo vi. Recargado en un árbol, quizá esperándome, no deseaba hablar con él después de lo ocurrido ayer.

Decidí pasar y no hablarle, pero él me detuvo para poder hablar, me sostuvo el brazo con fuerza suficiente para que no pudiera caminar.

- ¿podemos hablar? – su voz se entrecorto en la pregunta

- El que.- dije lo más seco posible

- Lo ocurrido ayer, no quise.- me solté en ese momento de su agarre.

- Se me hace tarde, disculpa.- seguí caminando, con las piernas temblando como gelatina.

No era justo lo sabía, pero no podía perdonarlo tan fácilmente. Nicolás tenía que esforzarse para poderlo perdonar.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2017 ⏰

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