Los Sakamaki y los Mukami siempre han tratado muy mal a Yui, y aún así ella intenta comprenderlos y apoyarlos. Así ha sido, y quizás siempre sea así... Pero, ¿y si pudiera ser diferente?
Cuando por alguna razón despierta en un mundo paralelo al su...
Yui estaba agotada. No solamente había estado sufriendo por culpa de la cantidad exagerada de tareas escolares que le habían asignado, de nuevo, le habían gritado y casi matado por una tontería. Si, tontería. Solamente pasó al baño antes de ir a la limusina, solamente se retrasó por cinco minutos, ni tenían ningún compromiso, ni perdían nada. ¿Lógica? La lógica como la conocemos no existe en el vocabulario de los vampiros que se habían encaprichado con ella. Ni siquiera porque ella intentaba ser amable con todos podían pensar en dejar de actuar de una forma tan cruel, ¿qué estaba mal con ellos? Ah, cierto. Todo.
Suspiró, tumbándose sobre su cama.
-Otro día de mier...-Pensó, diciendo en su mente todas las cosas que le gustaría decirles a los chicos en la realidad. Aunque si se las dijera, habría muerto hace mucho tiempo. Por suerte no leían la mente, ese era el único lugar en el que era totalmente libre de "decir" lo que quería. -...La vida apesta. -Se metió en la cama, deseando poder descansar un poco. -Desearía... que ellos no fueran así... -A Yui... nunca le dijeron que tuviera cuidado con lo que deseaba.
A veces nuestros más fuertes deseos se vuelven realidad, pero no siempre de la manera en que esperamos.
. . .
-A-auch... -Se quejaba ella, sintiendo un horrible dolor de cabeza. Abrió sus ojos poco a poco, pero veía borroso, demasiado borroso. -...Mi mundo se volvió -144p... -Está despertando... -Escuchó una voz cerca de ella.
-Menos mal...
-Hey, si, está despierta, pero, ¿quién es? -Tenemos que preguntarle, duh -¡Cállate, Katsumi! ¡No me hables de esa forma!
-¡No lo digas como si fueras mayor que yo, idiota!
-¡¿Quieren callarse, ustedes dos?! La aturdirán... -Yui parpadeó varias veces mientras se sentaba en lo que parecía ser un sofá, intentando reconocer las borrosas personas que tenía frente a ella.- ¿Te encuentras bien? -S-si... eso creo... -En cuanto logró ver con claridad sus ojos se abrieron como platos, se los talló un poco con ambas manos, y después volvió a parpadear muy rápido. Mirando a las seis chicas que se encontraban ahí con ella. -Discúlpanos, no es por ser groseras, pero, ¿quién eres? -Habló una chica con gafas, de cabello negro y largo, con ojos rojos. Yui intentaba responder, pero de su boca solo salían balbuceos. -¿Estás bien? Por tu cara parece que viste un fantasma... -Escuchó otra voz a su lado, volteó, viendo a una chica de cabello castaño, largo y ondulado atado en una coleta. -Yo diría que tiene cara de que acaba de ver seis vampiros. -Detrás de ella, se asomó una chica de cabello largo y ondulado de color violeta, sujetando un oso de peluche bastante familiar para Yui.- ¿No es así, extraña-san?
-¿Van a callarse? -Regañó una chica rubia recostada en otro sillón.- Ni siquiera porque tuve que quedarme hasta tarde en la escuela... ¡¿QUÉ TIENEN EN CONTRA DE QUE DESCANSE SU QUERIDA HERMANA MAYOR?!
-Ya, ya... empiezas a parecerte a Katsumi haciendo berrinches. -Dijo la chia de las gafas, acomodando las mismas. La chica del cabello violeta fingió sentirse ofendida, colocando su mano derecha sobre su pecho en el lugar donde está el corazón. -¿Yo? ¿Berrinches? Me dueles, Reiko-neechan... -Después de decir esto, comenzó a reír, seguida de la chica de cabello castaño. Reiko suspiró, devolviendo su atención a Yui.
-Perdónalas, por favor... Así que, ¿podrías decirnos tu...? Oh, lo siento, debemos presentarnos nosotras primero... -Ella señaló a la otra rubia de la habitación con la cabeza.- Ella es Shiori, la mayor de nosotras.
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