Capítulo tres: Volverte a ver, segunda parte.

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Elizabeth sólo quería desmayarse en ése momento, era él, estaba tan cambiado. Ahora era algo más alto, sus hombros era anchos, se veía lo mosculoso aunque cargara una camisa negra con una chaqueta negra, aunque tenía un par de botones sin abrochar daba una buena parte de vista, su cabello bien arreglado, el perfecto copete, unos pantalones tan pegados que cortarían la circulación daban a destacar el gran trasero que siempre ha tenido al igual que sus gruesas piernas que enamoran a cualquiera, cargaba un hermoso anillo, por lo menos no uno de compromiso pero se veía caro y una cadena de plata.

-Está bien, debo irme. Dijo Elizabeth apresurada y pasó rezando que no la persiguiese.

-¡Oye espera! no me has dicho tu nombre, además tu camisa de seda se ha arruinado, déjame pagar la tintorería. Con un movimiento ágil estaba en su frente, y ella sólo dio un pequeño saltito que resonó sus tacones de suela roja, sus mejillas se pusieron rojizas, lo sentía y vio que sonrió. Que sonrisa....

-Déjala, yo la llevaré, está bien. Puso su mejor voz convincente e intentó seguir caminar pero él agarró su brazo de forma suave y la hizo voltear.

-¿Cómo te llamas? te me haces muy conocida.....-Alex la miró con curiosidad, como si tratara de buscar a un fantasma en su pasado.

-Me llamo Elizabeth, Elizabeth Gilmour, ¿lo recuerdas, Alexander? ¿te recuerdas de mí? porque no creo que en ningún momento lo has echo.- Exclamó sin pensar, su idea era darle un nombre falso ¡No decirle que era ella y todo lo demás! después de decir semejante estupidez Elizabeth aceleró su paso y se fue corriendo al elevador, él se había puesto pálido y su cara mostraba impresión, intentó seguirla pero el ascensor cerró y agradeció éso, no sabía en cuál piso podía estar. Subió los tres siguientes y nada, le faltaban dos más para llegar al suyo y Elizabeth ya estaba en su departamento, alado al de él.

Y sí se recordaba, recordaba a Elizabeth cada día como el amor de su vida. Le costaba creer que ella estaba allí, que después de cuatro  años estaba parada al frente de él, aún la amaba. Todo era muy confuso, ¿qué hacía ella en New York? ¿estará de visita o de quedarse?¿vivirá aquí o visita a algún conocido? ¿me habrá olvidado? y la más importante, ¿aún me amará?. Todas ésas preguntas golpeaban a la mente de Alex y cuando escuchó a alguien acercarse se iluminó su mirada pensando que sería Elizabeth pero no era ella, era su novia, Alexa, al principio era una manera de ganar fama para la banda y ayudaba a Alex a olvidar a Elizabeth y luego le tomó cariño, Alexa estaba loca por Alex como cualquier mujer y él simulaba también estarlo, quería a Alexa pero jamás la amaría como a Elizabeth. Y ahora que ha vuelto todo cambiaría.

- ¿Amor qué haces aquí tan tarde? vamos a dormir, mañana tengo sesión de fotos y tú grabación. -Dijo con una mirada dulce, así era con él, dulce.

-Está bien, Alexa, vamos. Dijo con la mayor voz de normalidad que pudo y subieron. 

Love Is A LaserquestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora