-31 de agosto del 2018-
Vagaba por las calles de la ciudad, en busca de algo para pasar el rato, sentía el frío del aire chocar contra mi rostro y mi nariz se encontraba completamente congelada.
Entré en un supermercado y con la credencial falsa que me había conseguido Alisson compré una caja de cigarrillos (Adiós últimos 30 pesos que tenía reversados para mis vicios) pensé; compré unas Halls de uva como lo hacía mi padre, caminé unas cuantas calles más alejándome del bullicio de la cuidad y cuando por fin dejé de oír tanto ruido me detuve en una esquina, saqué la cajetilla, puse una Halls en mi boca y me dispuse a fumar un cigarrillo, luego otro, (Sé que a largo plazo esto me matará, pero mejor que la marihuana, ¿No?) Me detuve y mi pensamiento entonces sonó algo estúpido.
Después de eso vino un cigarrillo más, uno tras otro y otro y uno más.
Definitivamente esto no suplantaba para nada la marihuana.
Después de lo que fueron unos 5 o 7 cigarrillos, mis pulmones no podían más.
Caminé de regreso al Supermercado, pero se hallaba cerrado.
(No puede ser posible).
El otro supermercado más cercano quedaba en Calit un barrio en el que no soy muy bien recibida por los que mandan ahí; O más bien, con los que no quise volver a quedar por Noa.
Observé mi teléfono muy detenidamente -12:56- a esta hora el bar está a todo lo que da. No debería de tener problemas si solo voy de pasada.
Llegue contra esquina de donde se encontraba el supermercado de Calit y voltee para todos lados. Estaba vacío. Camine rápidamente a adentro del super, tome un carrito y comencé a echar lo indispensable, llegue al área de alcoholes y comencé a tomar de cada una de las botellas que me gustaban y me llamaban la atención. Hoy quería olvidar todo (Al igual que todos los días) pero es que este lugar me hacía sentir tan vivos lo recuerdos.
Llegue al mostrador y baje todo del carrito, el señor que atendía al parecer tenía todo el tiempo del mundo, ya que pasaba todo por el checador con mucha calma.
Voltee por las ventanas de la tienda y vi a dos tipos entrar, vestidos totalmente como los chicos malos y estoy segura de que los conozco Voltee detrás de ellos y unos chicos estaban sobre el cofre del carro rojo, fumándose unos cigarrillos mientras que le hacían unas señas a los de adentro.
-Es- pensé en voz alta.
-¿Me hablaba señorita?- me pregunto el señor que me atendía.
-No.- sonreí.- solo pensaba en voz alta.
-Mjum.- Carraspearon su garganta detrás de mí, volteé y ahí estaba, un Jackson dos años más grande, con una ligera barba muy bien cuidada alrededor de su mentón, el pelo revuelto igual que siempre, su perfecta sonrisa blanca y esos hermosos ojos celeste.
-Disculpe, Señorita.- dijo el señor que me atendía.
Devolví mi mirada rápidamente al mostrador, no sé cuánto tiempo pase observando a Jackson pero sé que fue bastante y que todas las personas cerca pudieron observar, hasta el, y lo que menos quiero es llamar su atención, no ahora.
-Mande.- dije en cuanto pude concentrarme.
-Serían.- el señor volteo su mirada a la pantallita y giro hacia mí.- 2,785.
Fue una muy mala idea comprar tantos licores. Pensé.
Me agache a mi bolso para sacar la tarjeta que aún me sostenía papá. Qué bueno que siempre fui una chica consiente. (Cuando me convenía, claro).
Cuando volví mi vista al mostrador pude notar que Jackson me miraba, en ese instante mi cuerpo se tensó y le entregue la tarjeta al señor, espere a que el me la regresara para guardarla en mi bolso y así poder mirar a Jackson discretamente, el aún seguía observándome, entonces comencé a ponerme más nerviosa, mas ansiosa y más torpe. Cuando el muchacho que empacaba las cosas comenzó a entregármelas las tome rápidamente, dirigí mi mirada a Jackson y el tipo que lo acompañaba le susurraba unas palabras mientras que este me dirigía la mirada, yo empuje fuertemente la puerta de la tienda y salí a toda prisa, escuche un chiflido, Jackson le indicaba a los tipos del carro que me siguieran mientras él se montaba en el auto. Doble la esquina y no pare, no iba ni a media cuadra cuando el carro que llevaba Jackson lijo en la esquina que acaba de pasar, Todo pasaba demasiado rápido, cuando llegue a mi cuarta cuadra sobre el carro de Jackson los tipos que venían con él ya me esperaban, doble rápidamente a la izquierda y corrí por el medio de la calle esperando que algo o alguien pudiera salvarme, la calle no tenía salida y fue ahí donde no pude evitar oír las últimas palabras que cruce con Jackson la última vez que lo vi
*Flash-back*
Jackson me tenía tomada del brazo, no razonaba lo que estaba pasando, me encontraba al borde de la azotea de un edificio de 7 pisos, los hombres de Sebastián traían a David con ellos, sujeto y apuntado con sus armas, la sangre no dejaba de salir de su brazo y tenía el rostro todo golpeado.
-Mátala de una maldita vez.- Grita Sebastián.- Es más, yo mismo lo hare.
Dijo con todo el coraje que pudo a ver mostrado y emprendió viaje hacia nosotros con paso decidido.
-¿Confías en mí?- me pregunto Jackson.
Voltee a ver a David, todo lleno de sangre y su mirada se cruzó con la mía. Jackson es el malo, el me distrajo, por su culpa estoy aquí.
-De ningún modo.- dije muy enojada.
-Pues tendrás que hacerlo.- me dijo.
Me acerco mas a la orilla y en un leve movimiento intento soltarme pero yo fui más rápida y logre sujetarme con fuerza de él.
-Es por tu bien.- me susurro al oído.- no pude evitar voltear a mirar a David y por tercera vez en esta noche nuestras miradas se conectaron, mi rostro se empapaba en lágrimas y sus ojos las guardaban, el mantenía su postura como siempre.
Sus labios formularon una última palabra para mí- Te Amo-
-Yo Más susurre-
-No quiero volver a verte nunca jamás o sufrirás las verdaderas consecuencias.-esas fueron sus últimas palabras y Jackson me dejo caer al vacío.
Escuche el grito ahogado de David, escuche miles de detonaciones más y vi a David caer por el mismo sitio por el cual había caído yo, su sangre chispeaba en mi rostro, no me respondía y mantenía sus ojos cerrados, no pude evitar cerrar los ojos y dejar escapar mis lágrimas, nunca sentí el impacto.
*Fin del Flash-back*
Cuando volví a mí ya había llegado al final de la calle, tire la bolsa con las cosas del otro lado de la barda e intente subirla, pero alguien ya me había tomado de la cintura. Intente zafarme de su agarre de todas las formas posibles pero nada funciono, hasta que decidí morder la mano del tipo.
Este me soltó y del mismo modo me apresure a subir el muro, pero tiraron de mi pie, ahora eran dos tipos, tenía que luchar con todas mis fuerzas, golpe a uno en sus partes y al otro lo mordí del cuello.
Cuando por tercera vez iba a intentar subir el muro alguien me tomo del cabello y jalo de él haciéndome voltear hacia arriba, seguí luchando, pero esta vez recibe una bofetada de parte de quien me tenía sujeta. Era Jackson.
-Métela a la cajuela.- Le dijo a uno de los tipos que había golpeado anterior mente.- Debemos deshacernos de ella.
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Cayendo al precipicio
RandomComo me podría distraer de tantas muertes, tantos locos, tantos vicios y tantos sueños rotos. Ella cree que es algo dramático, pero cada palabra es cien-porciento-real. La conciencia no me remuerde, es algo con lo que siempre he tenido que lidear. ...