AURYN! Una sonrisa real (Cap. 18)

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CAPÍTULO 18: la operación.

Después de una eterna noche sin parar de dar vueltas de lado a lado de la cama, pensando en que me esperaria después de entrar en ese quirófano.

El médico viene con mi madre a mi habitación y nos deja solas. Ella no para de llorar, nunca la había visto así de mal desde que se fue nuestro padre.

- Mamá, somos fuertes. Hemos salido de muchas - intento animarla.

- Ya perdí a una persona importante en su momento, sentía cada segundo que se fue por mi culpa, que hice todo mal y que por eso deje a mis dos niñas sin un padre, sin su padre. Nunca me lo perdonaré - notaba como cada palabra que salía por su boca le mataba por dentro.

- No se porque se fue ese hombre, y ya no me importa ¿sabes? Supiste sacarnos una sonrisa en cada momento, nos hiciste fuertes mamá.

- No te quiero perder Claudia

- No me vais a perder. No os voy a dejar - me uno a su amargo llanto. A los pocos minutos viene el médico para llevarme a quirófano. Me tumbo en la cama y noto como me van llevando hasta allí, veo a mi madre y a mi hermana acompañandome llorando. A los pocos instantes veo a Dani y Blas corriendo detrás de la camilla, a unos instantes de entrar a la sala les grito a los cuatro "sois lo mejor de mi vida", entro en la sala y dejo de verlos. A los minutos me sedan y noto como se me nubla la vista y entro en un profundo sueño.

(NARRA DANI)

Vi la hora en esta amarga mañana de jueves, uno de los peores dias de mi vida. Voy a casa de Blas para ir al hospital.

No he podido dormir nada, la idea de perderla me supera, ya sentía que la perdía esos dias de amnesia.

Por fin llego a casa de Blas, lo estoy esperando a bajo con el coche, veo que baja sin su típica sonrisa, hoy baja con una de sus caras mas amargas que pocas veces había visto. Sobran las palabras, se dirige ami y me abraza, oigo su llanto, oigo ese llanto como si fuera el mismo que llevo yo por dentro. Nos metemos en el coche, pongo Anti-heroes para que nos anime, cosa que parece imposible.

Llegamos al hospital sin decir ninguna palabra, salimos del coche. Es ahi cuando con una mirada, sentimos que debiamos correr hasta llegar a verla. Nada mas entrar veo a su madre llorando acompañando a la camilla junto a su otra hija. Es ahí cuando miro su muñeca y veo esa pulsera, nuestra pulsera. Se que le estara dando mucha suerte.

Oigo un grito suyo que dice "sois lo mejor de mi vida", ya no podía evitarlo mas y comienzo a llorar. En un segundo de frase me han venido todos nuestros momentos, todos esos sentimientos. Siento que es la persona que me ha hecho llorar y reir, que siempre ha estado ahí cojiendome de la mano ayudandome a no rendirme nunca y lo mejor es que siempre ha apostado por mi, como nadie lo había hecho nunca.

Nos sentamos Blas y yo, esperando a que terminen estas insufribles horas. Cuando Blas dice:

- La quieres ¿verdad? - noto un tono hundido.

- Como nunca he querido a alguien - no somos capaces de mirarnos a los ojos.

- Te envidio mucho

- No tienes porque envidiarme, ni a mi ni a nadie.

- No tienes ni idea de lo que intentado luchar para conseguir que sintiera por mi, lo que siento yo por ella.

- Sabes que ella también te quiere. A ti te recordaba cuando ami ni siquiera me reconocía.

- ¿Sabes que es lo peor de todo? Que aun que no te recordara te seguía mirando con los ojos que te mira siempre, que te mira diciendo que te ama con toda su alma, que sin ti no sería nada. Y aun que no te recordara te seguía mirando con esa puta mirada, con la puta mirada con la que te mira cada segundo que estaba contigo. Y esa mirada conmigo no la tiene joder y nunca la ha tenido. - noto como se hunde en lágrimas de nuevo mientras su cabeza esta apoyada en la pared sin miedo a que lo vean.

- Si la pierdo me muero Blas.

- Yo nunca la he tenido, pero solo con tenerla cerca y ver como su sonrisa ilumina mi mundo, me hace la persona mas feliz del mundo.

- Lo siento mucho Blas - le miro por primera vez en todo el rato.

- Te quiero mucho hermano - me abraza, durante ese abrazo le digo:

- No olvides nunca que yo tambien te quiero - dimos por finalizada la conversación y no hablamos mas.

A las tres horas vino el médico con la madre y la hermana de Claudia, sus rostros mostraban que no sabían aun nada sobre el resultado.

Blas y yo nos cojemos de la mano esperando el veredicto final.

Una sonrisa real. (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora