❆No la busques más.❆

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❆No la busques más❆


— Anda Yudal, por favor. —Junto sus manos en forma de plegaria.

— No. —Contestó el asiático.

— ¡Ven con nosotros también! —El albino extendió sus brazos con una gran sonrisa como si fuera una genial idea, en la mente del asiático fue totalmente lo contrario.

— ¿Qué demonios tienes con esa chica siempre defendiéndola? Ya es una universitaria, está haciendo una especialización, ya es médica, debería arreglar sus propios asuntos ella sola. Siempre te envía a ti.

— Ella no me envió a ningún lugar, sólo quiero compartir una comida todos juntos, ¿Qué dice?

— Digo que... —El albino lo miró expectante —si vuelves a entrar a mi consultorio sin tocar la puerta te voy a matar, maldito moyashi.

— Algunas cosas no cambian —habló por lo bajo el albino —. Al menos dale el día libre, ¿No?

— Puede tener el día libre —contestó tranquilo el psiquiatra —. Si termina todo el trabajo que le voy a dejar para mañana. —Una sonrisa malévola se formó en sus labios, era obvio que no le iba a dar su día libre.

Con su aire de egocentrismo se retiro de su consultorio dejando al albino solo. Era un hospital muy grande, él no era el único profesor de psiquiatría, por qué la chica se había empecinado en elegir a Kanda como profesor. ¿Será qué de alguna manera la chica se había enamorado de él?

¿Lenalee estaba enamorada de Kanda? Salió del consultorio y mientras caminaba por los pasillos del hospital reflexionaba sobre eso. La china solía tratar a todos bien, no era nada nuevo que aquella chica tratara a alguien con simpatía, aunque hasta el momento quién fuera quién, eso aún estaba en discusión.

"Fue muy extraño, usted nunca se había lastimado en el trabajo"

— Para todo hay una primera vez ¿O no? Doctora Lina. —Escuchó la voz de su compañero Noé, quien buscaba la aprobación de la joven médica que estaba cerrando una de sus heridas.

Sus cortos y delicados cabellos blancos entraron a la habitación de emergencias, su color blanco iba muy bien con su bata médica, sin mencionar que debajo llevaba una camisa del mismo color y un pantalón de vestir negro. Lo que hacía que se viera aún mejor, las enfermeras y medicas del lugar al verlo entrar dejaron escapar unos cuantos suspiros.

Con una sonrisa tranquila se acerco a las tres personas; Tyki, el señor Brown y Lina. La última parecía cerrarla la herida de muy mala gana.

— Tyki... ¿Qué estás haciendo aquí? —Su sonrisa era tranquila pero su voz no tanto, el moreno notó la desconfianza en el color de su voz.

— Herido en el trabajo. —Le dio una sonrisa ladina.

— Hmm, tú, hmp, herido, hmp.

— Lo sé, es muy extraño, el señor nunca sale herido en los trabajos.

— Siempre hay una primera vez. —Volvió a repetir mientras miraba al señor Brown.

— Si... Una primera vez... Para todo. —Habló Alain con desconfianza.

Y por el contrario una cabellera azabache entró en el lugar de emergencias, sus elegantes zapatos sonaban contra el piso y el sonido se dirigía hacia ellos.

— Mierda... —Se quejó la chica por lo bajo.

— Yuval... —Levantó su mano en forma de saludo el albino pero lo único que logró fue que el asiático lo ignorara, Alain bajó su mano un poco fastidiado.

HADO ❆Tyki Mikk❆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora