Ya amaneció, ¿en serio? ¿tan rápido? Anoche me acosté alrededor de las 01:30 terminando una tarea para no dejar las cosas para ultimo como siempre suelo hacerlo, pero no imagine que mi madre me vendría a despertar tan temprano para que salga con ella a comprar unas cosas que necesita para la sala de estar. Dios, ¿Qué hare con esta mujer?
Todos ya nos conocían por el lugar, ya hacían dos años que nos habíamos mudado a esa ciudad para reiniciar nuestras vidas, donde de una comencé la universidad y cuando cumplí los dieciocho busque empleo no muy digno para muchas personas pero necesitaba el dinero y no es nada pesado.
Siempre me ha llamado la atención el baile, por eso cuando vi el anuncio de Blue's Bar no dude en entrar, sabía que dentro de ese círculo social había mucho dinero de por medio y no quise pensarlo dos veces.
- Mamá, ¿podrías darte rápido? – le dije mientras salía de la cocina, luego que me levanto se quiso comenzar a maquillar para hacernos perder tiempo. Debí quedarme tendida en la cama algunos veinte minutos más sabiendo cómo es ella.
-¿Annie, eso te pondrás para ir de compras? - preguntó mientras me examinaba de pies a cabeza. –En serio que no sacaste mi buen gusto para vestir, linda.
-Gracias mamá, tus halagos me hacen cada día amarte más. – dije burlona. – Vamos, no quiero tardar mil años.
Y así emprendimos nuestro camino hasta el centro de la ciudad que era donde se encontraban todas las tiendas, y ¿adivinen? Si tardamos mil años ya que mi hermosa madre dice voy por algo y de allá viene como trecientas cosas más. Típico.
- Vamos a comer unas pizzas. – pregunto mi madre mientras miraba unos estantes donde se encontraban unas hermosas zapatillas de tacón alto en color dorado.
- Claro, vamos. – conteste mientras la agarraba de la mano para que no quisiese entrar en otra tienda más.
En la pizzería nos encontramos con Yosseline, una amiga de la universidad con la cual comparto mucho desde que inicie, ella tiene un pequeño niño llamado Dylan que les juro es lo mas tierno del planeta, nos queremos como si fuésemos verdadera familia, hasta tía me dice.
-¿Dónde está el niño más lindo del mundo? – pregunte con voz jocosa mientras abría los brazos para que el viniese corriendo hacia ellos. Cosa que si hizo.
- ¡Tía, tía! No sabía que ibas a venir a verme a la pizzería. – respondió Dylan mientras lo cargaba y le daba vueltas en el abrazo.
-Yo tampoco, pero es una alegría verte aquí, te extrañe un montón mi pequeñín.
La pasamos de lo mejor, volvimos a casa como a las 17:40 y de una me acosté a dormir de el cansancio. Creo que mi madre nunca me había hecho caminar tanto en la vida.
Hoy en Blue's mi presentación no era hasta las 12:00 pero tenia que estar como como a las 22:00 para ensayar y relajarme.
-Annie, levántate, luego se te puede hacer tarde para el trabajo. – si amigos, mi madre era mi alarma.
-Mamá, pero si aún es temprano, déjame disfrutar mi único día sin universidad a la semana. – les juro que amaba los viernes, adoraba no tener que volver a estudiar hasta los lunes temprano en la mañana.
-Deja de ser vaga y levántate a comer algo que ya van a ser las 20:30. – dijo en modo de reclamo pero sé que bromeaba.
Sin más me levante de mi preciada cama y fui a la cocina en busca de que comer, nos sentamos en la mesa y cenamos juntas como siempre solemos hacerlo, era un momento intimo para nosotras luego de que papá se fue, ahí nos dimos cuenta que solo nos tenemos ella y yo y no saben cuánto adoro eso.
Al terminar fui a mi recamara y saque un vestido beige cuatro dedos por encima de las rodillas, unas zapatillas negras de tacón no muy alto con algún chaleco para el frio, no soy de vestir muy elegante o quizás chic como lo llaman algunas, soy algo casual. Entré al baño a darme una ducha y cuando salí me di cuenta que duré más de lo que tenía pensado así que me vestí rápido y me maquille de una forma sencilla, labios rojos, delineado de gato y máscara de pestañas.
Al salir de casa me despedí de mi madre y le dije que volvía más tarde, obvio sabía que iba a trabajar.Al llegar baje de mi auto y entre por las puertas de los empleados, todo normal.
-Annie, pensé que jamás llegarías. - espetó Emely al ver que llegue frente a ella mientras se levantaba de su silla y me acogía en un abrazo rápido en forma de saludo.
-Solo dure quince minutos más, no exageres, - le respondí en forma burlona mientras la veía que volvía a su silla para terminarse de colocar labial.
-¿Así estoy bien? - preguntó mientras volteaba y me dejaba ver su maquillaje ya terminado,
- Estas perfecta. – dije de forma sincera, Emely era una chica hermosa, tenía ojos grandes y marrones que se veían espectaculares en combinación con su pelo marrón con mechones rubios, es muy esbelta y de cuidadas proporciones. Sencillamente arte ante los ojos de todos.
- No me hagas llorar que sería un desperdicio todo el tiempo que me ha tomado este maquillaje. – dijo mientras hacia el amago de limpiar sus lágrimas con las manos, a lo que reí fuerte. – Bueno ya me toca, comienza con tu maquillaje y peinado para que estés lista a tiempo.
Les juro que no me había fijado en la hora y solo me quedaba exactamente una antes de la presentación, debía hacerlo rápido para tener algunos diez minutos de sobra y calmar los nervios que son imposibles de dejar aunque ya tenga tiempo saliendo al mismo escenario.
No todas las mujeres que trabajan en este club tienen sexo por dinero, algunas realmente lo hacen y admito que es triste pero nunca sabemos a exactitud que pueden estar pasando diariamente y es algo que no podemos juzgar, a fin de cuentas, todas aceptamos lo que venimos a hacer.
***
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Labios Rojos
Storie d'amoreSiempre la veía pintarse los labios a la misma hora, en el mismo lugar y con el mismo labial. ¿Cómo podría yo ayudarla? ¿Alguna vez podré entender por qué sus ojos se cristalizan a la hora de ponerse el rojo escarlata en sus marcados labios? Esas y...