Me confunde tanto tu forma de ser conmigo. Me hablas, me ignoras, me dices algo con cariño y enseguida me hablas como si me odiaras. Te desespero, dejas de hablarme por días, luego de que te den ganas me hablas como si nada. Al final no sé quién está más confundido si tú o yo. Borrarte, bloquearte, pudo parecer infantil, pero en su momento fue efectivo porque dejaste de doler por un tiempo, pero sabes, algo hoy, sin querer, encontré una foto tuya en el Facebook (amigos en común) te veías tan contenta. Todos los sentimientos que creía muertos florecieron en un solo segundo, me dolió tanto verte y no fue el hecho de que estuvieras con un chico abrazado, fue el hecho de que te veías tan radiante, con esa sonrisa tan encantadora, como siempre añore verte a mi lado. Luego mis ojos empezaron a arder y vi como caían mis lágrimas, me sentía como un niño al que le hubieran quitado su juguete favorito. Creó que en el fondo nunca te olvidé y... bueno al final que más da, al menos eres feliz... Y por más que llore nada volverá a ser como antes... al final solo fui tu juguete.