Necesito decirles algo.
Primero, se me había olvidado mencionar que esta historia es contemporánea con la de Esmeralda, asi que los que no la leyeron o no la quisieron leer, habrán algunas referencias. Intento que sean en la menor cantidad para no enredar mucho y que esta se pueda leer de forma individual ( no entiendo esta manía mía de mezclar historias) bueno, ya estan advertidos.
Tercero, les vuelvo a invitar a pasarse por el blog que tengo con dos grandes amigas escritoras MariamOrazal y EvaBenavidez . Ya sé que paresco anuncio publicitario, pero es que estamos empezando a subir artículos de cosas de la época que tal vez le interesen tanto a los lectores como a los nuevos escritores. El enlace está en la descripción de mi perfil si desean entrar y si gustan subscribirse, bienvenidos.
Cuando Angelique llegó a su casa, aún seguía pensando en su encuentro con Eliot.
En su opinión, la caída había sido un aspecto muy cómico de su encuentro, aunque él no debía pensar lo mismo. No obstante, lo que le hacía rememorar la escena no era eso, sino otra cosa a la que no sabía que nombre ponerle. Era complejo de explicar, pero cuando él la había mirado fijamente en el árbol, y luego, cuando cayó encima de él, había sentido algo...raro; como si hubiera sucedido una cosa diferente que distinguían ese encuentro de los otros, y no era definitivamente encontrarse encima de un árbol. No sabía como describirlo, y como ella no era de las que le buscaba explicación a lo inexplicable; decidió olvidar el asunto y se convenció de que eran alucinaciones suyas.
Entró a la casa, atravesó el vestíbulo en dirección a la escalera que la llevaría al primer piso e hizo caso omiso de la joven castaña sentada en medio de ellas, que tenía los codos en las rodillas, la cabeza entre las manos y una expresión melancólica en la cara.
Una buena hermana se habría detenido, habría preguntado "¿Qué sucede Clarice?" Y hubiera ayudado a resolver el problema; pero no es que ella no fuera una buena hermana, sino que esa era Clarice Allen, y cualquiera que conociera solo un poco a Clarice Allen, sabía que nunca podían confiar en su cara de ángel. Podía tener trece años, podía haber madurado solo un poco, pero no dejaba de ser Clarice Allen; miembro femenino de los famosos "mellizo Allen" e instigadora de la liberación de los perros de caza en el almuerzo de Lady Milford hace ya cinco años. Así que, prefiriendo no arriesgarse, pasó por su lado y siguió subiendo las escaleras, al menos hasta que recordó algo.
-Clarice-dijo con cautela-¿no deberías estar ahora con la Srta. Clark?
Clarice se encogió de hombros, y sin dedicarle una sola mirada, respondió con voz neutra.
-Renunció.
A Angelique no le sorprendió nada la noticia. Las institutrices no duraban mucho en esa casa. Aún a riesgo, bajó las escaleras y se situó a su lado.
-¿Renunció? ¿O la espantaste?
Clarice la miró con unos tiernos ojos avellana y sonrió con inocencia.
-Solo le he colmado un poco la paciencia, no es mi culpa que no tenga vocación para enseñar. Dijo que vendría mas tarde en busca de una referencia y su último sueldo.
Angelique blanqueó los ojos.
-¿Qué ha dicho Julián?
-No lo sabe. Salió con Zafiro desde temprano y no han regresado. La Señorita Clark se ha ido hace poco.
-No le gustará nada la noticia-advirtió.
Clarice se encogió de hombros.
-Tal vez ahora si quiera mandarme a estudiar con Edwin.
ESTÁS LEYENDO
Maravilloso Problema (Familia Allen #1)
Ficción históricaLos Allen eran para la sociedad "la familia problemas" no habían salido de un problema o escándalo cuando otro miembro ya estaba en otro. Angelique Allen era un problema andante. Sabe que se casará únicamente por amor o se queda solterona toda la vi...