Hace mucho tiempo atrás.

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Abrió los ojos lentamente, parpadeo un par de veces intentando ubicar donde estaba pero las paredes blancas del lugar no le resultaban familiares, aquella no era su habitación, un hotel probablemente, aunque no recordaba haber ido a ninguno o haber incluso pasado la noche con alguien, miro a su alrededor con dificultad mientras a sus oídos llegaba un sonido constante, no le parecía familiar hasta que lo recordó, si lo había escuchado, en muchas películas, era el sonido que siempre provocaban aquellas máquinas que detectaban el pulso del enfermo, se miro recostado sobre la camilla, el dorso de su mano izquierda tenía una pequeña manguera que estaba unida a una bolsa que contenía un liquido transparente.

Intento recordar lo que había sucedido percatandose de que su visión era limitada, no por su cabellos sino por algo más, se llevo la mano libre de artefactos médicos al rostro noto que un parche cubría su ojo derecho.

No tenía idea de por que no recordaba nada e intentarlo le provoco una gran jaqueca, rememoro todo el día en su cabeza, recordaba haber salido de casa para ir a encontrarse con bokuto y akaashi, estaba molesto por que el tren iba retrasado y perderían su función en el cine, recordaba haber bajado del tren y casi correr teniendo la esperanza de poder encontrarse con sus amigos solo unos pocos minutos después de la hora acordada.

Y después de eso, solo había un enorme vacío, nada. No recordaba lo sucedido después de eso en absoluto.

Pero cuando lo vio entrar recordó todo, ¿Que hacia él ahí?, intento dejar de mirarlo pero le fue casi imposible y cuando por fin logro desviar la mirada el rubio ya había tomado asiento en una silla a su lado.

-¿Como te sientes? - pregunto mientras tocaba su mejilla para después tomar su mano.

Quería llorar, se sentía miserable por lo que alejo su mano para que el otro no lo tocara y solo pudo morderse los labios después de que ninguna palabra salió de su boca.

-No quiero verte, por favor vete - dijo con un hilo de voz sin mirar al rubio y sus ojos se llenaron de lágrimas- Por favor solo veté- se cubrió el rostro con un brazo.

-Me preocupo por tí, eres mi amigo y es obvio que verte aquí tumbado en la cama del hospital me preocupe- el rubio no se movió de donde estaba, mientras que el no alejo el brazo de su rostro, no quería verlo, no quería.

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Hacia tantos años que conocía a aquel rubio, no recordaba realmente como es que lo había conocido ni mucho menos como habían llegado a llevarse tan bien, pero sabia que era una persona que valoraba lo suficiente.

Ambos reían mientras jugaban videojuegos en la casa de Tsukishima, Kuroo miro la hora y se dejo ganar para mirar al otro.

-Debo irme a casa, puedes quedarte el juego y devolvérmelo cuando lo termines - dijo estirándose un poco.

-¿Mañana tienes trabajo?- pregunto el rubio girando sobre la cama para quedar boca arriba mientras seguía manejando un momento el juego para apagar la consola y mirar a Kuroo que comenzaba a buscar su mochila.

-Si, tengo que levantarme temprano si no me quedaría un poco más - dijo divertido para sacar su mochila de debajo de la cama del rubio- ¿Y tu que harás? - le pregunto mientras tomaba su cartera y su celular y miraba al otro tomar sus cosas también.

-Debo ir a casa de Yamaguchi, le dije que iría a verlo hoy - suspiro, realmente no parecía muy convencido de querer salir de casa a esa hora.

-Saludalo de mi parte - sonrio mirándolo, hizo un ademán con la mano a manera de despedida pero se sorprendió al sentir que el rubio lo abrazaba, tan fuerte y juntando sus cuerpos tanto que le hizo sentir un poco incómodo, solo pudo corresponder.

Cruel amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora