Capítulo 3

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Tal vez me haga sentir mejor saber que no soy el único al que la primera clase del día se le hace la más fastidiosa, eterna e insípida del mundo.
Eso o el simple hecho de que ese profesor no me agrada para nada.

Mi sitio estaba justo detrás de una chica rubia (teñida) con mechas turquesa y verde limón, probablemente en contra de las normas disciplinarias del colegio, delante de un chico alto, deportista, con dos perforaciones en cada oreja y los botones de la camisa desprendidos...y junto a la pared.

¡Perfecto! Mi plan de mantener el perfil bajo junto a esas dos estrellas fugaces tenía 99.9% de probabilidades de fracasar, si es que ya no lo había hecho.

Miré desesperadamente el reloj sobre la pizarra, faltaban cinco minutos para que el primer receso comenzara. ¿Qué tan largos pueden llegar a ser cinco minutos?

—Bien, tendrán tarea los que pierdan en el piedra papel o tijeras con el compañero de atrás .—por primera vez escuché atentamente lo que dijo el profesor. Un momento. Pero qué...

Sentí que pateaban mi asiento desde atrás.

—Hey .—el tipo de las perforaciones se dirijió a mí—. Será mejor que me dejes ganar o finjas que pierdes.

¿Qué? ¿Y este qué se creía?

—¿Disculpa?

—Es por tu propio bien, Héroe.—se burló—. No te ves como alguien que hace deportes, seguramente todo tienes diez de diez en tu libreta, no es nada para ti cumplir una tarea ¿cierto? .—acercó su frente a la mía tratando de intimidarme.

Pero no. Y éste creía que yo tenía idea de qué era una jodida célula. Detestaba el estereotipo de que si no eres bueno en algo, obviamente tienes que ser bueno en lo opuesto. ¿Qué acaso no había espacio para los inútiles?

Estallé en carcajadas.

—¡Qué rayos! .—volví a reír—. Soy inútil en cualquier cosa que hago, no sé sumar, ni restar. ¿Qué mierda es un glóbulo rojo? .—hice presión contra su frente—. Escucha, si no quieres hacer esa tarea, compite limpiamente.

Estampé mi mano contra la mesa de su asiento.

—Parece que esos dos se lo toman seriamente .—comentó el profesor.

El tipo de las perforaciones frunció el seño. Ambos llevamos nuestras manos hacia nuestras espaldas y pronunciamos en voz alta al unisono:—¡Piedra, Papel o Tijeras!

Mi mano en forma de tijeras terminó siendo aplastada por su puño y esta vez fue él quien rió.

—¡Toma esa!

Para mi sorpresa nadie estaba riéndose de mi fracaso o de la escena que me había montado...otra vez. Más bien, todo tenían caras de aburrimiento, algunos estaban jugando contra sus propios contrincantes y luego estaba él, Hugo observaba hacia una esquina del salón, donde había un puesto vacío, lo observaba nostálgicamente a mi parecer.

—Chicos —intentó llamar el maestro—. ¡Chicos! —por segunda vez—. ¡Mocosos de-! —todos lo miraron—. Bien...ehm...eso ha sido una broma, no tengo tarea que enviarles, ahora lárguense a su recreo.

En ese momento en verdad quería burlarme del chico de las perforaciones, su cara estaba llena de desilusión, rabia y odio. Odio específicamente hacia mí.

Pero que más daba, no iba a morir.

Todos salieron, yo tardé un poco mientras buscaba mi dinero para el almuerzo, Hugo se ofreció a esperarme y juntos salimos.

—¿Eres una clase de vago o simplemente eres idiota? —preguntó de repente.

Volteé a verlo ofendido.

Alguna vez •yaoi•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora