Ya han pasado casi dos semanas desde que me comí a la Javiera y claramente no pasó a mayores porque las relaciones no son lo mío.
Hoy era jueves y salíamos a las 5. Que paja por la chucha.
—Dinah, ¿tení algo pa' comer? —escuché a la Camila preguntarle.
Ahora la Allyson se sentaba en el primero asiento, porque según ella quería prestar atención. Así que la Camila ahora se sienta al lado de la Dinah, justo al frente mío. Le puedo mirar la raja cada vez que se para.
—Me compré unas weás en el recreo, pero ya me las comí.
—Pucha, tengo cualquier hambre y tengo solo la plata del almuerzo.
Pobrecita.
—Camila, toma.
La Camila se dio vuelta y le pasé un paquete de fracs (la única galleta que no hace crack).
—¿Para mí?
—Sí po.
—¿Y tú? Te vas a quedar con nada para después —me dijo. Que tierna.
—No, si tengo plata. Cómetelas no más.
—Gracias, Laurencita.
Y se empezó a comer las galletas. Tiene que puro tener cuidado con la Dinah porque se come todo.
—Oe, que soy peladora Lauren —la Dinah me tiró un papel.
—¿Lo dije o lo pensé?
—Lo dijiste —me respondió la Normani.
Cresta.
***
En el almuerzo, uno de los hermanos chicos de la Dinah se esquinzó un brazo, así que lo tuvo que acompañar al hospital. Después de eso, cuando empezó la clase, el profe llamó a mi mejor amiga.
—Kordei, la retiran.
—Shaa, ¿y por qué? —le pregunté.
—Te dije que tenía dentista —me dio un beso en la mejilla y después se despidió de las cabras antes de irse.Pasaron dos minutos tocaron la puerta. Era un tipo del centro de alumno.
—Profe, necesitamos a la presidenta de curso pa' la reunión del centro de alumno.
—Ya, que vaya no más.
La Allyson se paró rapidito y se fue.
Ahora quedábamos solo la Camila y yo.
Espera. Calmao, detén todo.
Quedó solamente la Camila.Me senté en el asiento de la Normani que es el de la muralla y le hablé a la niña nueva.
—Oye, Camila, siéntate conmigo po.
La cabra se paró media nerviosa y se sentó en mi puesto.
—Parece que no vamos a hacer nada —dijo mirando al Profe que estaba webiando con el libro.
—Mh, parece.
Me di vuelta en la silla y apoyé la espalda en la muralla para así poder mirarla mejor.
—Oye, ¿cuántos años tení? —le pregunté porque antes no habíamos tenido la oportunidad de hablar mucho.
—Cumplí diecisiete el 3 de marzo —me dijo mientras me obsrvaba—. ¿Y tú?
—Voy a cumplir dieciocho en junio.
—Te voy a regalar un chocolate para tu cumpleaños —me dijo bien tierna
—No me gusta el chocolate.
—¿¡Qué!? Pero ¿cómo? —ella quedó impaktrueno.
—No sé, pero me gusta la Nutella.
—Ya entonces Nutella —dijo ella.
—¿Y qué música te gusta? ¿Cantante favorito?Se le puso la carita roja. Sospechosa la weá.
—¿Qué onda? ¿Te gusta Justin Bieber? Si ta bien, oh, no te voy a decir nada.
—No, no me gusta. Ósea, tiene buenas canciones, pero no soy fanática.
—Mhhh, ¿One Direction? —Ahí sí que se puso roja y yo me reí— Te pillé.—Ya, oh, si ya no me gustan tanto. Ya pasé la locura.
—Y, ¿qué onda? ¿Estái pololeando? —a esto le llamo investigación.
—No —se acomodó en la silla, viéndose un poco incómoda.
—Pero ¿hay pololeado alguna vez?
—Nop —me respondió.
—Yiaa, ¿en serio? ¿Y por qué no? —ella levantó los hombros y dijo algo bajito que no alcé a escuchar.
—¿Qué? No te escuché.
—Que ni siquiera he dado mi primer beso —dijo bajito y con evidente vergüenza.
La media volá.
—¿Nunca? ¿Nada? —no podía creerlo.
—Ósea solo piquitos jugando a la botellita, pero nunca un beso de verdad.
—¿Y por qué no?
—Supongo que no se ha dado y nunca he querido hacerlo jugando porque quiero que sea especial o con alguien especial —respondió—. Que perna soy.
—No, no, igual bacán eso. Me gusta —ella se rió así súper tierna.
La verdad es como que todo en ella era súper tierno.
—¿A qué edad diste tu primer beso? —ahora fue su turno de preguntarme.
—A los trece.
—¿Y estái pololeando? Estás con la cabra de tercero, ¿o no? Ya no las he visto más juntas.
—Nop, estoy soltera y no, nos comimos no más —ahora me sentía maraca después de saber que ella no ha dado ni su primer beso.
La agradable conversación terminó cuando tocaron el timbre. El tiempo había pasado volando mientras hablaba con ella.
—¿Vamos a comprar? —pregunté.
—Ya, vamos.
***
Cuando llegué a la casa me quedé pensando en la Camila y que nunca había dado su primer beso. Está como vieja para no haberlo hecho —me reí. No, si la verdad es que su decisión de esperar estaba súper bien. Es como re distinta a las otras minas que conocía.
—¡Lauren, ven a poner las cosas para tomar once! —gritó mi mamá desde el primer piso.
Puta la weá, justo me había echao, siempre la misma weá. Todo yo, todo y...
—¡Lauren!
—Ya voy, oh.
—¿Qué dijiste? —chucha.
—Que ya voy, mamita linda.
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Puta La Hueona Hueona Hueón (Camren Chilensis)
FanfictionUn Camren edición Chilensis en el que la Lauren es bastante hueona. HISTORIA COMPLETA. Se está reescribiendo para que puedan disfrutar de una mejor y más fácil lectura.