Parecía que nada mas le importaba a Steve, parecía que solo quería ver a Tony gimiendo bajo él, destrozado por el amor que tanto quería demostrarle, pero de una manera diferente.
...(Si pudieran leer el capítulo con música, la ideal seria Comforting Sounds-Birdy)...
Inició dando suaves besos en su cuello mientras lo recostaba en la cama, dejando a su merced los actos del niño, quien lo miraba, listo para compartir sus soledad mezclada con amor, a pesar de que su cuerpo ya no era tan puro, sentía que por primera vez alguien lo tocaría, dándole todo lo que por tanto tiempo le habían negado.
Steve estaba ya desnudo y comenzó a despojar a Tony de sus prendas y de su nerviosismo, ya poco importaban los tiempos en los que siendo niño sabia perfectamente cuando parar, ahora sin poder hacerlo, se daba cuenta de que tarde o temprano los buenos niños metían la pata.
Tony dejaba al rubio recorrer con sus manos su blanco pecho y su torso mientras besaba sus labios rítmicamente haciéndolo gemir por la sensación tan encantadora que sus labios provocaban en él, su pequeño cuerpo se estremecía entre sus manos, excitándolo de sobremanera, ahora se pertenecerían para siempre.
La desnudes de Tony maravilló los ojos azules de su acompañante, no veía la hora para dejar de besarlo, para dejar de pasear la lengua por sus inexpertos pezones que tan sensibles como una flor que comenzaba a crecer le ocasionaban arqueos a la espalda del chiquillo.
-¿Ya no estas tan nervioso, bebé?-Decía Steve con el rostro ruborizado al castaño jadeante debajo de él.
-Esto es lo que mas anhelo en la vida...no hay tiempo para nerviosismos.-Volvieron a besarse, Tony no controlaba ya nada de su cuerpo, sus manos se posaban en la espalda de aquel hermoso hombre encima de él, tocando y rasguñando de cuando en cuando cada parte de esta, y de sus musculosos brazos.
Estaba ahí, para eso había nacido, para adorar a alguien alejado completamente a ser un Dios o algo parecido.
Estaba sintiéndose amado por primera vez, se sentía tan bien el tacto sobre su cuerpo, sin duda, el de Steve, era el único peso que encantado cargaría todas las horas de su vida.
-Steve...-gimió en el oído del rubio.-Hazme tuyo...por...por favor.
Las palabras le robaron el aliento, la cordura, miró a su niño a los ojos, se veían llorosos y decididos.Sin pensarlo más, olvidó todo en lo que creía, esa noche no existía el mundo, ni existía Dios, ni otra religión mas que Tony.
Dejando rastros de saliva y tenues chupetones en el estomago del niño, bajó hasta encontrarse de frente a su ombligo, ya ahí siguió bajando hasta que los gemidos del niño comenzaron a inundar la habitación, la lengua de Steve jugaba con su pequeño y frágil miembro, no podía soportar la cantidad de placer que tener a ese hombre entre las piernas le causaba, aferró las manos a las almohadas, mientras el rubio continuaba con su placentera labor.
Hasta que se detuvó y comenzó a poner atención a la entrada del pequeño, una corriente eléctrica viajó desde las piernas hasta la punta de los cabellos del castaño.
-Ah...S...Steve...mas...-Balbuceaba el niño. Pero por más que Rogers quisiera fundirse en su cuerpo, no lo hacía, jamás se perdonaría el lastimarlo, así que tomo su tiempo para prepararlo.
-Bien amor, esto tal vez duela un poco...-Le dijo sereno el rubio, tampoco él sabia que sentir, puesto que era su primera vez, pero no era tanta ciencia, básicamente, el amor es lo que te guía.
Tony asintió sonrojado, sabía perfectamente que dolía, aunque por Steve, aguantaría lo que fuera.
Trató de hacerlo lo mas lento posible, tanteando la entrada de Tony con su miembro, aún asustado por lo que su niño pudiera sentir.
Al entrar los primeros momentos, Tony se aferró a sus brazos respirando profundo, parecía que era mejor cuando lo hacían rápido, algunas lágrimas caían por sus mejillas y algunos ruiditos que apenas se sostenían en la frontera fina entre el quejido y el gemido.
Terminó de entrar en la estrecha cavidad del pequeño y este gimió dolorosamente, ciertamente, el dolor mas adorable que había tenido.
Steve, por otra parte, se sentía en el mismo paraíso, ya eran uno solo, ya estaban unidos.
-¿Te...te duele?-Cuestionó Steve ignorando las gotas de sudor en su frente.
Tony abrió los ojos y lo besó repentinamente, no sabía si podía tomarlo como respuesta pero correspondió felizmente.
Comenzó a moverse, a sentir el interior del menor, a fundirse mas intimo con él.
Tony gemía extasiado por los movimientos del padre.
Y lo hizo aun mas sonoramente cuando los movimientos subieron de velocidad, aunado a eso, los besos y lamidas en su cuello,
que salvajemente se daban lugar en su boca.Nadie se pudo haber imaginado tan hermosa escena, dos cuerpos sobrecogidos por el placer, miradas exaltadas por el entusiasmo, mejillas encendidas por el amor, pupilas dilatadas por el placer, uno fulminado por el asombro hecho goce y otro traspasado por el goce hecho asombro, transfigurado uno por la admiración y rejuvenecido otro por el deleite.
Pero cuando parecía que alcanzaban el punto máximo del encanto, un grito salió de la boca de ambos, Tony se aferró a la espalda de Steve, incrementado la sensación que el rubio parecía también sentir.
La espalda del castaño se arqueó, sintiendo una especia de alivio máximo para cambiar a un líquido que calentaba su vientre, no pudiendo aguantar esa majestuosa sensación derivada de bellezas terrestres y de majestuosos signos de lo sobrenatural, escondió su cara en el amplio pecho de Steve gimiendo, por ultimas veces.
Sus cuerpos temblaban, Rogers no supo de donde sacó la fuerza necesaria para que sus brazos no se doblaran y cayera encima de su bebé.
Cuando la respiración en ambos se normalizó, el rubio depositó varios besos en la frente de Tony y luego en su temblorosa boca.
-Te...te amo,T..Tony.
-Y...y yo a ti, Steve.
Se acomodaron en la cama, ambos estaban agotados, el castaño era abrazado por su rubio sintiéndose seguro en sus inmensos brazos tan cálidos como sus besos.
Se encontraban muy cómodos entre las sabanas, suspirando por tantas cosas lindas esa noche.
-Así que, ¿Así se siente?...-preguntó el infante.
-¿Que?
-Que un hombre te ame...-Steve sintió el alma partirse en dos, besó la cabeza del niño y lo cobijó como si fuera a romperse.
Le dijo que durmiera, que no se preocupara, que tal vez para mañana, irían a dar un paseo o a comer un helado de chocolate, de los que tanto le gustaban.
Tony obedeció, después de agradecerle con un beso tantas maravillas.
Steve no pudo dormir aún cuando el castaño lo hacia sin preocupación, lo miraba tan inocente, tan puro, a pesar de que le había quitado su esencia, aunque él se la ofreciera confiando en su amor, tan puro como todo en su pequeño cuerpo.
De igual manera, y por mas mal que estuviera, jamás olvidaría aquel día, en que lo probó, en que lo degustó como al vino en las misas...,su cuerpo se convirtió en su templo, sus ojos en su fe...y él, ciertamente, se convirtió en su Dios, por el que concibió la vida...y por el que con gusto también la perdería...
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Espero que les haya gustado este capitulo tan lleno de amorts...
Y también espero que en el infierno no haga tanto calor como dicen hejjee
Comenten que les pareció y nos leemos pronto...
L@s amo Bitches!!!
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Tell me your sins ~Stony~ (Terminada)
Fanfic"...La historia del ángel que quiso quemarse, al ver un infierno, que le gusto..."