Un ave fénix, de papel ➸ kiho/wonki

3

Capítulo final.

* * *

Yongguk sabía que ese momento llegaría, incluso sabía que su indiscutiblemente metiche novio estaría allí con los nervios de punta caminando de un lado a otro como si estuviese atrapado en una imaginaria jaula de leones, aunque Daehyun sí podía ser comparado con un león en esos momentos, o más bien, una leona cuidando de su cachorro.

Kihyun se encontraba sentado en el amplio sillón de la sala de estar con los ojos hinchados, la piel pálida y un peluche suave entre sus manos que Daehyun le había regalado para que no golpeara a nadie cuando estuviese furioso. El pequeño peluche estaba siendo precisamente estrangulado en el segundo en que Yongguk entraba a la escena con dos tazas de té de manzanilla en las manos, el chico de labios carnosos besó su mejilla agradecido y la pequeña mota de algodón de azúcar susurró un "gracias" algo ido cuando soltó el conejo de peluche y tomó la taza caliente.

No estaba muy seguro de qué debía hacer en esos momentos, especialmente cuando Daehyun no paraba de hablar, decirle cosas y recriminarle otras a un Kihyun que obviamente no le estaba poniendo atención, ya conocía lo suficiente a su chico para ni siquiera atreverse a detenerlo, así que se sentó al lado del diminuto cuerpo y esperó que Daehyun se diera si mismo un respiro antes de jugar con sus manos y llamar la atención carraspeando la voz.

—No sé si es necesario que te diga ésto, pero... —Kihyun automáticamente lo observó poniendo toda la atención que pudo —Las personas no eligen a quien amar, ni a quien odiar. Es absurdo que te juzgues tan fuertemente por algo que pasó hace tanto tiempo, especialmente cuando ni siquiera eras consciente de tí mismo. —El menor iba a abrir la boca, pero al notar que el otro no había terminado calló inmediatamente —Hoseok te ama tanto que me da miedo, ni siquiera tú te amas tanto como él, es ridículo. —Se dio una ultima pausa —No te hagas ésto y vive lo que tengas que vivir.

Daehyun sonrió, porque Yongguk había dicho casi todo lo que él mencionó por horas y al parecer esas palabras le habían llegado mucho más profundo a Kihyun que todo lo que él mismo parloteó. El mencionado agachó la cabeza angustiado, Yongguk le dio sus típicas palmaditas en los hombros y se retiró a su habitación sabiendo que ya era hora que los dos amigos se quedaran solos. Kihyun no quería volver a levantar la cabeza por vergüenza, vergüenza de lo que había hecho, de sí mismo, de su actualidad y de su futuro. Ni siquiera podía mirar nuevamente a Daehyun sabiendo que le estaba causando tanto daño con el sólo hecho de mantenerlo preocupado.

Porque él no podía responder a la pregunta de Hoseok aunque deseara gritarle un "si" en la cara cada vez que lo recordaba.

Su departamento estaba destrozado, habían pocas cosas allí que todavía estaban utilizables, algunas ollas, servicios, y principalmente la cama. Todo lo demás se había ido al demonio y después de escuchar como los vecinos planeaban llamar a la policía por temor a lo que estuviese ocurriendo Kihyun tomó su chaqueta, se vistió y corrió por la ciudad durante horas. Correr lo hacía cansarse, y al cansarse la rabia también se desvanecía.

Cuando todo se había ido, estaba solo.

No supo en qué momento ocurrió, pero al poco tiempo ya se encontraba tocando un par de veces la puerta de los jefes. Esperó un par de segundos y a raíz de su impaciencia había volteado para largarse avergonzado de no ser porque Yongguk lo había sorprendido desde la ventana. Daehyun corrió a abrazarlo y Kihyun hizo una mueca. No se había dado cuenta que estuvo llorando desde principio a fin.

Daehyun se sentó a su lado en el sillón luego de ver al mayor marcharse y guardó silencio unos minutos, evaluando sus futuras palabras.

—Tal vez... si sólo le dices sabrías como acabaría la historia.