Perfect Enemies.

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Cap 1.

Era una tarde esplendida.

Magnifica, realmente perfecta. Había una exquisita brisa calida a eso de las 4 p.m. A esa hora explícita, me encontraba sentada en uno de los cómodos sillones en la boutique donde trabajo. Un local de color blanco —llegando a ser gélido— resultaba el complemento de un monótono lugar de labor. Trabajaba hace unos meses en este localcillo. Desde que termine mis estudios, me habían propuesto este puesto. Como diseñadora de 

zapatos; creaba todo tipo de zapatos. Bajos, tacones, sandalias, etc. La dueña de la boutique, es nada más ni nada menos que mi queridísima tía Tati. Tenía un nombre más complicado, pero el de pila era Tati. 

Supongo que así se bajaba la edad. Tati, es la hermana de mi madre. Por lo que es mi tía preferida —además que comparto su locura— cosa que me agrada muchísimo. Dentro de la boutique, trabajo en conjunto con Kate y Allie. Hijas de mi tía, por lo tanto mis queridísimas primas. Kate y Allie, no se parecen mucho que digamos —física y psicológicamente— si no te dijeran que son primas, creerías que son amigas de toda la vida. Kate es de pelo castaño oscuro y ojos verdes. Mientras que Allie, es castaña clara con ojos azules. Realmente dos opuestos. Por mi parte, soy simplemente una chica de 20 años —al igual que mis primas— Mi cabellera es castaña clara, con 

mechitas rubias. Y mis ojos, son de un sencillo color verde. No soy muy alta, ni muy menuda. Soy una chica normal de 20 años. Pero basta con descripciones.

—Alice, tu mamá esta al teléfono —dijo desde el escritorio Kate.

¿Mamá, llamándome? Eso si era un suceso. Hacía mucho que me había independizado, y desde ese entonces hablaba muy poco con mamá. Solamente nos hablábamos por cosas importantes —y sacando cuentas— eso era 

alrededor de un día por cada semana. Me levante mirando extrañada el teléfono, y levante el auricular para escuchar la noticia que me cantaría mi madre.

—Mamá, ¿Qué haces llamándome? —Dije sin tapujos— 

(…) 

—No haré nada esta tarde, ¿Por?—

(…) 

—¿Quieres verme en un café?—

(…) 

—¿Es algo importante?—

(…)

—¿Te vas a casar?—

(…)

—Esta bien, me dejo de bromas y te veo.—

(…)

—Adiós, y también te quiero.—

Colgué más confusa de lo que conteste la llamada. Al parecer era algo importante lo que mamá tenía que confesarme. Mi cabeza maquinaba mil cosas. Y deseaba con fervor que una de esas no fuera un ruego de «Eres 

mi única hija mujer, no quiero estar sola». En eso, siento una mano que se pone sobre mi hombro izquierdo.

— ¿Estas bien, cariño? —era Tati.

Sus ojos apenas se apreciaban, ya que había optado por la moda del “flequillo recto y cabellera roja”. Cosa de vanidad —según ella— para sentirse más joven.

— ¿Has hablado con tu hermana?—

— ¿Con tu madre? —pregunto extrañada.

—Por supuesto.—

—No…—me miro fijamente y rodó los ojos, como si supiera exactamente lo que rondaba por mi cabeza— Piensas que a tu madre se le ocurrió alguna idea descabellada, ¿No es así?.— Asentí.

Perfect Enemies. «Zayn Malik» «A.U»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora