Mi Eternidad [Miketsukami Soushi]

Capítulo 16: Sábanas Blancas

《 Le encantaba observarla; Así como un lobo observa a la luna, de una manera preciosa, admirable e inalcanzable 》

  **Sigue Narrando _____**

    Ya había pasado unas horas desde la fiesta de bienvenida para nosotros dos que nos dieron los inquilinos de la Mansión.

    Y como me lo imaginé, fue cansador aquella fiesta, terminamos todos cansados al bailar unos momentos, hablar y reír mientras nos conocíamos mutuamente.

    Ahora estaba en los baños duchándome mientras me relajaba con agua tibiecita. Cerré mis ojos sintiendo la relajación y la tranquilidad dentro de mí, comencé a murmurar una melodía dulce mientras acariciaba mis brazos y parte de mi cuerpo con la esponja, me hundí un poco más hasta mis hombros. El vapor se evaporaba al subir, solo había algunas velas alumbrar tenue por causa que la luna aún este en los cielos dando su hermosa luz en aquella oscura pero fresca noche.

—Que linda melodía, _____-sama—Pude escuchar un susurro hacía una distancia detrás de mí—Es tan relajante

    Me sorprendí y me asuste al mismo tiempo, causando que me girase con rapidez hacía la dirección tapando mis pechos con mis brazos. Estaba sentada en el agua tibia causando que no se me viera la parte de la cintura para abajo, y como el agua deja reflejar un poco, solamente se podían ver mis piernas sumergidas.

—So-Soushi-kun.

    Era él, me observaba con unos ojos penetrantes directamente hacía mí, tenía una leve sonrisa en sus labios y su rostro solamente se podían ver algunas partes por la oscuridad que lo ocultaba.

— ¿Qué haces aquí? —Pregunte observándolo, me acerque a la orilla para tomar mi toalla y salir mientras me tapaba.

    Le dí la espalda mientras secaba mi cuerpo con la toalla teniendo en cuenta en tener cuidado al no dejar que viera él mis partes íntimas. Me puse una camisa larga que me quedaba por mitad de mi trasero y me puse mis bragas.

—Quería verla—Escucho de parte de él mientras me seco mi cabello un poco.

— ¿Verme? ¿Por-...?—Preguntaba mientras me daba la vuelta hacía su dirección pero no alcanzo a terminar de hablar cuando lo siento a él acorralarme hacía la muralla que estaba a mí lado— ¿Q-Que haces? —Dejé caer la toalla hacia el suelo, me sorprendí al verlo a escasos centímetros de mi rostro, lo cual hizo que me sonrojara.

    ¿Por qué él me hacía latir tan rápido mí corazón? ¿Por qué aunque quisiera poner resistencia no podía, sobre todo... no quería hacerlo? Como si algo profundo dentro de mí me impidiera en hacerlo.

    Él no me responde a mis preguntas, solo me observaba a los ojos y la bajaba a mis labios, ciento su mano en mí mejilla mientras que las yemas de sus dedos me acarician. Acurruco mi mejilla en su mano informándole que no la sacara y siguiera sintiendo sus caricias en mí piel.