Nunca más.

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Les recomiendo leerlo después de comenzar Ninjago 2: Bajo engaños, pero si siguen en el primer libro y quieren leerlo no hay problema, no tiene ningún spoiler.

El bosque oscuro siempre había resultado un lugar atemorizante. Grandes árboles surcaban el paisaje, extendiéndose orgullosos hacia el cielo, pareciendo no tener fin. Los sonidos y murmullos abundaban como el salpicar en un río. Las leyendas de los Grundall en ése lugar mantenían a todos los habitantes de las aldeas cercanas alejados.

<<-Perfecto>>, pensó Dracko. Era justo lo que necesitaba.

Cubrió su cara con su pequeña mano para poder intentar ver la copa de un árbol sin que el Sol lastimase sus brillantes ojos color miel. Trepó cuánto pudo, pero no conseguía llegar muy lejos. Tras una caída contra el suelo, dió un bufido. No tenía otra opción, tendría que hacerlo.

Dobló las rodillas e inclinó su pequeño cuerpecito. Podría tener la apariencia de un niño de nueve años, pero en realidad era mucho mayor de lo que aparentaba. El tatuaje que quedaba al descubierto en su brazo derecho debido a la tela rasgada de la manga emitió un brillo dorado que comenzó a extenderse por su cuerpo como una bruma de diamantina. Sus brazos se alargaron y de su espalda dos enormes alas coráceas surgieron. Sus fauces se hicieron más grandes y un par de curiosos bigotes le brotaron bajo el hocico.

Bajo su forma de dragón le fue sencillo alcanzar una de las ranas más altas, en donde estaba su objetivo. Piñas de pino. Arrancó sus garras algunas, tratando de darse la mayor prisa posible. Aún no controlaba muy bien sus poderes y no podía asumir su forma de dragón por mucho tiempo.

Una figura fugaz captó su atención. Dracko se permitió voltear, rápidamente. Un niño de a penas unos seis años recogía las piñas caídas cerca de una cueva.

<<-Pero qué bobo. Todos saben que éso no se hace, o...>>

Un ruido gutural fue emitido desde el interior de la cueva. Un par de ojos amarillentos y sin vida se asomaron. El niño palideció al ver al Grundall frente a él. Era enorme.

<<-Y ahí está. Era muy predecible>>, pensó Dracko, meneando la cabeza. <<-¿Por qué no se mueve?>>.

El niño seguía plantado en el mismo lugar, con los ojos en blanco y sin color en el rostro. Los rugidos del Grundall se hacían cada vez más y más frecuentes.

<<-El Grundall va a... oh, rayos>>.

La inmensa mole de color tinto se abalanzó sobre el pequeño, pero no consiguió llegar a él. Una figura fugaz y dorada salió disparada hasta éste. Dracko intentó clavarle sus fauces, pero a penas tenía el tamaño de un dragón recién preparado para volar y el Grundall era mucho más grande. Dracko intentó zafarse de las zarpas del animal, que llegaban como ráfagas simultáneas, una tras otra, con la intención de deshacerse del dragón. Pero Dracko era más rápido. Consiguió esquivar todos los ataques y sacar sus patas traseras del ataque del Grundall. Usó todas sus fuerzas y empujó a la bestia devuelta al interior de la cueva. Posteriormente, Dracko embistió con su cuerpo contra las rocas y hacer que sellaran la entrada... o salida.
Dracko respiraba entrecortadamente al tiempo que regresaba a su forma humana. Su enorme cabellera negra le caía salvajemente sobre la cara. El niño a quien había salvado se acercó a él y lo abrazó. Dracko, sobresaltado, lo apartó de un tirón. No estaba acostumbrado a ninguna clase de afecto. Hasta donde recordaba, toda su vida se había valido por sí mismo.

-¡W-o-w! ¡Éso fue-! -exclamó el niño, pero Dracko lo interrumpió.

-¡Muy tonto! ¿No se te ocurrió que éso estaba allí?

El niño negó con la cabeza. Dracko lanzó un bufido y se dió media vuelta.

-¡Espera! No te he dado las gracias.

Dracko se detuvo, pero no lo miró.

-Gracias -le dijo el niño, con una sonrisa. Dracko siguió caminando y se dispuso a recoger sus piñas.

Se sobresaltó cuando, al darse la vuelta, se encontró con un par de ojos grandes color mar.

-Me llamo Walter -el niño le extendió la mano, con una sonrisa.

Dracko lo pasó de largo, pero Walter no se rindió y se encaminó de nuevo hacia su salvador, dando saltitos, como un conejo.

-Ése no es mi nombre, en realidad. Bueno, éso creo. Mis amigos me llaman así porque no recuerdo mi nombre.

-Ah, qué bien, niño -bufó Dracko, exasperado-. ¿Y por qué no se lo preguntas a tus papis?

Walter bajó la mirada y se detuvo.

-Oh, ya veo. Bueno, Winder, fue un no-placer conocerte.

-En realidad es...

-¡Adiós! -Dracko levantó la mano derecha mientras se alejaba y dejaba atrás al niño.

-¡Sabes, yo también soy como tú! -gritó Walter, mientras corría hacía Dracko.

-¿¡Eh!? -exclamó éste al verlo aparecer de la nada a su lado-. En verdad eres molesto... ¿A qué te refieres con éso de que eres como yo?

<<-Nadie es como yo, es mejor para ellos no serlo>>.

-Éso que hiciste. Claro que no hago lo mismo, pero... en fin, mejor te lo muestro...

Walter corrió hacia un pequeño charco de agua, cerró los ojos y levantó las manos. El agua del charco comenzó a elevarse con formas irregulares para luego regresar a su sitio. Dracko observó el escenario, con una mueca.

-¿Lo ves? -Walter se giró hacia él, con una sonrisa.

<<-El niño agua...>>.

A Dracko no le sorprendió, había visto a personas capaces de controlar lis elementos antes, pero nunca a un niño de seis años.

-Sabes, creo que podrías aprovechar tu "don" para algo bueno -le aconsejó Dracko, y siguió caminando. Ésta vez no le sorprendió que Walter lo siguiera.

-Sé que estás solo... y yo también, así que pensé que si viajábamos juntos ninguno de los dos tendría que volver a estar solo, ¿Qué dices?

Dracko se volvió refunfuñando hacia el niño a su lado. Siempre había estado solo y no conocía otra manera de viajar, y le gustaba. No dependía de nadie y nadie dependía de él. Ése sentimiento de autoridad sobre su propia vida le hacía olvidar que, en realidad, sentía que el ser inmortal era una dolorosa condena. Pero, al ver la expresión de inocencia del niño, Dracko cambió de opinión. ¿Podría funcionar, no?

Dracko hizo una mueca y asintió, los ojos de Walter se iluminaron.

No sabía qué sucedería a partir de ése momento, ni a qué se enfrentarían, pero, sí sabía una cosa: ya nunca más volvería a estar solo.















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Hola! El segundo One Shot de la historia ¡Yay! Y qué mejor que de Dracko y Walter 😏

Más adelante vendrá el del por qué Cybermad es malo, pero por el momento no pongo fecha, porque podría ser un GRAN spoiler.

Los quiero mushashos! No pierdan la máscara! 😄

Ninjago bajo ataque-One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora