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Durante toda mi infancia me la pase encerrada en mi habitación leyendo y leyendo cualquier tipo de libro que hablará sobre cosas de fantasía y magía.
Por alguna razón los libros de romance jamás me interesaron. No importaba si ya no tenia nada que leer y esos eran los únicos en el estante de la abuela —quién habia dejado aquellos libros para mí—.
Y literalmente crecí sola pues cuando nací mis hermanos Taeyong y Mark tenían 17 y 13 años respectivamente.
Cuando comencé a leer a los ocho años Taeyong ya se habia mudado de la casa de nuestros padres y Mark estaba muy ocupado con la universidad como para pasar tiempo conmigo. Realmente no le tomaba mucho en cuenta porque en los libros encontraba mi propia diversión y realmente apreciaba y disfrutaba el tiempo que pasaba a solas.
Y toda mi infancia y adolescencia estuvo desbordada por libros y libros, juraría que gaste durante mis épocas de adolescente el equivalente de maquillaje, ropa y zapatos de una chica promedio en libros.
¡No me arrepiento de nada!
Ni siquiera cuando decidí estudiar Literatura en la Universidad, porque ese era uno de mis sueños de vida.
De lo único que me arrepiento es...
¡De no haber leído aquellos libros de romance del estante!
Uno de los proyectos finales antes de vacaciones era escribir una novela según el género que te haya tocado.
Y fue allí donde me di cuenta que la vida me odia cuando me tocó "Romance".
¿Por qué nunca me enamoré de algunos de los chicos guapos, pero tontos en la secundaria?
¿Por qué ahora la vida me atacaba con escribir algo romántico cuando yo nunca habia vivido algo así?
¡Jamás de habia enamorado de verdad!
Sólo de personajes ficticios.
Y ahora tenia que encontrar una solución a este gran, gran lío.
No sé cómo lo haré, pero escribiré esa estúpida novela.
