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Un silencio sepulcral se encontraba sobre el comedor de los Lee.
La mujer había citado a sus tres hijos a comer para pasar tiempo con ellos, más sin embargo la mujer era bastante amargada y apesar que el mayor de sus hijos tenía 37 años temía mucho de su madre.
Mark cortaba el trozo de carne con parsimonia. Cabe destacar que él fue el único de los hermanos Lee que tenía otra nacionalidad diferente a la de sus hermanos pues cuando la empresa de su padre y abuelo estaba en floreciendo, tuvieron la oferta de plantar una empresa en Canadá. Taeyong tenía 4 años en aquel entonces y su madre estaba esperando a su segundo retoño, meses después nació Minhyung y estuviero viviendo en aquel país alrededor de 8 años, para luego regresar a Corea.
Cinco años más tarde nació Hayoung, todos en la familia estaban impresionados con la noticia y en especial Taeyong; no podia asimilarlo aunque ya era todo un muchacho.
Mark por su parte estaba feliz de dejar de ser el pequeño de la familia y ahora encargarse de cuidar a la pequeña y regordeta Hayoung.
-¿Vas a regresar a Busan, Taeyong? -Preguntó la mujer sin quitar la vista de su apetitoso plato.
-Por supuesto, pasaremos las vacaciones en casa de los padres de Hwayoung. -Le contestó, el bien educado primogénito de la familia Lee. Hwayoung es la esposa de Taeyong, quién era ocho más joven que su esposo.
¿Deberíamos mencionar que estan esperando a su primer hijo? Aún no saben el sexo, pero ya tienen sus nombres propuestos por si acaso.
-¿Hwayoung sigue con la idea de que el bebé tendrá que nacer en Busan? -La mujer le mandó una mirada asesina a Hayoung por su altanería, pero a Taeyong sin embargo le pareció gracioso.
-Es muy triste que tu esposa tenga un nombre parecido al de tu hermana pequeña, ¿no es así bro? -Se burló el mediano de los hermanos con su típica risa de hiena, que a los dos restantes les parecía molesta.
Por otra parte, Mark era padre de dos gemelos; Matt y Dake, los cuales también era de nacionalidad canadiense y encima de todo su esposa también era de esa nacionalidad.
De verdad, Mark estaba enamorado de Canadá en sí.
-Sí, bueno tu sabes bro. Hacer cosas con tu esposa y no poder hacerlo por tener a tu horrorosa hermana en la mente...
-¡Los odio! ¡Son tas sucios! -Chilló sonrojada, ellos en cambio estallaron en risas mientras ella lloraba de pena. -¡Maduren! -Soltó un grito frustrado, sus mejillas seguían enrojecidas y con molestia pinchó una verdura.
-¿Y qué tal tu novio, Hayoung? -Mark bebió un poco de jugo, su hermana menor lo miro confundida, ¿novio? Ni siquiera estaba enterada si tenía uno. -Vamos Youngie~ no trates de engañarnos. Te hemos visto con aquel guapo tailandés, el que siempre invitas a casa -La chica al escuchar aquello casi se atraganta con lo que estaba comiendo.
