Parpadee una vez más en mi triste intento de no quedarme dormida en clase. Era mi penúltima hora y debía aceptar que aquel día el sueño era un contrincante bastante difícil de vencer. Gire levemente mi cabeza y logre divisar como mi amigo Indrid había cedido ante el sueño y dormía una profunda siesta.
Saqué mi móvil y le envié un mensaje.
Eva
Todos te han tomado fotos. Causarás sensación en la redes sociales. Sin duda lo mejor ha sido tus videos roncando.
Fue cuestión de segundos para que Indrid percibiera el berreo de su móvil el cual estaba en su pantalón. Hizo un ligero estiramiento y revisó su teléfono. Una mueca de confusión se dibujó en su rostro para después ser sustituida por una mirada retadora dirigida hacia mi. Tecleó con rapidez y respondió a mi mensaje.
De: Indrid
No te creo ABSOLUTAMENTE nada 😊. Deja de estar de pesada.
Reí por lo bajo, realmente era difícil engañar a Indrid. Me encogí de hombros ya que aún seguía mirándome y le devolví una sonrisa.
Ya cuando faltaban cinco minutos para que terminara la última hora mi teléfono vibró ante un mensaje de Indrid.
De: Indrid
¿Ya decidiste?
Eva
¿Que cosa?
Indrid
Fiesta 🎉.
Hacía una semana que Indrid me había invitado a una fiesta que daría un primo suyo junto con sus amigos. Yo le había respondido que lo pensaría y claramente lo había olvidado.
Indrid, ni siquiera conozco a tu primo.
Para eso son las fiestas, para conocer ¿no? No seas boba. Además, pronto cambiara de universidad y tal vez sea a esta.
Bien.
Tanto Indrid como yo cursábamos primer año de universidad, su primo se transferiría de universidad por motivos desconocidos y debido a que la madre de Indrid y la de él eran bastante cercanas, la probabilidad de que fuera a la nuestra era bastante alta.
3:00 pm
Arrojé mi mochila al asiento de copiloto y me dispuse a conducir a mi departamento. Los días a veces podían ser bastante tediosos, y más cuando no comía nada en absoluto. Lo que me mejoraba el ánimo era saber que era viernes y que había fiesta. Había acordado con Indrid que nos iríamos juntos a eso de las 10.
Indrid y yo solíamos vivir en la misma ciudad antes, nos conocimos en la preparatoria y desde entonces habíamos entablado una amistad. Concordábamos bastante bien porque compartíamos los mismos gustos por la mayoría de las cosas e incluso por la carrera universitaria. Por ello, cuando decidimos que queríamos estudiar lo mismo y que sería en una universidad lejos de nuestra ciudad no dudamos en vivir cerca uno del otro. Encontramos un edificio con distintos departamentos, la mayoría de los inquilinos eran estudiantes de la misma universidad ya que estaban cerca de la escuela.
ESTÁS LEYENDO
Quebrado
Teen FictionLas emociones crecen, nos alteran y agobian, demandan a sentirse, aún más a nosotros... tan jodidamente jóvenes. Hay pocas cosas que doy por hecho; el contar con mis amigos y familia, además del profundo amor a mi universidad... O eso creía... Aque...