12:15 am
Tocaba insistentemente la puerta del departamento de Indrid, los anillos que descansaban sobre mis dedos provocaban un sonido aún más fuerte, imposibilitando el hecho de que alguien no lo escuchara. Incluso creía que algún vecino de la planta baja saldría a callarme.
Cuando pasaron 10 minutos de mis toquidos supe que mi amigo estaba dormido o no se encontraba en su departamento.
Me recargué sobre la brillante y blanca pared que constituía el pasillo que separaba nuestros departamentos mientras repasaba mi situación. Necesitaba recuperar mi celular y quería que él me acompañara; era algo temprano comenzar el día hablando con una persona tan exasperante como su primo.
La idea de ir sola no era en absoluto tentadora pero estaba consciente de que Aiden no traería de vuelta mi teléfono. Tendría que ir sola y la simple idea me provocaba rodar los ojos.
Caminé a mi departamento y tomé las llaves de mi auto a regañadientes, atrapé una manzana a mi paso y bajé del departamento mientras le proporcionaba una pequeña mordida a ésta.
Mientras bajaba los escalones no dejaba de pensar que si Indrid no hubiera bebido tanto el día anterior seguramente no tendría que enfrentarme sola a una fraternidad que recién conocía y que para nada sabía las personalidades de los que la conformaban.
Resoplé poniendo en marcha el automóvil y eventualmente subí el volumen del estéreo cuando Griffin Stoller comenzaba a escucharse.
Estacioné mi automóvil justo en el lugar donde Indrid lo había puesto el día anterior. El viaje en realidad no era tan largo, teniendo en cuenta que era temprano y no había tanto tráfico. Cuando le di la última mordida a mi manzana baje del coche y me dirigí a la puerta de la fraternidad que solo hacia un día había conocido.No pude evitar ver el panorama que rodeaba la enorme casa, era todo un desastre. Cientos de vasos de plástico descansaban sobre el césped que decoraba la fraternidad, se podían incluir también las colillas de cigarrillo que estaban por todos lados junto con botellas y un cúmulo de basura que provocaba una vista un tanto desagradable.
Si así era la imagen exterior ya me imaginaba la interna...
Parpadee varias veces recordando la razón por la que estaba ahí y dude un instante más antes de tocar la enrorme y bonita puerta. Mientras esperaba me percaté de que ante la luz de el sol se podían apreciar los minuciosos detalles que estaban grabados sobre la madera, en las orillas se tratan de unos casi diminutos espirales pero casi llegando a esquina había unos ¿escudos? O eso parecía. No era realmente claro pero sin duda era una entrada imponente.
Transcurrieron unos minutos sin respuesta alguna, la idea de que nadie estuviera en casa me frustró momentáneamente... ¿Qué iba a hacer?
Inspire lentamente y para mi sorpresa alguien abrió la puerta. Unos ojos color aceituna me miraron con desconcierto, se trataba de un chico castaño que vestía una playera gris de la cual destacaban unas enormes letras color negro, jeans desgastados y tenis. Lucia realmente cansado, como si hubiese librado una batalla horas antes, cuando un bostezo se escapó de sus labios me confirmó que acababa de levantarse.
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Quebrado
Teen FictionLas emociones crecen, nos alteran y agobian, demandan a sentirse, aún más a nosotros... tan jodidamente jóvenes. Hay pocas cosas que doy por hecho; el contar con mis amigos y familia, además del profundo amor a mi universidad... O eso creía... Aque...