Me desperté con "Roar" de Katy Perry. Llevé mi mano perezosamente hacia la mesilla de noche y, a duras penas, alcancé mi móvil. La tenue luz de la pantalla alumbraba toda la habitación, y, a pesar de no ser muy brillante, me dejaba ciega, pues mis ojos en ese momento estaban acostumbrados a la oscuridad que hace segundos había. Observé quién fue el causante de aquella llamada. Cameron.
- Mi amor, se que me quieres mucho y eso, pero... ¿qué coño haces llamándome a las 7:00am un sábado y viviendo en la misma casa? - Pregunté irónica.
- No estoy para bromas. Necesito que me vengas a buscar al lugar aquel de los traficantes.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué haces allí a estas horas?
- Pues... Digamos que no conseguí vender toda la droga que querían y... - suspiró - se han enfadado. Y bueno.... Yo también me enfadé y les dije que me dejaran y... Pues se han enfadado más. Necesito que vengas a buscarme ya. Por favor.
- Joder Cam... Dame 10 minutos.
- De acuerdo - Colgué.
Me levanté rápido de la cama y subí la persiana para dejar entrar la poca luz natural que había en la calle. Fui hacia mi armario y cogí unos leggings negros, una sudadera de The Rollings Stones y unas vans rojas. Me hice un moño mal hecho, dejando caer algunos mechones. Cogí el móvil, las llaves de casa y las del coche.
Exactamente no sabía donde quedaba aquel barrio, pero creo que mi instinto me ayudaría un poco en este caso.
Después de dar vueltas y vueltas por la ciudad, llegué al lugar de mi destino. Encontré a Cam sentado en la acera de en frente del edificio cabizbajo. Aparqué frente a él y me acerqué rápidamente. Cuando alzó la cabeza pude ver como caía sangre de su ceja derecha y un poco de esta por su labio inferior, también tenía diversos moratones por diferentes lugares de la cara.
- Joder Cam. ¿Qué coño a pasado? - Pregunté agachándome a su lado.
- ¿Tú qué crees?
- Ven, sube al coche. Tenemos que ir al hospital - Asintió y se subió al coche, en el lado del copiloto.
Cuando conseguimos salir de aquel barrio puse marcha al hospital. Donde nos atendió una recepcionista de unos 35 años.
- Buenos días. ¿Qué desean? - Preguntó con una sonrisa. Em, ¿esta tía es tonta? Con ver la cara de Cam ya se sabe por qué estamos ahí. Que se cree, ¿qué vamos por gusto?
- Pues no sé. ¿Usted por qué cree que estamos aquí? - Pregunté irónica.
- No seas borde - Dijo Cam por lo bajo. Aun que, seguramente la chica pudo escucharlo.
- No soy borde. Es que solo hay que verte la cara.
- Bueno, quedas advertida - No era borde. Solo era mi simpatía natural. Es que con verle la cara se sabía.
- Bueno... Rellenen esto y entréguenlo - Dijo la mujer dándonos una hoja y un bolígrafo.
Nos sentamos en unas sillas cercanas y comenzamos a rellenar el formulario.
- ¿Y en el motivo qué pongo? ¿Pelea con un camello drogadicto? - Pregunté.
- Vaya, que irónica te has levantado hoy eh.
- Ya ves - Dije con una sonrisa.
- Bueno... Pon accidente en la ducha.
- Okay.
Después de rellenar aquella hoja. Se la entregué a la misma chica de antes y al cabo de 15 minutos, nos llamaron para pasar a consulta con el doctor.
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Mi sexy y odioso compañero de piso.
Romance¿Qué me dices si conoces a un chico guapísimo pero engreído, con el que tienes que vivir por problemas económicos? ¿Y si te hace la vida imposible? Bueno, pues aquí mi historia, yo, Daniela Anderson, condenada a vivir con el hombre que me complica l...