11. Paparazzi

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Alec POV

Alec nunca había sentido que quería algo como en ese momento. Aun estaba asustado, pero sabia que si no tenía esa experiencia con Magnus antes de que se fuera, se arrepentiría. Antes de conocer a Magnus, Alec no sabía que su cuerpo era capaz de sentirse así.

Estaba acostado sobre el colchón con Magnus encima de él. Sus manos estaban bajo la playera de Magnus y Alec sentía las manos de Magnus bajo la suya. Se levantó un poco para poder quitarse las playeras que les separaban.

Sus pechos desnudos se presionaban mientras se volvía a acostar, con Magnus siguiendo sus movimientos, sin dejar de besarse. El contacto de piel se sentía demasiado bien. La noche anterior sus besos habían sido intensos y lentos, pero ahora eran apasionados, urgentes. Alec sentía menos miedo ahí que la vez que estuvieron en su sala, la primera vez que se habían besado así. Ahí, en la habitación de Magnus, lejos de su vida, era más fácil creer la fantasía de que ese maravilloso y exótico hombre era suyo.

– No se lo que estoy haciendo, – confesó Alec. – Pero no quiero parar. –

Magnus se alejó un poco para mirar a Alec a los ojos. – No voy a pretender que se lo que estoy haciendo, – Magnus le susurró sonriéndole. – Pero estoy demasiado seguro de que quiero continuar haciéndolo. – Las últimas dudas de Alec se desvanecieron al escuchar que Magnus y él estaban en mismas condiciones. Seguro, Magnus tenía más experiencia que él en cuanto al sexo en general, pero al menos en el sexo entre hombres estaban casi en mismas condiciones.

– ¿Entonces que hacemos? – preguntó Alec.

– Tienes buenos instintos, Alexander, – Magnus ronroneó. – Solo síguelos. –

Alec acercó a Magnus y lo besó con necesidad, tratando de mostrarle a Magnus lo mucho que le necesitaba. Paso sus manos por todo el pecho expuesto de Magnus y su espalda. Cuando rompieron el beso para tomar aire, Magnus puso su atención en la piel de su cuello. Alec gimió cuando Magnus chupó en su punto; dolió, pero fue un dolor bastante bueno.

Sus animadas manos llegaron al cinturón de Magnus. No podía quitarle completamente los pantalones en esa posición, pero si podía bajarlos lo suficiente como para sentir cuanto le deseaba Magnus. Alec sonrió mientras sus manos tocaban el excitado miembro de Magnus sobre la tela del bóxer. Magnus gimió, buscando sus labios de para darle un caliente beso. Ambas manos trabajaron juntas para remover los restos de ropa que aun les separaban. Alec se sonrojó nervioso cuando las manos de Magnus llegaron al elástico de su bóxer. Magnus lo miró a los ojos y él asintió, antes de quitarle el bóxer.

Hasta ahora, cada sesión de besos que había tenido con Magnus le había hecho darse cuenta de la poca cantidad de sangre que era dirigida a su cerebro, pero esta vez era diferente. Esta vez sabía que iba a hacer algo con ello. Toda la ropa había desaparecido y se encontraban presionados piel contra piel, y dejó salir un sonido entre gemido y suspiro. El miembro de Magnus se frotó contra el suyo mientras continuaban besándose. Magnus comenzó a menear su cadera contra la de Alec, poniéndoles aun más duros. No sabía que hacer, solo sabia que quería más. Su respiración era errática, su corazón latía como loco. Y decidió seguir sus instintos. Le giró, quedando encima de Magnus. Y comenzó a dejar un camino de besos desde el cuello de Magnus hasta su ombligo. Luego llevó su boca al miembro de Magnus, chupándolo.

– Alexander, – Magnus susurró, lascivamente. Alec decidió tomarse eso como buena señal. Con sus manos en las caderas de Magnus, usó su lengua y dientes para intentar crear fricción. Sus manos mantenían a Magnus en su lugar mientras Magnus trataba de mover sus caderas al ritmo de su boca. Cuando Alec sintió los músculos debajo de sus manos apretarse, se separó. El cuerpo de Magnus se relajó, pero no terminó.

Elusive Love (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora