Capitulo 1

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Corría una noche de noviembre, fría y oscura en un pueblo cercano a Arizona, eran las 12:00 de la noche, Connor salió de su casa en busca de una tienda, necesitaba alcohol, y del fuerte, debía olvidar todo lo que había sucedido, quería olvidar que alguna vez fue un hell timer, quería olvidar que conoció a loyale, el amor de su vida, quería olvidar lo ocurrido aquella noche oscura hace 4 años,
todo estaba cerrado, desde los bares más llamativos de la ciudad hasta las pequeñas tiendas comerciales, en los pequeños charcos de agüe que dejó la lluvia se reflejaban sus anuncios y letreros, siguió caminando a través de esa calle tan solitaria, húmeda y sombría, la cual era iluminada por unas pequeñas lámparas que desprendían una tenue luz amarillenta, que a penas y cubría unos metros de la calle
La tenue luz iluminaba los letreros de los comercios que se encontraban en esa calle ,las lavanderías y puestos de comida rápida parecían una escena de película de terror, pero eso era su vida, una historia de terror que no terminaba nunca
Por fin llego a una tienda "24 horas", al entrar noto la ausencia de personas, no había nadie salvo el cajero, un hombre de unos 35 años, con un aspecto descuidado y deprimente, su cabello estaba despeinado, en su sonrisa faltaban varios dientes, su uniforme estaba sucio y se notaban las costuras que tenía

-Buenas noches- dijo el cajero, aunque Connor lo ignoro

Fue hasta donde tenían el alcohol y agarro tanta cerveza como pudo

-debe ser algo muy fuerte- dijo el cajero
-ah?
-lo que tiene usted, no cualquier persona compra tanto a esta hora
-si lo es- respondió Connor con evasión

Cuando salió de la tienda, y volvió a caminar sobre el mismo desolado camino de antes, noto que algo se siente diferente, percibió que alguien lo observaba, no sabía dónde ni quién, pero estaba ahí, una presencia oscura que no había sentido desde hace varios años, una presencia que lo llenaba de temor, que lo hizo olvidar donde estaba y que hacía, ese temor, sofocante y alarmante al mismo tiempo lo lleno tanto que su única acción fue correr, corrió tanto que llegó a su casa antes de lo que esperaba, su casa era tan deprimente como su historia y su imagen, tenía una pintura amarilla, la cual se caía a pedazos, unas ventanas, las cuales tenían varios vidrios rotos, y una puerta, la cual estaba rasgada y pintada en todas partes
Entro a su casa apurado, subió a su cuarto y agarro una antigua escopeta, que siempre tenía ahí por alguna ocasión que la debiera usar, y se puso a esperar, a esperar algo que sabía que no iba a pasar, sin embargo, siguió esperando.
Al día siguiente amaneció con una botella en una mano, y en la otra el arma, noto de inmediato que la oscura y desconocida presencia de anoche se había ido, se encontraba en un estado de "paz" aunque sabía que debía seguir con su rutina y su historia

-otro aburrido día- pensó el, con un tono de aburrimiento

Se puso un pantalón, una camisa de cuadros, y unas botas, de hecho, las mismas botas que siempre usaba, y se encaminó a su trabajo
Trabajaba en una oficina, blanca, solitaria, sobre la cual solo había espacio para una persona y una computadora, sobre el escritorio había muy pocas cosas, la Viena computadora en la cual él trabajaba, una lapicera, la cual estaba llena de plumas, lápices y clips; y dos fotos, las dos fotos más significantes y dolorosas que tenía
En ellas se encontraba ella, una chica joven, de un cabello castaño y ojos verdes; ella fue la que lo inspiró a tomar aquella aventura, sin haber visto ese riesgo, y en la otra foto, estaba el grupo a él que el pertenecía, los "hell timers" un grupo en el cual estaba su mejor amigo; Joe; se dedicaba a resolver misterios, no sólo paranormales, si no toda clase de misterios que te puedas imaginar

-valla vida- dijo con un gran tono de melancolía en su voz

Volvió a trabajar en su pequeña oficina, a hacer lo que todos los días a casi todas las horas hacia, en ese viejo computador pasaba formatos, una y otra vez: "el reglamento de trabajo para nuevos usuarios" "la ficha de inscripción para entrar a trabajar" "el contrato de servicio" y otras cosas igual o más aburridas que esa, tenía que copiar, dar formato, imprimirlo y recortarlo, todos los malditos días la misma aburrida tarea, sin embargo había algo que le impedía dejar ese trabajo, una fuerza que él no podía explicar, ya que no había nadie especial ahí, el sueldo era una porquería, las condiciones de trabajo horribles... En fin, era uno de los peores trabajos que alguien pudiera tener, pero aun así algo le impedía renunciar
Tal vez miedo a quedarse desempleado, sin comida ni hogar; o tal vez se había acostumbrado a la rutina ya
Como sea era un misterio, llega la hora del descanso para comer algo, se acerca a la cafetería, un lugar tan descuidado como su lugar, el mostrador se caía a pedazos, varias lámparas estaban rotas o fundidas, y la comida, no era de mucho apetito
Agarró una de las bandejas de metal que exhiben ahí para agarrar su porción de comida, va con el encargado y sirve una masa con un tono amarillo apagado y una viscosidad asquerosa, la cual al parecer es puré de papa; también sirve un pedazo de pan para acompañarlo, y de tomar agua, sin ningún sabor o especificación, simplemente agua natural.
Terminó su comida y volvió a su trabajo, siguió copiando los formatos, imprimiendo, cortando, etc; hasta que dan las 9:00 de la noche, la hora de salida de el trabajo.
Ordenó sus cosas y salió de el lugar en el que esta, volviendo a la misma calle que todos los días, sin embargo ya no tiene el tono a humedad de antes, abrió la misma puerta de roble, subió las escaleras hasta su recámara, y entre todas las botellas regadas y un ambiente de soledad y amargura cayó dormido

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2017 ⏰

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