Un nuevo día , en la monstruosa ciudad de Maracaibo, los zombie, ya tienen el control de las calles, pero eso no me impedía salir y hacer de las mías, me había echo de una pequeña camioneta 4x4, y en mis andares encontré un abastecido taller con todas las herramientas y materiales que podía imaginar, algo que hace 2 años, no tenia pensado tener, o por lo menos comprar, nunca fui muy bueno para invertir mi dinero, tampoco tenia mucho, el mundo cambio mucho, en este nuevo mundo, no soy ni pobre ni adinerado, soy solo sobreviviente, uno de tantos, no hay sistema político, es difícil acostumbrarse, bueno para otras personas para mi que siempre he estado solo, fue solo un pequeño paso, al abismo donde ya me encontraba, si les soy sincero, extraño muy pocas cosas del pasado, y las personas no son unas de ellas.
Con un poco de conocimiento y siete semestres de ing. Mecánica, y ing. Electrónica, logre hacer del taller mi hogar, divertirme y al mismo tiempo, acabar con esa plaga de monstruos que me gustaba decirle "los blancos"
-si, los blancos, eso son para mi, y no soy racista, pueden ser gordos, flacos, chinos, rubios, pelirrojos, afroamericanos, mujeres, hombres, niños, o de cualquier etnia o tribu conocida. Pero para mi son, blancos, no solo por su tono de piel, también son blancos de guerra, siluetas de tiro al blanco, y es muy divertido acabar con ellos.
Era martes, no se de que mes, ni de que año, no le presto mucha atención ha eso, vivo la vida como una frase de libro de motivación, "vivo la vida, cada día como si este fuera el ultimo de ellos" que si lo pensamos no estamos tan alejado de la realidad, con eso de que hay blancos hay afuera, y que en cualquier momento podrías morir, por ellos o por lo que quieren invadir tu territorio, mejor no pienso en eso.
Hacia una ronda en mi maravilloso vehículo modificado por mi, le coloque muchos aparatos, que me ayudaran a dispersar la plaga de blancos, hay para alejarlos y para atraerlos, me habían sido muy útiles y siempre encuentro la forma de hacerla mucho mas maravillosa.
En mi ronda por el vecindario, que poco a poco había descontaminado de la molesta presencia de los blancos, ya tenia en mi poder tres cuadras limpias de esos monstruos, no intentaban salvar a la humanidad, ni la sociedad con mis acciones, pero protegía mi territorio de esos chicos malos come gente, siempre encontraba varias cosas de esas, pérdidas, deambulando por el vecindario, cada dos o tres días salia del taller, mi hogar, una gran garaje con una pequeña casa, en una residencia en las cercanías de uno cuartel del ejercito de Venezuela, en Maracaibo, todo muy hogareño, aunque no tenia con quien compartirla, estaba solo, ya hacia bastante tiempo, no me importaba del todo, además las personas no entendían, mi alternativa vida, tenían vicios psicológicos, así que aveces llegaban intentaban robarme, y se iban o yo los desplazaba con un método o dos.
En mis rondas, llevaba conmigo mi súper memoria extraíble, con mucha musica Rock "el Rock liberara al mundo", de cierta forma lo estaba haciendo, me paseaba por el vecindario con musica a todo volumen, a todo voltaje; no solo era por mi maravilloso gusto musical; la musica atraía a los Blancos, que deambulaban hacia mis jarras, ya eran muy pocos los que salían por el sonido de la musica, en ese punto empecé a pensar en ampliar, mi reino de tres cuadras, a cuatro de ellas.
Esta cuarta de ella tenia varios locales comerciales, que me ayudarían a abastecerme, pero debía hacerlo con precaución, ya que todos los supermercados eran una trampa mortal para aquellos que entraban.
Muchos blancos a mi parecer, tenían conciencia de esperar dentro del comercio a su comida, no salían, solo los observaba hay sin hacer hasta que llegaban los comensales o mejor la comida, las personas caían como moscas en la mermelada, varias veces intente hacerlos salir de hay, pero mis acciones fueron en vano, ellos sabían lo que querían, era como instintivo, su hambre de comida era la de un animal salvaje en busca de su presa del día, pero en diferencia con los animales, ellos no se saciaban, era como si el interruptor del habré estuviera encendido todo el tiempo. La única manera era entrar e ir acabándolos uno a uno, era arriesgado, pero seria divertido.
No quería quedar atrapado, y para esto necesitaba señuelos
Las personas que pudieron ayudarme, yo no les tenia mucha confianza, y de seguro se negarían, por no tener mi visión de futuro, pero eso no era un obstáculo para mi, con un poco de ingenio.
Logre percatarme, de que los blancos, también intentaban comer, perros, gatos y ratas, pero para los blancos que son mas lentos, los que tienen menos tiempo siendo blancos, son mas lentos, caminan y corren con dificultad, sus cuerpos se endurecen, como si el virus que los vuelve blancos, hace que por un tiempo no tengan el control absoluto del cuerpo, en sus primeros meses, mientras mas tiempo son blancos, mas fluido son sus movimientos, se vuelven mas rápido.
De vez en cuando se hacen de uno de esos animales que como ellos deambulan en la calle, -se que suena crueldad, y abuso a los animales, pero la sociedad protectora, había caído con la humanidad, e irónicamente siempre estuve en contra de la crueldad animal, pero intentaba sobrevivir, no busco una justificación para lo que estaba planeando, pero eran ellos o yo"
- Así, que pase varias semanas, capturando una gran cantidad de perros y gatos, para mi plan, los llevaba y alimentaba en una pequeña casa, con amplio patio, la cual equipe y acondicione, con la ayuda de una tienda de mascotas a dos cuadra de mi fortaleza de la soledad, tenían de todo, comida para perros, gatos y otros animales, casas para gatos, donde afilaban sus garras, juguetes, y mucho mas, los animales la estaban pasando bien, tenían suficiente alimento, y suficiente juguetes para descargar todas esas frustraciones vividas en las calles, me sentía alegre y triste a la vez por ello, esos animales se me hicieron mejor personas, que cualquier persona que aya conocido antes.
Mientras tanto en mi súper taller, no perdía mi tiempo, con unos cuantos hierros, diseñe, corte, hice soldadura, arme circuitos, para al final crear un ejercito de maquinas, con movilidad con silueta y altura promedia humana, con pequeñas jaulas en el pecho, que me servirán para los animales.
Las maquinas, tenían además luces y sonidos, era una gran planificación para un gran plan, además de varios explosivos y otros implementó que me ayudarían en mi cometido.
Tenia varias semanas acumulando y construyendo, en esos días me había enamorado de un hermoso y pequeño perro de la raza golden, que encontré en mi puerta después de una de esas tarde, al principio pensé que solo iba con la manada, solo buscaba que comer y quien lo alimentara, y vio su oportunidad en mi, pero al contrario de mi pensamiento, era un líder, diferente a los demás, tenia un poder de liderazgo con los otros perros, prácticamente se rendían a sus patas peludas, no le temía a los blancos, sabia que no debía alertarlos de su presencia, sabia esconderse del peligro, era colaborador, parecía entrenado, y con grandes problemas estomacales, ya que desde su trasero lanzaba las mas grandes y apestosas bombas flatulentas que había olido en mi vida, en los momentos menos indicados, lo llame " Balduino"
Balduino, desde ese momento que me encontró frente a mi casa, se volvió en mi compañero de rondas y de armas, también logre confeccionarle un traje de batalla, para su mayor protección, no quiero que le pase nada así que solo me ayudara en algunas cosas, el me protege y yo lo protejo.
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Maligno Z
Science FictionJóvenes que viven sus vidas dentro de un mundo en extinción, una versión latina de lo que seria un apocalipsis Zombie