Media noche, fría, oscura.
Pasados recuerdos
de un amor de invierno
vuelven y desvelan mi alma en pena.
Las lágrimas brotan y se deslizan
por esta mi blanca y marchita piel,
piel que un día tú hiciste florecer
con tus caricias y tiernas sonrisas.
Veloz pasa el tiempo,
y no hay día en el que el recuerdo
no se apodere de este desolado corazón.
Es tarde, la noche ya llega,
y el amanecer, bello y ansiado,
jamás será alcanzado de nuevo.
Iván Serrano García