Capítulo 7 (Parte 2)

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Su cuerpo contra el mío haciendo roce hacia que llevara mi excitación al máximo, tras tanto tiempo, al fin Miyagi se dignaba a tocarme.

Mis ojos inundados de lágrimas contemplaban el techo mientras Miyagi iba besando mi cuello ferozmente.

—¿Porque no antes?— le mire todo lo serio que estás patéticas lágrimas me dejaron

—Quería esperar

—¿A que?

—A que me lo pidieras, pero no puedo esperar mas para tocarte Shinobu— un escalofrío me recorrió toda la espalda al sentir su lengua en mi oreja

—A-ah... Mi-Miya...gi...— le abrace cerrando mis ojos y dejando caer más lágrimas —Te quiero dentro ya— oculté mi rostro en su hombro algo vergonzoso
—Tan lindo— noté la cálida y grande mano de Miyagi acariciando mi cabeza

[...]

—Poco a poco Shinobu...

—S-si...— baje lentamente hasta notar que estaba dentro de mi completamente y dejé escapar un gemido de placer —Hmg... Si-sigue tu...Yo no pu-puedo...— puse mis manos en sus hombros preparado para que comenzara a embestir.

Preparándose para embestir noté como cada vez me ponía más duro.

[...]

Entre gemidos, podía escuchar la voz de Miyagi decir mi nombre.

—Miyagi... Y-ya llego...— ya era demasiado tarde, pues ya estábamos cubiertos de aquel líquido pegajoso

—Cielos... Lo has puesto perdido todo— su mano me acarició la mejilla que estaba sonrojada por su comentario

—Ca-cállate— me crucé de brazos y infle las mejillas indignado por lo cruel que era

—Cambiemos de posición, quiero acabar dentro Shinobu— me susurró a la oreja y después pasó toda su lengua por mi cuello y oreja.

La posición que le encantaba a Miyagi era a cuatro patas, ya que así podía dar mejor. Me moví lentamente para hacerle sentir impaciente y le miré de reojo cuando ya estaba listo.

—A-ah...— no pude evitar soltar un gemido cuando la metió, se sentía tan bien cuando estaba dentro de mi.

Comenzó a embestir de forma salvaje y descontrolada haciendo que ambos gimieramos de placer y tuviéramos la respiración agitada.

—Ya llego Shinobu... Mngh...

—Hazlo dentro— antes de terminar la frase note algo que me inundaba por dentro, era caliente y se esparcía —a-ah...— no pude evitarlo y llegué por segunda vez al clímax

Mis brazos temblorosos que ya no podían más con mi propio peso cesaron y caí sobre la cama con Miyagi encima.

Le miré sonriente de haber conseguido lo que quería. Hoy el destino estaba de mi parte.

—No me mires así anda— le escuché decir haciendo que solo soltara una risa y le abrazara —te quiero viejo

Escuché un susurro de carcajada y después su cálida mano en mi cabeza.

—Lamento decirte que yo también pequeño

Sonreí aún más y le abrace aún más fuerte.

¿Como se podía querer tanto a alguien? Sentía que mi corazón iba a explotar de amor.

Mi terroristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora