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La noche no tardó en arrasar la ciudad que comenzaba a lucir las bellas luces de los edificios. Yo con esa sed de salir a celebrar mi entrada a la deseada Academia con mi hermano, decirle a todo mundo sobre mi logro, tanto tiempo trabajando para ello, noches bailando frente al espejo que cubría un muro entero de mi habitación, caídas, vergüenzas con mi hermano, claro, había pasos que me hacían ver como una matiposita pero en el baile todo es válido, el caso era que el me veía.

Esperaba con una sudadera con una marca de Vans puesta afuera del apartamento de mi hermano escuchando por la llamada del pelinegro una salida para ayudar a estudiar a una de sus tantas chicas, aunque sabía que podían terminar en otra cosa. Por fin guardo el teléfono y salió completamente del apartamento.
   --Iremos por hamburguesas Jay, ¿O se té apetece algo? --pregunto.
Me acerqué rápidamente a tomar la mano de mi hermano quedando al mismo ritmo de el al caminar.
--¿Por qué me lo preguntas?, sabes que es mi alimento favorito- reclame.
   Llegamos al auto y caundo entre fui aliviado por el fuerte aire de la noche que entraba por la ventanilla, era la época en que fuertes fríos azotaban estas tierras.
--Ni hablar enano, vamos por eso y te preparas para mañana, por tu culpa llegó tarde a la Universidad --dijo.
   No entendía su reclamo así que decidí guardar silencio.
--Hoy uno de mis amigos me invito a una fiesta, quiero que vayas conmigo Julián, pero... no lleves a ninguna chica, no me pondrás atención. --apunte rápidamente lo de la chica. Ya había sucedido que lo había invitado y para ese entonces llevo a su novia que resultó ser lesbiana, triste historia de Julián. Esa noche llegué sólo a casa porque pensó que estaba en la parte trasera del auto.
   Se puso a reír mientras echaba andar el coche deportivo comprado por mi padre.
--Carajo, creí que ya lo habias olvidado
--¿Cómo olvidar cuando llegue una hora antes del amanecer por que no tenía dinero para tomar un taxi?, antes no me secuestraron y vendieron mis órganos --dije.
   Escuche una risa sofocada de Julián y me gire hacia el en ese instante.
--¿De qué te ríes? --dije molesto.
--De lo drástico que eres Jayce, que inocente eres, lo que te hubieran hecho era violarte y tenerte como esclavo sexual, nada de esas tonterias --respondio con tono de indiferencia. --Aún así no me hace daño tener a un hermano drástico --
--Pero a mi si tener uno descuidado --respondí atajante el comentario.
   Después de una de sus risas sarcasticas todo quedó en silencio escuchando por el equipo de sonido una canción de género pesado. Llegamos al restaurante de comida rápida y bajamos sin ningún problema. Al entrar notamos lo avanzada que iba la noche por la poca gente que disfrutaba la comida.
   Mi hermano se retiró las gafas antes de salir de casa, era lo que lo hacía ver como el Nerd que era, aunque debo de reconocer que cuando no los usa era atractivo, creo que fue bendecido con los genes de mi madre.
   --¿Que? --dijo captando mi mirada.
--Nada --susurre. --Ya tengo hambre, vamos.
--Claro, pide lo que quieras --saco de su bolsillo su cartera y me la entregó, supongo que yo pagaría.

Yo solo pedí una hamburguesa con unas papas pequeñas y mi Hermano, claro que pidio todo lo contrario.
   Estaba en la mesa columpiando mis piernas desnudas por la bermuda que llevaba y los Convers blancos que resaltaban con mis delgadas piernas de piel pálida.
   El silencio me fue un poco incómodo, aunque no entendia el porque si estaba con mi propio hermano mayor, no era cosa de otro mundo ya que vivía sólo con el. Minutos después un chico con elevado atractivo llegó a la mesa dejando las órdenes. No me contuve y me quedé observando el rostro, una cejas gruesas con labios delgados. La única forma en que deje de mirar fue por que la gruesa voz de Julián dio las gracias al muchacho.
   Sacudi mi cabeza un poco aún quedando asombrado.
Julián me extendió la comida de mala gana o eso pareció caundo hiso que la bandeja se deslizara con rapidez en mi dirección.
   --¿Todo bien? --dijo levantando la ceja.--Te noté nervioso, ¿Conoces a ese chico?
   Me dedique a mirar la envoltura de la hamburguesa con el logo del restaurante. Negué.
--¿Cuándo me lo dirás? --levante mi vista y ya le había dado un grande bocado a la hamburguesa.
   --¿Decirte qué? --escuché un fuerte rugido afuera parecido a una grande bomba y en seguida la noche fue iluminada anunciando una próxima tormenta.
--Que eres Gay, claro que no te juzgaré, eres mi hermano --note tranquilidad en su rostro, veia algunas chicas pasar observando a mi hermano, suponía que veian lo atractivo que era. --No hay nada de malo --
   --No soy Gay. --molesto, solte la comida que ya estaba por entrar a mi boca, --Apenas tengo quince años --hice una mueca, y fue cuando Julián se acercó por la orilla del asiento, era una mesa de esquina entonces le fue fácil.
   --Si, y a esa edad yo estaba seguro que me gustaban las mujeres. --comentó. --¿Por qué te ruborizaste cuando se acercó el chico ese? --
--No se de que hablas --contraataque.
   --Si, parecias niño con nuevo juguete --
--Es sólo que se me hiso familiar, ¿Qué hay de malo con que vea a los chicos Julián? --me aleje de el un poco molesto.
   --Entonces muchos culos se me son conocidos, calma, ven acá --me atrapó entre brazo para acercarme a el. --Me demuestras lo contrario con tu gesto--
--Que no soy Gay --insistí. --Me gustan las chicas. --mentí. ¿Por qué le tenía que hablar sobre mis preferencias sexuales?, no era una obligación.
   --Bien, te voy a creer. --Me soltó y comenzó a comer de aquel alimento chatarra, yo mismo me preguntaba como era que se mantenía en perfecta forma si comia de todo.
   --Vámonos, esta lloviendo
   --¿Que con eso?
Solte un puchero de disgusto, ¿Acaso no entendia lo incómodo que estaba por su previa pregunta?, era el lugar menos indicado para hacerla.
--Que vendrá más fuerte en unos minutos, nos mojaremos más. --dije con obviedad.
   --Sólo bajas la ventanilla, así no te mojaras. --apuntó degustando poco a poco el emparedado.
--Como quieras.

   Tuve que esperar a que el terminará, yo no toque para nada aquella cena y es que había quedado sin apetito y mas cuando las chicas se le acercaban a Julián, ¿Qué les sucedía?, no era por que estuviese celoso de mi hermano pero se me hacía tan descarado que lo hicieran frente a mi y casi lanzándose sobre de el, FRENTE A MI.

   La lluvia por suerte había callado y mi habitación era una tumba, algunos rayos escapaban de las nubes tan negras como aquella noche. Yo estaba pensando en cómo confesar a mi hermano mi homosexualidad, aunque sabía que dudaba tanto como yo caundo dije que me gustaban las chicas.
   Recibí un mensaje de texto y tome el telefono creyendo que era algunos de mis amigos.
《Descansa, no duermas tarde y si iré contigo a la fiesta.》 Era Julián, ¿Qué acaso no podía venir a mi habitación y desearme unas buenas noches en persona?, en fin, todo se agradece.

Tu Gatito, Mi Osito. [EDITANDO] B/LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora