02. don't like it

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Y allí se encontraba Jinyoung en la clase que más repugnaba, claro, el sudor cayendo por su frente, el contacto con sus compañeros que olían a todo menos bien, la brusquedad ejercida por esos chicos que podían llamarse animales cuando quisieran sin que nadie les refutara la idea, la ropa tan anti estética que había que usar, y sobre todo los balones, esos malditos que aunque parezca mentira, por inercia caían sobre él, arruinando su cabello y muchas veces tirando al suelo los lentes que solía usar.

Pero como en todo, siempre hay algo bueno.

Eso bueno en este caso era Mark, Mark Tuan, el transferido de Estados Unidos, que parecía tener talento para todos los deportes, eso, sin perder su masculinidad y elegancia, sonreía constantemente a pesar de ser tímido, y Jinyoung ni ningún otro ser humano que pudiera ver podía negar la belleza de esa sonrisa, tenía una delgadez extrema, delgadez que lo hacía lucir sexy y combinaba perfectamente con su palidez y el color rojo tinturado en su cabello.

―Lindos lentes, Park.―Jinyoung se quitó uno de los audífonos que llevaba puestos un poco exasperado, hasta notar quien era el que le hacía el "cumplido".

―G-gracias Mark.―Respondió luego de unos segundos he intentado controlar su nerviosismo.―Buen partido el del viernes. ―Añadió.

―Pues... ¿Gracias? ―Menciono el mayor antes de irse con una sonrisa. Definitivamente ese chico tiene que ser mío. Pensó el pelinegro que ya se imaginaba de todo con Mark. Claro, hasta que el profesor hizo sonar su silbato que anunciaba que el partido de baloncesto iba a empezar, así que Jinyoung pensó en sentarse en la mitad de la gradería para tener un ángulo perfecto del pelirrojo.

Tercer balón que caía sobre la cabeza de Jinyoung, y este estaba a punto de mandar todo a la mierda, cada clase era lo mismo y de verdad estaba cansado, sus lentes habían caído, rompiéndose en el acto. El mayor, que había sido el causante esa vez, se acercó un poco preocupado al pelinegro que se encontraba agachado recogiendo los restos de sus lentes.

―Park, buen trasero ―Fueron las palabras que escuchó del mayor mientras se agachaba al lado de Jinyoung. ―¿Qué? ―Preguntó el acudido extrañado mientras escondía un sonrojo.

―Pregunté que si estás bien. ―Respondió Mark con una sonrisa. ―¿A caso el golpe dejo un poco tonto a Jinyoungie? ―Sonrió para luego añadir: ―¿Ya también escuchas mal?

―No, claro que no, tonto, deberías pagar por estos lentes ¿Sabes? Costaron una buena parte de mis ahorros. ―Respondió Jinyoung con unos pucheros característicos de él. ―Claro, creo que no te importa y tal vez solo estamos deteniendo el juego, por cierto ¿Por qué segui...―Había dicho Jinyoung, antes de ser interrumpido por el pelirrojo: ―Cállate ¿Está bien? Yo te pagaré ¿Vale? O acaso ¿Qué insinúas? ¿Quieres salir conmigo o algo por el estilo?

―N-no ¿Cómo se te ocurre? ―Suspiró ―Me sorprende como hablas fluidamente coreano, y eso, soy lo suficientemente heterosexual para fijarme en un chico como tú, no eres mi tipo ideal. ―Fue lo que dijo Jinyoung antes de que un color rojo subiera por su cuello y el mayor lo notará.

―¿Seguro? ―Preguntó Mark con la misma sonrisa que estaba dejando al menor por el suelo. ―Entonces ¿Qué pasa si te beso?

―Te golpearé, segur...

Antes de que pudiera terminar la frase y como era costumbre del pelirrojo, lo interrumpió, solo que esa vez fue con un beso, suave y tierno, que no llegó a más que a tercera base. Antes de que Jinyoung abriera los ojos, acompañado con una sonrisa tonta, esa que ponen los enamorados, Mark ya estaba retornando a la cancha mientras miraba al chico y reía, cuando estuvo lo bastante lejos gritó: ―No sentí que me hayas golpeado, por el contrario, veo que te gusto. ¿Cuándo quedamos, Park?

↪ hypnotized 「markjin ; jinmark」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora