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Caminaba por los pasillos de la escuela, dirigiendome a la cafetería mientras te buscaba con la mirada; no podía evitar hacerlo, quería estar a tu lado. Al encontrarte, me acerque a ti, saludandote con una sonrisa, empezando una conversación contigo.
Lastima que duró poco tiempo...
Todo iba perfecto, ambos reíamos y disfrutábamos estar al lado del otro, pero aquel chico moreno tuvo que aparecer, arruinando todo.
Tu oscura y hermosa mirada se mantenía fija en un lugar, me giré y pude verlo, al chico de cabellos turquesas y ojos manzana. Te despediste y fuiste corriendo hasta él, dejandome atrás, abandonandome otra vez...
Observé como despeinabas sus cabellos para luego abrazarlo por los hombros.
Yo solo me quede ahí, viendo el camino por donde se habían ido, agache la cabeza y apreté mis puños, sentía como las lágrimas caían y recorrían mis mejillas acompañadas de un fuerte dolor en mi pecho.

Me duele solo ser tu reemplazo.

ReemplazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora