— ¿Queréis algo de beber?—pregunta Justin y niego, Ash asiente y le pide una Coca-Cola.
— Ash, me quiero ir—murmuro una vez Justin nos deja solas.
— ¿Estás de broma? ¿No ves como está de bueno? Imagínate que su amigo está igual—se muerde el labio.
— Pues yo me quiero ir...—digo enfadada.
— Hola—entra un chico rubio en la sala donde estamos y sonríe dulcemente. Wow, que cara de niño bueno tiene.
— Hola—sonreímos Ash y yo a la ves. El chico se acerca y nos da dos besos a cada una.
— Me llamo Ryan Butler, ¿y vosotras?—sonríe.
— Yo soy Ashley Petrova, y ella ____ Wonder—sonríe y Ryan me mira alzando las cejas, extrañado. Mierda Ash.
— Ahora vuelvo—sonríe Ryan y se dirije donde Justin, miro hasta ver a Ryan entrar donde Justin y fulmino a Ashley con la mirada.
— Mierda Ashley, no tendrías que haber dicho mis apellidos. ¡Morí hace dos días!—susurro enfadada.
— Perdón ____, se me olvido...—murmura arrepentida y suspiro.
— No pasa nada, pero gástate más cuidado. He tenido que cambiar por completo para que nadie me reconozca, intenta no fastidiar nada...—la abrazo y asiente, en ese momento entran Justin y Ryan, ¿Justin no piensa vestirse o qué?
— Ya estamos de vuelta—sonríen Justin y Ryan.
— Te podrías, eh... ¿Vestir?—señalo a Justin.
— ¿Por qué? ¿Te incomoda?—sonríe mirándome y empieza a quitarse la toalla.
— ¡No, por fav...! —se quita la toalla y me tapo la cara, Ashley lo mira con la boca abierta y yo me levanto aún tapándome la cara, me choco contra un cuerpo duro y me destapo con poco los ojos, enfrente mía está Justin y algo roza mi vientre descubierto. Me pongo roja a más no poder y miro a Justin con los ojos abiertos.
— ¿Ahora qué?—ríe a carcajadas.
— ¡Quita, eres un cerdo!—intento empujarlo y el me agarra haciendo que enrosque mis piernas en su cintura, siento que esta duro. Siento eso... Ahí. Se me corta la respiración y me lleva a no se donde en brazos.
— ¿Quieres hablar?—ríe y nos encierra en una habitación, enciende la luz y me deja sentada en la cama, intento mirarle a la cara pero mi mirada baja y le miro... Ahí. Oh mierda, es grande. Abro la boca y el se me acerca—. No abras la boca así o...
— ¡Vístete!—grito sonrojada.
— Vale, vale—ríe y abre un cajón poniéndose unos boxers—. Y dime... ¿De dónde eres?—me mira sonriendo, con una sonrisa... Rara, no se como explicarlo.
— Yo, eh... Yo soy... De... España—murmuro dudando.
— ¿Segura?—sonríe mirándome.
— S-sí—asiento.
— Que raro... Hace tres días una chica con el mismo nombre que tú. murió cerca de aquí—me mira y me pongo pálida. Mierda.
— ¿E-enserio?—intento sonar normal. Mierda, ¿por qué tartamudeo?
— Sí, enserio—se acerca a mí y yo me alejo.
— ¿Por qué te alejas? No te haré nada. ¿Cómo está tu hermano Dani?—palidezco, oh no. ¿Ahora que le digo?
— ¿Por qué tienes el brazo cubierto de tatuajes?—de acuerdo, definitivamente, soy estú.pida. ¿Cómo se me ocurre preguntarle eso? Me sonríe.
— Amo los tatuajes—termina de vestirse—. ¿Nos vamos? Tengo entendido que queríais ir de compras.
— Sí...—asiento y me levanto rápidamente.