Me estiro en mi cama para finalmente taparme los ojos. ¿Qué hora será? No tengo la menor idea, aunque seguramente ya sean sobre las 10:00am. Me restriego los ojos y me levanto sentándome en el bordillo de la cama, miro el reloj, las 10:30am. Mierda, Dios va a matarme. Me levanto corriendo y me dirijo al baño, enciendo la ducha y me ducho lo más rápido posible, me visto con un vestido blanco, que me llega por las rodillas y suelto. Salgo de mi habitación a toda prisa y me dirijo a la oficina de Dios.
— ¡Perdón, perdón, perdón!—suspiro entrecortadamente entrando en su oficina y me siento en una de las sillas suspirando pesadamente.
— _____ Wonder. Es tu tercer día y ya estás llegando tarde. —me mira severamente Dios, El Señor, o como queráis llamarlo.
— Lo siento...—agacho la cabeza.
—Bien. A lo que íbamos...—le interrumpe alguien entrando a toda prisa y me giro para ver quien era, Ashley, mi mejor amiga se sienta a mi lado resoplando al igual que yo. Río—. Ashley—la mira riñéndola.
— Lo siento, me quedé dormida—ríe.
— De acuerdo. Chicas. vayamos al grano. Tenéis que ir a la Tierra y cuidar de un par de chicos para que vayan por el buen camino. Me da igual como, pero sea como sea, no dejéis que vayan con los demonios, serían más rivales para nosotros en una futura guerra.
— ¿Qué? No, por favor, no—suplico—. Nunca he ido ahí desde que yo... Ya sabe... Además, no estoy preparada y...—me interrumpe.
— Señorita Wonder, no hay más que hablar. Tarde o temprano tendrá que empezar a hacer lo que los demás, y la veo preparada. Además, Ashley estará allí con usted—me mira.
— No te preocupes _____—me anima Ashley y asiento.
— De acuerdo...—murmuro entre dientes—. ¿Y cómo son las Demonias que estarán intentando llevar a los chicos por mal camino?
— No lo sé, esta vez no lo sé... Tendréis que descubrirlo por vosotras mismas.
— Genial-gruñe Ashley y nos levantamos para irnos.
— Chicas, recordad siempre las reglas-nosotras asentimos y nos vamos.
{EN LA HABITACIÓN DE _____}
— Dios mío Ash, ¿y si lo hago mal?—la miro asustada.
— Lo haras bien _____, tranquila—sonríe—. Yo estaré ahí contigo—ríe y continuamos guardando cosas en nuestras maletas para la Tierra.
— ¿Y cuánto estaremos?—pregunto.
— Ni idea.
— ¿Me llevo el IPHone?
— Eso es algo obvio ____, llévatelo todo—ríe y meto todo en la maleta—. ¿Lista?—asiento y salimos con las cosas, desplegamos las alas y volamos rumbo a la Tierra.
{EN LA TIERRA}
— Bien, ¿y nuestra casa?—murmuro enfadada.
— Es por aquí...—murmura Ashley mirando un edificio y entramos. Tomamos el ascensor y marcamos el piso. Una vez llegamos a la planta, Ash abre la puerta y entramos.
— Es bonita—sonrío y entro mirándola.
Un rato después de mirar la casa entera, yo me cojí la habitación más grande. Tenía las paredes pintadas con rayas moradas pastel y blancas, el techo blanco y una cama enorme con un edredon de plumas morado, unas mantas moradas de pelo y unos cojines morados en forma de corazón. Tenía muebles blancos y morados, y un enorme vestidor. Por lo menos el apartamento es grande, aunque no sea una casa.
Salgo de mi habitación tras colocar todo y voy a la de Ash. Está terminando de colocar sus cosas y la ayudo para matar el tiempo, luego iríamos de compras a por lo necesario para vivir aquí.
{JUSTIN POV's}
— Pero yo no quiero ir a la Tierra a hacer que un estú.pido niñato venga a nuestro lado. Ya terminé ayer con una—pongo los ojos en blanco.
—Ryan, Justin, por favor—murmura Satán enfadado.
— Jo.der, de acuerdo, pero me debes una grande—le miro mal y ríe.
— Claro Justin—ríe fuerte.
— Tío, piensa que capaz en vez de tíos, nos toca con unas angelitas buenorras—alza una ceja Ryan.
— No podríamos hacer nada, son taaaaaan buenas que se alejan de lo malo-alzo una ceja.
— Pero si las llevamos por el mal camino a ellas tambié, si son tías claro, las destierran del cielo y acaban aquí—sonríe, tiene razón.
— De acuerdo... Vamos a hacer las maletas—suspiro dándome por vencido y Satán asiente satisfecho.
{____ POV's}
— Dios mío, por fin terminamos de ordenar tu habitación—me tiro en la cama de Ash.
— ____, ¿por qué no visitamos a los vecinos a ver si son algunos buenorros y nos los ligamos?—mueve las cejas arriba y abajo y yo pongo los ojos en blanco.
— Ashley Petrova, por Dios—río.
— Por fiii—hace pucheros.
— De acueeeeerdp—murmuro poniendo los ojos en blanco.
Me dirijo a mi hacitación y rebusco en mi armario. Cojo unos shorts pegados con los que se me ven un poco el culo, una camiseta por encima del ombligo que deja ver mi piercing, unas Vans, y unas gafas de sol, me cambio y me miro en el espejo, me hago unos tirabuzones con las tenacillas en mi largo pelo rubio, y me delineo un poco el ojo, un poco de rimel, y brillo de labio. Lista. Me miro en el espejo y sonrío satisfecha.
Salgo de mi habitación y miro a Ash, ya estamos listas para ir de compras. Cojemos nuestros móviles, nuestras llaves, y brillo de labio de respuesto. Salimos del piso y nos dirijimos a la puerta de enfrente, llamamos y al rato sale un chico castaño envuelto solo en una toalla, me sonrojo y miro a otro lado.
— Hola—saluda Ash al chico de la puerta.
— Eh, hola-saluda él—. ¿Quiénes sois?
— Yo soy Ashley, pero mis amigos me llaman Ash, y ella es _____. Somos nuevas y queríamos saber si querrías venir con nosotras ya que no conocemos esto—pregunta Ash coqueta.
— Espera un momento que le pregunto a mi amigo. ¡Ryan, vamos a salir, vístete mamón!—grita—. De acuerdo, iremos. Yo soy Justin Bieber, encantado—le tiende la mano a Ash y ella le da dos besos. ¿Justin Bieber? De qué me sonará ese nombre... Ashley entra en la casa y el me mira—. ¿No vas a pasar ni a saludarme guapa?
— No me llames guapa—le miro mal y el ríe.
—No te haré caso, guapa. Y baja los humos—pongo los ojos en blanco y cuando me dispongo a pasar, me corta el paso, le miro.
— ¿Qué?
— ¿No vas a saludarme?—alza una ceja y le doy dos besos.
— Ahora, déjame pasar—se aparta de la puerta y cuando voy a pasar me toca el culo. Decido pasar de él y entro sentándome en uno de los sofás. El apartamento está pintado de colores oscuros y esto me inquieta.