Happy ending 1: Phichit x Yuuri.

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Phichit se alegró tanto de haber sacado a su amigo a tiempo de ese cuarto que no supo cómo fue que tuvo el valor de ponerse contra dos alfas, uno claramente más fuerte que él. Sabía de sobra que su amigo amaba al peliplata, pero ¿podrían ser pareja? El peliplata solo había demostrado lo incapaz de amar que era. Leyenda viviente o no, esa no era forma de tratar a Katsuki Yuuri.

En la comodidad de su cuarto fue cuando lo notó, pues Yuuri era quien le había pedido ayuda con su celo, ya antes lo había ayudado, siempre sin interés romántico de por medio, pero esta vez algo era diferente. Comenzaba a sentir algo por su amigo y eso le aterraba, pues sabía que mientras Víctor estuviera cerca, Phichit no tendría ni una miserable oportunidad, después de todo, ¿cómo ganarle al ídolo de toda la vida de tu amigo? ¿Cómo ganarle a la leyenda viviente Víctor Nikiforov?

—Estoy jodido. —No había otra palabra. Lo mejor sería apartarse, era lo más sano, pero se negaba a dejar a su amigo en una situación tan mala.

Despertó tras ayudarle con su celo y lo decidió ahí mismo.

—Yuuri será mío. —Era un plan ambicioso, y hasta ahora ningún caso registrado de alguien que sobreviviera al hanahaki por otro método, pero apostaría todo por su amigo.

Con paso decidido, salió y recordó cómo el propio Yuuri le había dicho que deseaba haberse enamorado de él antes que de Víctor. Se llenaba de orgullo al saber que estaba a la par que Víctor. En cuestión de romance eran competidores al mismo nivel.

—Puedo hacerlo —Se quería convencer, pero costaba hacerlo cuando tu rival es admirado por medio mundo. Aún así, tenía que hacerlo, por Yuuri.

Todo pasó tan rápido que no supo qué decir, Yuuri había caído inconsciente en sus brazos, una rama atorada en su garganta y apenas respirando.

—No te me mueras... —Con cuidado, sacó la rama y empezó a darle RCP. Yuuri no respiraba, las manos de Phichit estaban cubiertas de heridas de espinas, lágrimas caían de sus ojos. Todos los presentes se congelaron, incluso Seung, quien para no tener sentimientos, recordaba a la persona que vio morir delante de él y pensaba en que lo mismo le tocaría a Phichit.

El amor a veces era cruel.

Fueron todos al hospital y vio cómo los rusos buscaban hablar con Yuuri. Él conocía mejor que nadie a su amigo, su enfermedad. Esa rama que sacó había estado cubierta de sangre, por lo que sería un milagro si su amigo pudiera hablar de nuevo.

El doctor los recibió y dio las noticias, Yuuri tenía muy dañada la garganta, la tenía tan lastimada que por el momento, ni podía pasar líquidos. Ya no digamos hablar. Por un tiempo estaría mudo. Esa noticia fue como una cubeta de agua fría para los rusos, quienes no sabían ni como pedir perdón.

Phichit solo se limitó a mirarles.

—Bola de engreídos, esto no es sobre ustedes, intenten evitar disculparse solo para evitar la culpa después. —Todos le miraron incrédulos, el dulce y tierno Phichit estaba sacando su lado alfa y de una manera inusual.

—Quiero disculparme, quiero aclarar las cosas, quiero hablar con Yuuri... solo es quiero, quiero, quiero ¿Se han preguntado qué quiere Yuuri? ¿Se han puesto en su lugar? Él quiso muchas cosas y ustedes se lo negaron, lo trataron cual mierda en el zapato ¿y ahora vienen con que quieren arreglar todo con él? No me jodan —dijo golpeando una pared.

—Hablarán con él sobre mi cadáver. Solo si él quiere hablar con ustedes pasará eso. Los odio como no tienen idea, puede que Mari, Hiroko e incluso Toshiya los quieran como uno más de su familia, pero yo no. Han sido una bola de cretinos aprovechados, pisotearon su corazón y lo pagaran. Si eso tiene que ser con culpa, que así sea —dijo tan convencido que nadie le llevó la contraria.

HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora