Alma fugitiva.

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Gustavo Cerati se llevó la mano a la cabeza mientras trataba de despertar del sueño que había tenido. Sentía que estaba recostado, no percibía ningún tipo de dolor por lo que decidió abrir los ojos con cuidado logrando divisar su alrededor.

Y no lo podía creer.

Estaba tirado bajo un árbol en medio de una doble avenida, reposando en la quietud de aquel tronco. Estaba vestido con jeans, remera negra, chaqueta, zapatos color negro y llevaba una pulsera en la mano izquierda. No tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba, se levantó de ese sitio y observó a sus lados. Había una y dos rutas, él en el medio.

"No se en donde estoy"

No recordaba nada, ni que había hecho antes ni en que lugar estaba exactamente. Suspiró y trató de hacer memoria, de un esfuerzo tras otro no lo logró y sólo pensó que tal vez sería una broma de mal gusto, o que había bebido demasiado que le hizo perder la conciencia o simplemente estaba soñando de nuevo.

Lo negó ¿Cómo podía estar soñando si ya había soñado algo? Aunque no recuerde de lo que se trataba. Vió a un señor pasar y se dirigió a él para hablarle.

—¡Eh amigo!— dijo levantando los brazos acercándose.

Pero el hombre no le respondía y seguía su camino. Volvió a gritar y nada.

Suspiró enfadado, lo había ignorado. La mayoría de las personas hasta le daba un abrazo a él, pero este no era el caso. Pensó, meditó trató de hacer memoria, pero fracasó. Simplemente no encontraba una respuesta y se cuestionaba a si mismo por eso.

Una señora con una niña caminaban y el decidió preguntar a ellas, a ver si esta vez le respondían. Se acercó con una sonrisa amable para no parecer descortés.

—Disculpa señora, ¿qué lugar es este?—intervino y lo ignoraron de nuevo.

Intentó con otras personas y todos le hacían lo mismo una y otra vez.

—¡Pero que rayos pasa!— expresó confundido.

Colocó su mano sobre la pared de una tienda de cosméticos y de una forma sumamente extraña traspasó al otro lado. Gustavo rápidamente observó sus manos, volvió a intentar y se asustó tremendamente.

—¡¡OH POR DIOS!!—gritó y respiró con desesperación.

Se alarmó y empezó a caminar rápido tratando de tocar algún objeto, pero todo traspasaba. No recordaba absolutamente nada de su vida ¿Quién era él? ¿Un alma perdida? ¿Un fantasma?

Y los recuerdos se esfumaron, no sabía quién era su familia, ni siquiera él. Su nombre, lo olvidó.

Lo único que podía hacer era mantener la calma, así que sólo respiró lentamente y trató de ubicar el rompecabezas en el que estaba metido.

~Primero: Despertó y se encontró en un lugar desconocido.

~Segundo: Estaba seguro de que había soñado algo, pero no lograba recordarlo.

~Tercero: Traspasaba los objetos que tocaba.

~Cuarto: Nadie podía verlo, ni oírlo pero él sí.

Ya no podía con todo eso, así que optó por ir a una plaza que se encontraba a unos metros de él. Fue caminando con la cabeza gacha meditando para lograr encontrar una pista que lo lleve al camino correcto o certero. Sin embargo, nada ocurría.

Tomó asiento en una pequeña banca que quedaba cerca de una fuente de piedras. Varias personas recorrían por allí, pero nadie notaba su presencia, parecía no tener contacto con las personas que lo rodeaban. Tal vez el ya no era un ser humano y estaba perdido en un mundo sin destino.

"Nadie sabe de mí, y yo soy parte de todos"

Sentía que sabía algo, pero una fuerza bruta lo impedía. Melodías llegaban a su mente como una jaqueca imparable. Era un alma perdida o fugitiva que buscaba una salida en el caos en que estaba metido.

Él inició su propio big-bang y debía permanecer allí hasta que lo inexplicable sea explicable.

Mientras tanto algo debía descubrir, al menos un mínimo detalle.

Y allí se encendió la chispa.

«Soda Stereo»

Recordó la mezcla de esas dos palabras, pero ¿qué tenía que ver con su vida? Mucho, pero él no lo sabía.  
    

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