Hermoso día.

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Narra Jacqueline.

Despierto por el candelazo de la resolana que penetra por la pequeña ventana que se encuentra en la amplia habitación color celeste claro.

Las palabras de Zach volvían a mi mente una y otra vez, anoche había escuchado todo lo que me dijo, pero no respondí porque me sentía muy débil, tanto que ni podía hablar. 

Además me sentía muy avergonzada por lo que hice. Pero Luci me dijo que era mejor irme de este mundo y de la vida de Zach, porque tarde o temprano lo dañaria. Y también estaban las otras voces que me decían que me matara.

Ya han pasado una hora y media de que desperté, Zach aún sigue durmiendo y la verdad no quiero despertarlo y tampoco me molesta estar en este lugar, ya me he acostumbrado al olor a hospital, a ver a personas con los ojos muertos y con un visible esqueleto esperando un milagro para así seguir sobreviviendo.

Zach abrió los ojos, me miró y de mi salió una sonrisa tonta que no pude ocultar, Zach me gusta y no lo puedo seguir negando.

--Como te sientes?-- fue lo primero que dijo, me gusta saber que se preocupa por mi.

-- Me siento bien-- respondí con una sonrisa.

--Me alegra saber eso.

-- Y tu como estas?

--Mucho mejor ahora que mi pequeña esta bien--dijo y me dio un beso en la frente.

Entró un doctor y comenzó a chequearme. Me dio una leve sonrisa y anto algo en una hoja que tenía en su mano.

--Ya puedes irte a casa Jacqueline, estas más que bien-- dijo el doctor y vi que los ojos de Zach brillaron y en su rostro apareció una enorme sonrisa.

--Que bueno, muchas gracias por todo- dije con una sonrisa.

--No es nada, sólo necesito que firmes esto Zach, es el alta-- dijo dando le la hoja y Zach la firmó.

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Estábamos saliendo del hospital y gotas empezaron a caer del cielo, empezó a llover como si no había llovido en años. Me sentí muy feliz, estaba sintiendo las gotas nuevamente caer en mi piel después de mucho tiempo, Zach tomaba mi mano y caminábamos lento mientras las gotas de lluvia caían sin parar sobre nosotros haciendo de ese momento el más hermoso para mi.

--Me encanta esto--dije con una enorme sonrisa en el rostro.

--La lluvia?-- pregunto Zach un poco confundido.

--No sólo la lluvia, también me encanta estar contigo, me encanta sentirme como en casa cuando estoy a tu lado,  me encanta el momento en el que estamos ahora.

-- A mi también me encanta todo esto, me encanta conocer más de ti cada vez que nos vemos, me encanta cuando ríes, cuando callas, cuando me abrazas me encanta pasar tiempo a tu lado incluso cuando ninguno de los dos dice nada, porque hasta estar en silencio contigo hace que me sienta bien.

Lágrimas empezaron a recorrer por mis mejillas que se fueron mezclando con las gotas de lluvia, abraze fuerte a Zach, quería que ese momento durará para siempre.

La lluvia empezó a intensificarse más cada vez y fue ahí cuando Zach decidió que era mejor ir a su casa ya que el camino al psiquiátrico era muy lejos y la tormenta estaba muy fea.

Llegamos a la casa de Zach, es bastante linda ni tan grande ni tan chica, todo estaba muy ordenado y limpio, tiene dos habitaciones, una cocina, dos baños uno en su habitación y otro cerca de la cocina. una sala donde se encuentra el sofá, la televisión, una netbook y un equipo de sonido.

--Tienes hambre?-- me pregunta mientras me pasa una remera suya para cambierme ya que mi ropa esta toda mojada a causa de la lluvia

--Sii y mucha-- digo soltando una leve carcajada.

-- Muy bien pequeña comilona, haré pollo al horno con arroz frito--dijo alborotado un poco mi cabello
--Sabes cocinar?-- pregunté en forma de burla

--Por supuesto que si, como te atreves a  insinuar que no se cocinar?--dijo como si estuviera llorando secando unas lágrimas imaginarias.

Yo reí ante su acción y el me sacó la lengua y luego se fue a la cocina, yo me dirigí al baño para cambierme, me puse la remera de Zach y me quedo como un vestido me llegaba un poco más arriba de las rodillas pero tampoco mostraba  nada así que me fui a la sala y me quedé  mirando una película, tiempo después la comida ya estaba lista y nos sentamos a almorzar, la comida estaba deliciosa en realidad me sorprendió lo bien que cocina.

No cepillamoslos dientes, me dio un cepillo dental que según el había comprado ayer ya que estaba pensando en tirar el que tenía.

Son las 16:30 nos pasamos casi todo el día jugando y riendo, me encanta estar con el. Ahora estamos sentados en el sofá viendo una película.

--Te queda muy chistosa mi remera-- dijo riendo fuerte

-- Mi puño también quedaría chistoso en tu rostro si te sigues riendo-- dije y el levantó las mano en signo de que ya no se reiria y luego los dos estallamos de risa.

De un momento a otro se terminó la luz y yo empecé a temblar, la oscuridad me da miedo, al parecer Zach lo noto y me abrazó.

--Tranquila pequeña, yo estoy contigo--me dijo mientras me hacía mimos en el cabello.

--Te quiero--dije y me separe un poco.

Quedamos frente a frente, me di cuenta de que nuestras caras estaban muy cerca ya que podía sentir su respiración, lo mire a los ojos que apenas podían distinguirse debido a la oscuridad, él acarició una de mis mejillas y se acercó un poco más, yo estaba temblando y esta vez no era por el miedo a la obcuridad, de un momento a otro nuestros labios se juntaron en un beso cálido, tranquilo y tierno, sentí como si estuviera flotando en el aire, no quería que ese beso terminara, nos separamos y el paso sus dedos pos mis labios, todo estaba muy tranquilo, todo era perfecto.

--También te quiero pequeña-- dijo, me abrazó y nos quedamos profundamente dormidos.

Ahora estoy nuevamente en el psiquiátrico, son las 21:00 Zach me trajo hace un rato. Este día fue el más hermoso después de mucho tiempo, y todo gracias a Zach. Me quedé dormida pensando en él y en el beso que nos dimos.

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Aquí les dejo otro capítulo, espero que lo disfruten.

Cometen que les parece, los quiero 😍💖

By: Yessi Miranda.










No Fue Tu Culpa Pequeña.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora