Bittersweet ; [yoongi] ; EN EDICIÓN

❝여덟❞

—Estoy bromeando —Contestó esta vez riendo un poco.

—Ah —Reí nerviosamente.

Los días y las semanas iban pasando volando. Desde el día que conocí a Jimin no hemos parado de hablar y creo que me está empezando a gustar, pero aún no estoy segura de querer enamorarme de alguien. Conocí una chica en la universidad y me he llevado muy bien con ella, se ha convertido en algo así como mi mejor amiga. Pues Yoongi me mira demasiado como siempre y se comporta extraño aveces cuando estoy con Jimin pero le resto importancia, es un chico muy extraño. Ya casi Sam se casará y está más que feliz. Corea ha sido una buena experiencia, mucho mejor de lo que tenía pensado al inicio. En estos momentos me encontraba en mi habitación viendo friends.

— Grace baja —Me gritó Sam desde abajo. ¿Por qué a mi? Estoy tan cómoda.

—¡No quiero! 

—¡Ven de una buena vez si no quieres que vaya por ti!

En ese momento me levanté inmediatamente. La última vez que ella subió por mi fue a escobazos. Ese momento me perseguirá por el resto de mis días. Al bajar, Yoongi estaba en la sala con Minho, últimamente no había venido mucho.

—Oh Yoongi, no sabía que estabas aquí.

—Acabo de llegar —Me sonrió.

—Necesitamos que vayan de compras —Habló esta vez Minho.

—¿De compras? ¿Por qué? 

—Verán tendremos una cena sólo entre familias en dos días y tienen que comprarse algo lindo, al menos Grace, que no estoy segura que no tiene un vestido para la ocasión —Dijo esta vez mi hermana.

—¡Hey! yo si tengo vestidos... —Dije defendiéndome.

—El vestido de los 12 años no cuenta.

Demonios. 

- Bien, iré a cambiarme —Respondí rindiéndome.

Me cambié lo más rápido que pude, ellos estaban hablando y cuando notaron mi presencia se callaron. Extraño.

—¿Qué sucede? 

—¿De qué? —Respondió Minho.

—¿Por qué se callaron de repente? 

—No lo hicimos —Dijo Sam.

—Si lo hici...

—¡YA SE VAN! —Contestó arrastrándome hacia la salida— Adiós, te amo.

Sam cerró la puerta en mi cara. Genial.  Yoongi salió unos segundo después con las llaves de su auto en las manos.

—¿Qué pasó allá adentro? —Le pregunté.

—Que linda estás hoy —Respondió con una sonrisa.

Definitivamente no me van a decir, idiotas. Lo descubriré por mi cuenta. Rodé mis ojos y me subí al auto.

No encontraba ningún vestido que me gustara, miré donde estaba Yoongi y se encontraba hablando por teléfono riendo, se veía muy lindo. Grace concéntrate, estas buscando vestidos.

Habíamos llegado hace una hora y solo entrábamos y salíamos de tiendas.

—Ya encuentra uno, por favor —Suplicó.

—No veo ninguno que me guste.

 —¿Qué tal ese? —Dijo señalando un vestido en una vitrina de una tienda que no había entrado.

—Mm... Puede ser —Dije entrando rápidamente a la tienda.

—¡Yah!¡Espérame! 

Estaba en el probador mirándome al espejo. Se veía realmente bonito, o eso creía yo.

—¿Debería salir? —Le hablé a Yoongi.

—Si te interesa mi opinión...

Salí y el estaba mirando su teléfono, lo soltó y sus ojos se encontraron con mi cuerpo. Él estudiaba cada detalle con sus ojos, haciéndome sentir algo incomoda. El pelinegro tenía una mirada profunda.

—Y... ¿Qué tal?

—Estas... perfecta. 

—Bien —Respondí un poco nerviosa y entré rápidamente al vestidor.

Estaba delante de una vitrina llena de helados, no sabía cual elegir, todos se veían deliciosos. 

—¿Cómo puedes elegir uno tan rápido con tantas opciones deliciosas? —Le pregunté aun pensando.

Después de batallar conmigo misma para elegir un sabor me decidí por Nutella Y Yoongi por fruta del bosque.

—¿Está rico? —Me preguntó y yo asentí concentrada en mi helado— Dame.

—No quiero —Negué.

—Oh vamos... Dame un poco, no seas mala —Hizo un intento de aegyo que me dio ganas de desaparecer.

—Bien, te daré para que no hagas eso nunca más.

Le extendí mi cono de helado y él lo recibió contento.

—¿Quieres probar este? —Yo asentí.

Extendió su brazo para que yo pudiera problar del rojo helado. Era agrío y dulce a la vez. Yoongi estaba mirándome con sus ojos negros, mi corazón se aceleró por alguna razón y me permití analizarlo. Su cabello negro estaba un poco más largo que antes y estaba peinado hacia atrás. Sus labios estaban rosados por el helado que estaba comiendo. Se veía totalmente... Perfecto. Me puse nerviosa al caer en cuenta de mis pensamientos y me acomodé en mi asiento con la mirada hacia abajo. 

—Quédate quieta Grace.