II

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Era como el año 3000 o algo así. La civilización había entrado en guerras tan seguido como se cambia de ministro de educación, y resultaba impresionante cómo la humanidad había resurgido de las cenizas, así como tú encuentras a una nueva relación cuando en la anterior te mandaron a pelar cebolla. La había cagado tantas veces que ya había perdido la noción del tiempo y no sabían ni qué fecha era, así que reiniciaron el calendario; la época actual era la "Nueva Era" y la anterior la "Era Anticuada", en la que había gente protestando por igualdad.

—Equidad. Igualdad y equidad son dos cosas distintas, la primera impli...

—Ya cierra el hocico, Aldric —lo interrumpió Alondra.

La última guerra mundial (la cual fue la sexta o séptima, los historiadores no se ponían de acuerdo, así como saber cómo carajos murió Alfonso Ugarte) trajo como consecuencia la división de América en dos: en el norte un solo estado políticamente inestable propenso a golpes de estado con un índice de desarrollo tan bajo como tu autoestima y en el sur los mismos países (algunos se había unido, como Argentina y Chile, Bolivia y Paraguay), solo que agrupados en la Unión Americana, una copia barata de la Unión Europea (que seguía vigente e Inglaterra debió sumársele para seguir existiendo). También el único uso que le atribuyeron al papel era de higiénico, usaban el euro virtual en Europa y el dólar virtual en América.

Ironía pura que el Perú, un pequeño país subdesarrollado al que solo lo conocían por Machu Picchu y las líneas de Nazca (que cómicamente sí habían sido dibujadas por alienígenas, pero desaparecieron por la erosión al igual de Machu Picchu y fueron reemplazados por hologramas para seguir estafando turistas ) pudiera convertirse en una potencia mundial gracias a empresarios extranjeros que se ganaron la simpatía de la gente y consecuentemente la presidencia.

Capitalismo.

En tu cara, Hugo Chávez.

Capitalismo y otra mágica herramienta llamada nanotecnología, que había sido principal arma de la última guerra y su uso bélico estaba rigurosamente prohibido para que la humanidad no la vuelva a cagar y se les añada otro lío a los historiadores. Necesitarían otro Jorge Basadre.

—¿Quién?

—El historiador.

—¿Ah?  

—El del billete de 20.

—No que ahora se usa dinero electrónico.

—Hablo del de tu mundo. 

—Ah, je, je.

—¿Tan horrible horrible está la situación educativa en tu país?

—Ni te imaginas.

Mientras tanto en Sciurus (Norteamérica) planeaban una forma estratégica de invadir Perú, así podían tomar el control de toda América y tal vez el mundo. Supuestamente para darle lo mejor a sus ciudadanos, pero Bryce Uldrich solo quería satisfacer su hambre de poder.

El primer ataque fue jodidamente desastroso. Primero, al medio día, cuando el tráfico de gente estaba en hora punta y cada rincón estaba poblado de personas caminando de aquí para allá,  una flota de buques blindados se divisaron por el horizonte del mar de Grau. La vigilancia costera notó su aparición, pero nadie le había tomado importancia. Todos pensaron que eran  barcos mercantiles, porque después de tanto tiempo de tranquilidad en las relaciones con otros países, ya habían olvidado cómo lucía un barco de guerra.

Grave error.

Al llegar a la orilla millares de bastardos armados con toda clase de cacharros de hace quinientos años atacaron la ciudad, saqueando y destruyendo todo lo que podían. Tuvieron que esperar al primer disparo para entrar en pánico y huir. La mitad de las personas murieron porque tropezaron y fueron pisoteadas por el resto. No hicieron mucho daño material, porque los grandes ingenieros había hecho su magia, pero cobraron muchas vidas. Tantas que dejaron de calcularlas, más por dolor que por cansancio.

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⏰ Última actualización: Oct 03, 2017 ⏰

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