Pedro y Diletta llevaban media hora esperando a María en el restaurante del club de tenis, ya habían comido y ninguno sabia de que hablar
- ¿qué tal el día? – pregunto Pedro
- bien, he roto con mi novio y estoy feliz – contesto Diletta - ¿y mi madre?
- no va a venir ¿no te lo ha dicho?
- no
- bueno, ya que estamos solos aprovecho y te propongo algo
- el que
- ¿Qué te parece que me case con tu madre? – Nada más terminar la frase Diletta se atragantó con la Coca Cola - ¿estás bien? Quizá he ido muy directo
- ¿se lo has dicho ya?
- no, por eso te pregunto antes, bueno ¿Qué te parece?
- pues... - no sabía que contestar, en realidad sí, no quería que su madre se casara pero si es feliz con Pedro que le vamos a hacer – fenomenal, si sois felices pues a delante – y termino con una sonrisa falsa pero que vasto para convencer a Pedro
- pero, estoy nervioso
- normal, pero se te pasará
- tengo que empezar a pensar en todo, donde será la boda, los invitados, la comida...
- espera, todavía no te ha dicho que si – con eso Pedro palideció, Diletta se dio cuenta – no te ha dicho que si todavía, pero ya verás que le va a encantar la idea, creo que lo mejor va a ser no tocas el tema más, no me digas cuando se lo vas a decir así también me llevo yo una sorpresa
- es verdad, bueno ¿te llevo a casa?
- no tranquilo, he venido en ciclomotor, tu quédate aquí pensando un rato, me han dicho que la piscina está abierta, pégate un baño, mira, tengo un bañador tuyo en mi bolsa, te lo guarde el otro día y se te olvido pedírmelo – dijo Diletta sacando el bañador de la bolsa
- buena idea, gracias Diletta, nos vemos el martes, venís a cenar a casa
- perfecto, pues hasta el martes, muchas gracias por la comida – termino Diletta
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Prométeme que esta noche sueñas conmigo
Romance"no es posible, no me estoy enamorando de él; tiene tanto sentido como que se enamoren el agua y el aceite, son opuestos, es imposible" - pero a veces lo imposible es posible