El sonido de un móvil inunda la habitación de Diletta; se despereza, alarga el brazo para intentar cogerlo de le mesilla de noche y por fin lo encuentra
- ¿Lucía?
- Diletta ¿Dónde estás?
- en la cama durmiendo ¿Por qué me llamas a estas horas?
- como que a estas horas, son las doce guapa
- no me lo puedo creer, me he dormido
- ¿se te ha olvidado el despertador?
- no, no lo he oído
- fenomenal, pues estamos todas aquí
- dame 20 minutos, me cambio, desayuno, cojo todo y voy para allá
- más te vale, Laura se estaba preocupando y por eso te he llamado
- dile que estoy bien, que no me he muerto
- bien, no te entretengo
- luego nos vemos - y Diletta cuelga
- ¿cómo es que mama no me ha despertado? - se dijo para sí. Lo prometido es deuda y en veinte minutos estaba entrando en el Arenal
- a buenas horas - dijo Olivia corriendo hacia ella
- ¿qué hiciste ayer para quedarte dormida, saliste de fiesta con Álvaro? - preguntó Elena
- sí, de fiesta, de fiesta en mi casa con el novio de mi madre preguntándome las mismas cuatro preguntas ¿Qué tal el colegio? ¿Ya sabes lo que vas a estudiar? ¿Qué planes tenéis para mañana? Y ¿Quién es ese tal Álvaro? En definitiva una fiesta
- Dile, nos tenías muy preocupadas - dijo acercándose Laura
- corrección, te tenia, yo ya me lo imaginaba - dijo Pilar recordándoselo
- bueno, dejemos que las abuelas peleen en paz mientras nosotras nos vamos al agua - dijo Elena corriendo hacia el mar
Fue la mejor mañana que podía recordar Diletta, estrenando el verano, si exámenes ni recuperaciones, solo descansar.
Tras dos horas enteras de caídas, risas, salpicones y pedaleos las seis amigas se encontraban tiradas en la arena hablando cuando...
- eh, mirar, ese es mi vecino - informó Diletta
- ¿tu vecino? - dijo extrañada Pilar
- sí, os acordáis de la casa con forma de faro que esta como a 200 metros de la mía
- que yo sepa un vecino es una persona que su casa está pegada a la tuya y no a tomar - llegó a decir Elena antes de que Diletta saliera corriendo
- ¡"vecino"! ¿Qué haces aquí? - le grita Diletta
- para que lo sepas rubia, la playa no es tuya - le contesta Cesar
- no me digas, yo pensé que sí, no, ahora enserio ¿Qué haces en la playa?
- pues pasar la mañana, mi novia se ha ido a Ondara y estaba solo en casa
- fenomenal, estas solo, te presento a mis amigas - y sin previo aviso Diletta arrastró a Cesar junto a sus amigas
- Diletta pero que, ahh, hola, soy Cesar, el vecino de Diletta
- lo sabemos, soy Elena
- yo Lucía
- Olivia
- Pilar
- y yo Laura
- bien, ya nos conocemos todos - declaró Diletta
- espera Dile ¿cuántos años tienes? - intervino Elena
- otra igual, tengo 29 - dijo Cesar algo cansado de la misma pregunta
- madre mía ¿a partir de los 20 se vuelve uno pesado y aburrido?
- hola chicas - una voz algo grabe se escuchó a sus espaldas eran Álvaro, Martin, Tomas, Marcos, Leo y Manu
- hola - contestaron las seis a coro y se acercaron cada una a saludar a sus respectivos novios, Laura abrazó a Tomas, Pilar imitó a Laura, pero abrazó a Marcos, Lucía y Olivia dieron un beso rápido a Leo y a Manu, por ultimo Diletta besó a Álvaro y Elena alargó bastante más el beso y rodeó la cintura de Martin con sus brazos. Cuando el "momento besos" finalizó todos se sentaron el circulo
- perdón, pero ¿quién eres tú? - dijo Álvaro que se percató de la presencia de alguien más
- oh si, perdón soy Cesar, el vecino de Diletta
- ¿vecino? - dijo Álvaro mirando al resto
- sí ¿os acordáis de la casa con forma de faro que está a unos 200 metros de la mía? Pues él vive ahí, fui ayer a por sal y nos hemos encontrado en la playa - explico Diletta
- bien y ¿tienes novia? - preguntó Álvaro
- ¿yo? Emm, si ¿por? - respondió Cesar algo confuso
- vale, Diletta es mi novia y todas las que están aquí tienen novio así que no quiero líos - dijo Álvaro claramente
- pero que dices Álvaro ¿qué has bebido? No somos objetos ¿lo sabes? - y sin decir más Diletta dio media vuelta y se fue.
- pero que, oh, vamos Diletta, no te habrás enfadado por esa tontería, vamos - medio rogó Álvaro
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Prométeme que esta noche sueñas conmigo
Romance"no es posible, no me estoy enamorando de él; tiene tanto sentido como que se enamoren el agua y el aceite, son opuestos, es imposible" - pero a veces lo imposible es posible