Demigods ; BTS ; Au

♢Capítulo 5.

Nota: Playlist:

Hold me tight - BTS.

Cypher, Pt. 2: Triptych - BTS.

Mama - EXO.

— — —

—¿Seguro que sabes que es por aquí?—preguntó Jungkook por quinta vez en todo el trayecto. Taehyung suspiró una vez más, y le dijo lo mismo que las anteriores veces "Sí, estoy seguro"—; Pero... ¿por qué tenemos que ir por las alcantarillas para llegar al Olimpo?

Iban agachados con unas botas hasta las rodillas, guantes y linternas en la cabeza. Llevaban quince minutos recorriendo el alcantarillado de un puente cercano al refugio, y Jungkook ya se había cansado del olor.

—Verás—comenzó a explicar Taehyung, sin dejar de caminar—, Cada año, el Olimpo cambia de localización al azar. Ya sabes, por la seguridad y eso. El año pasado estaba en una montaña de Alemania, pero éste hemos tenido la mala suerte de que esté en una de las alcantarillas de Corea. Por lo menos lo tenemos cerca.

Jungkook asintió, ahora comprendiendo. Durante el trayecto, Taehyung le había estado explicando sobre los Dioses y qué poderes tenía cada uno. No lo quiso decir, pero Jungkook pensaba que su padre divino era de los mejores. Se sentía un poco tonto pensando eso, pero tenía muchas ganas de ver sus —supuestos— poderes.

De repente, Taehyung se detuvo, haciendo que Jungkook diera un brinco y se golpeara con el techo. Notó que el rubio no se dio cuenta, así que disimuló, mientras se frotaba la cabeza de dolor.

—¡Aquí!—exclamó Taehyung, y, sin decir nada más, se adentró en un túnel totalmente oscuro. Jungkook le siguió lentamente. ¿Y si iba a asesinarle? Miles de preguntas sin sentido vinieron a su mente. ¿Y si... le violaba?

El castaño se sobresaltó de nuevo cuando Taehyung abrió una puerta oscura de madera, y ante sus ojos, le recibió una gran ciudad de colores claros, habitada por muchas personas que iban y venían.

—Jungkook, bienvenido al Olimpo.—dijo Taehyung con una sonrisa, apartándose para dejar pasar a Jungkook.

Entró, y un olor a flores y chocolate le recibió. Inhaló profundamente y dio vueltas a su alrededor, admirando el bello paisaje.

Se encontraban cerca de un mercado, que tenía tiendas con telas de muchos colores que se veían delicadas, prendas de ropa y floristerías. Casi todo era de color blanco. También había restaurantes de muchos estilos distintos, aunque casi todos servían la misma comida. O eso supuso Jungkook, porque todo olía a chocolate.

El suelo era de mármol blanco, y había plantas de todos los tipos por todos lados. Especialmente a lo lejos, que había una gran zona de color verde. Un jardín, o un parque. Al otro lado, se veían unas largas escaleras, que llevaban a una especie de palacio que dejó a Jungkook sin aliento.

No supo cómo describirlo. Estaba casi todo formado por columnas y balcones. Era inmenso, y junto con el brillante sol, brillaba como el diamante más valioso.

—Ahí es donde tenemos que ir.—dijo Taehyung señalando el palacio. Jungkook asintió, como ya había hecho quinientas veces en ese día.

Sin previo aviso, Taehyung comenzó a caminar, esquivando a las personas que pasaban con prisa, y saludando a otras. Jungkook miraba a su alrededor, maravillado. En aquel momento supo que todo había sido real: El encuentro con los dos hombres en el autobús, la anciana de su casa, los poderes... Se sentía sobrecogido, pero a su vez emocionado: quería saber más sobre él. ¿Qué podía hacer?

Llegaron a las escaleras, y cuando iban a subirlas, se cruzaron con un muchacho que Jungkook ya había conocido antes: Jimin.

—¡Tae!—le saludó el recién llegado con una sonrisa que llegó hasta sus ojos. Se dieron un corto abrazo—. Veo que has conseguido convencerle—comentó mirando a Jungkook de arriba a abajo; luego rió.