zed x syndra

2

Abrí un portal de sombras y lo cruzamos, aparecimos en la entrada del templo, los ninjas de las sombras se hicieron presentes en la entrada posándose de rodillas ante mi llegada, no simplemente avance con syndra en brazos mientras que la puerta se abría, avance por los pasillos hasta una habitación lo suficientemente alejada de todo. Abrí la puerta para luego recostar a Syndra en la cama. Su mirada de lujuria me pedía a gritos que la hiciera suya, tanto así que literalmente dejó caer su vestido hasta el abdomen, me acerqué lo más posible a su cuello, cada vez que exhalaba su cuerpo se estremecía, no necesitaba tocarla para saberlo. Me acerqué hasta su oído.

-supongo que ahora necesitas que atienda tus necesidades ¿Cierto? - pregunté haciendo que ella soltara un pequeño gemido al pronunciar esas palabras.

-Supones bien, maestro de las sombras.-.

-Lamento que hoy no pueda hacer eso señorita. Tengo otros asuntos que atender. - me puse la mascara para luego irme alejando hacia la puerta.

Un Aura negra se generó bajo mis pies, rápidamente di un salto hacia delante para esquivarlo. Me dispuse a tomar el pomo de la puerta pero cuatro esferas negras hicieron que tuviera que alejarme de la puerta.

-Zed, soy una mujer que consigue lo que quiere y no me vas a dejar con ganas esta noche - vi como syndra tenía los ojos morados a causa de utilizar su magia.

-¿Es un desafío?-

-es una advertencia.- ella lanzó una de sus esferas hacia mí pero la esquive para luego generar dos sombras para acercarme a ella.

-Ahora dime ¿Cuál es el verdadero? - en el momento que estuve a punto de tocarla por la espalda ella se giró y una fuerza me mando a volar en la dirección contraria a la de ella estampándome contra la pared, no me dio tiempo para levantarme ya que una esfera me traspasó causando que me quedara inmovilizado. Ella se acercó a mí para despojarme de mi máscara.

-Te dije que consigo lo que quiero cuando quiero. - dijo con una sonrisa victoriosa

En el momento en que pude moverme, desvanecí en una sombra para aparecer justo detrás de ella, la tomé rápidamente por los brazos y come su rostro con una mano para que me mirara.

-Me tomaste por sorpresa - sentí como su cuerpo elevaba su temperatura. - te salvó de mis discípulos, te doy hospitalidad - me acerqué más a su oído. - una techo donde pasar la noche. - sentí como un escalofrío recorrió su cuerpo. - pero te comportas como una niña mala y las niñas malas deben recibir su castigo.- escuche salir un gemido de su boca. Lo cual hizo que mis ganas de llevarla a la cama fueran aún mayores. - sabes... - solté su rostro y empecé a bajar mi dedo índice desde su cuello hasta su escote -me gusta hacer esperar a las mujeres - dije mientras mi deseo seguía bajando -que las ganas de tenerme, las coma por dentro.- mi dedo finalmente había llegado a su zona baja - para que yo no tenga que hacer ningún esfuerzo en que se rondado a mis pies... - presioné su zona erógena para que ella se arqueara en forma de repuesta - pero siente te especial de que eres la primera que genera que quiera llevarla a la cama el mismo día que la conocí.- mi dedo se introdujo dentro de ella, su respiración era agitada y su entrepierna ya estaba mojada. Mordí su cuello haciendo que ella gimiera mientras que su espalda se arqueaba.

-Ya te lo había dicho Zed, estoy a tu merced.- dijo entre gemidos que le causaban mis dedos al moverse en su entrepierna.

Rápidamente le di la vuelta y la cargue para que ella se aferrará a mi trozo con sus piernas. Mordí nuevamente su cuello mientras que ella posaba sus manos sobre mi cabeza aplicando más fuerza. Sus gemidos ivan incrementando conforme avanzaba la situación, la monte sobre un escritorio para luego besar sus labios, nuestras leguas se batieron en duelo por el dominio del beso mientras que ella restregaba su pelvis contra mí miembro aún cubierto por las telas de mi traje. Ella rápidamente me sacó las hombreras pero al ver mi armadura de pecho hizo in esfera de energía que la destruyó en pesados. Agarre sus manos y violentamente las subí sobre su cabeza pegándola a la pared.

-¿tienes idea de cuánto cuesta hacer una armadura?- dije enojado mientras que me pegaba más a ella.

-No, pero si sube la tarifa de mi castigo no me importa.- dijo al mover sus caderas en contra de mi pelvis.

-No tienes idea de cuánto a subido.- en su rostro solo se notaba la lujuria a plena vista. Nuevamente retome el beso pero ella cedió al momento en que mi lengua entro a su boca.

Me despojé de mi cinturón y de las botas que traía quedando completamente desnudo ella dejó caer al suelo su vertido dejándome ver su cuerpo blanquiceo totalmente expuesto. Pegue mi pelvis en su entre pierna para después moverlo de Aruba a abajo, nuestro órganos reproductores se restregaban continuamente haciendo que mi pene se lubricara. Llevé en un movimiento rápido a Syndra a la cama sin romper el beso que nos unía. Restregué mi pene con más fuerza contra su vagina, para que de un momento a otro me detuviera.

-¿Qué sucede por qué te detienes?- dijo de mala gana restregando su pelvis de mi endurecido miembro.

-Te dije que recibirías un castigo por eso entrare cuando me plazca.- introduje violentamente mis desdobla en su vagina logrando que soltara un fuerte gemido mientras se arqueaba. Mis dedos se movían rápidamente dentro de ellas mientras que entre gemido y gemido se retorcía en la cama. Levantaba su cadera una y otra vez invitando a mi miembro entrar, pero no cedí. Ella soltó un gran grito mientras que de corría en mi mano. Su respiración era agitada causando que sus senos subieran y bajaran.

-¿Ya vas a entrar dentro de mi? - preguntó recuperando el aire. Un sonrisa se generó en mi rostro.

-Aún tienes energía, por eso te haré esperar más.- uno de mis deseos entró por su trasero haciendo que ella se sobraltara, mi dedo se empezó a mover dentro de su recto mientras que mi lengua se introducía en su entrepierna.

-sigue así.- dijo entre gemidos, alce un poco la vista sin despegarme de su zona erógena, para Er como ella masajes a uno de sus senos y con la otra mano me presionaba la cabeza com más fuerza. Entre lamida y lamida ella se arqueaba más hasta que finalmente se vino en mi boca.

Escuche como su respiración era mucho más profunda. Me separé de su pelvis y vi cómo sus ojos eran apagado y su cuerpo se contraía constantemente. Ese era mi momento.

Introduje mi pene en su interior causando que sus hijos se abrieran de par en par en conjunto a un gemido, pude sentir lo caliente que ella estaba a travez de mi pene, sus vagina estaba viscoza y apretada. Hice una embestida y ella no se movió, solo permanecía ahí con ambos ojos abiertos mientras que soltaba gemidos con cada embestida. Su cuerpo se contraía cada vez que entra en ella, mi velocidad su sonrisa llena de lujuria deseo no se encontraba, solo una cara de extasis por el placer del sexo, finalmente eyacule pegando violentamente mi pelvis contra la de ella y depositando mis fluidos en su interior, ella solo tenía la vista perdida en el techo. Sin sacar mi miembro cambie de posición dejándome ver su trasero. Reanime las embestidas dentro de su vagina pegándome a su espalda para toma sus pechos sus gemidos eran música para mis oídos por lo cual acelere la velocidad de un momento a otro se me vino una idea a la mente y saqué mi miembro de su vagina para meterlo en su culo, ella se arqueó dejando salir una gemido más grave que los anteriores, era mucho más difícil moverse dentro de ella ahora, pero no le preste atención e incremente la fuerza para poder meter mi miembro hasta el fondo, tome su cabello con una de mis manos y empecé a subir la velocidad. Sus gemidos eran cada vez más y más fuertes, con mi otra mano empecé a golpear sus glúteos con mi palma.

-Esto te ganas por se una niña mala Syndra. - dije a su oído ella se arqueó haciendo que yo llegara al climax depositando mi semen en su recto.
Ella trataba de recobrar el aire mientras que su cuerpo solo se desplomó, su cuerpo se contrajo varias veces haciendo que ella se corriera en cada una de ellas. Su cuerpo vibraba mientras perdía la conciencia.

-ed..Zed...- decía a pocas fuerzas una y otra vez antes de que se callera en sueño por el cansancio.