CAPITULO 7

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Por segunda vez en muchos meses, Lauren hizo un repentino cambio de planes y dio la vuelta cuando iba al aeropuerto.

No tenía opción, Camila estaba muy enfadada. De hecho, parecía histérica. Además del manotazo, algo de lo que jamás la habría imaginado capaz, le había gritado delante de un montón de gente. Era como si le hubiesen hecho un trasplante de personalidad. Sin embargo, ella sabía que era una persona amable, buena y cariñosa, incapaz de enfadarse.

Claramente, shawn mendes era responsable de esos cambios. Él había destruido su tranquilidad, confundiéndola por completo. Por supuesto que Mendes era el padre de ese niño. Pero, evidentemente, Camila no quería que shawn hiciera ese papel. Era obvio para Lauren que el niñato había salido corriendo al conocer la noticia, dejándola en la estacada.

Pero, ¿qué le importaba?, se preguntó. ¿Por qué quería involucrarse? Camila tenía un problema y había acudido a ella a pedirle ayuda. ¿Por qué no le demostraba que ella era mejor que Mendes cuando las cosas iban mal?

De vuelta en el apartamento de Dinah, Camila estaba metiendo ropa en una bolsa de viaje.

—¿Seguro que puedo irme a la casa de campo?

—Claro que sí. Mi madre está en Jersey y mi tía, la madre de Shawn, se ha vuelto demasiado estirada como para ir al campo. Al menos, podrás airearla un poco —sonrió Dinah— Pero, ¿seguro que es buena idea que te vayas de Londres ahora, sola?

—Necesito un poco de paz. Tengo que pensar en muchas cosas.

—No sobre lo que vas a hacer con el niño, eso ya lo sé. Te encantan los niños. Pero tengo la impresión de que huyes de algo...

Camila levantó la cabeza, con los ojos con una expresión desafiante.

—Sólo estaré fuera un par de días. Y no estoy huyendo de nada. Es que no quiero ver a Lauren.

—No tienes por qué verla —la interrumpió Dinah— Supongo que no se ha apuntado al concurso de madre del año, ¿no?

—Cree que el padre del niño es shawn —suspiró Camila.

—¿Qué? ¿No le has contado que estás de cinco meses?

—No, no me apetecía quedarme para charlar con ella —replicó Camila— Ah, por cierto, también me acusó de intentar cargarle con el niño porque shawn no quería saber nada.

Su amiga hizo una mueca de asco.

—Menuda imbécil.

Camila se pasó una mano por el pelo.

—He intentado entenderla, intenté incluso disculparla por haber creído a su hermana antes que a mí. He intentado ser justa con ella porque es lo que hago con todo el mundo, pero se acabó —le confesó, cabreada— Ya está bien. Pensé que Lauren tenía derecho a saber que iba a tener un hijo, pero ahora desearía no haberle contado nada.

—Tengo que decirte algo...—dijo Dinah— Le he contado a shawn lo del niño. Ya, ya lo sé, no es asunto mío. Desgraciadamente, se me escapó.

Camila estaba segura de que Dinah se lo había contado a propósito. Quizá no debería, pero no tenía la menor duda de que lo había hecho con la mejor intención.

Además, casi se alegraba de no tener que ser ella quien le diese la noticia. Contárselo a Lauren había sido más que suficiente. Pero, como llevaba tres semanas saliendo con Shawn, él tenía derecho a saberlo, naturalmente.

—Se quedó de piedra —siguió Dinah— Está loco por ti, pero creo que no sabe cómo manejar esta situación.

—No espero que shawn acepte la situación —sonrió Camila— ¿Qué tipo de persona lo haría?

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